Entender el terrorismo islámico
Infokrisis.- Ha vuelto a ocurrir y por enésima vez. ¿Qué tienen en común Mayor Oreja, Mariano Rajoy, Acebes Paniagua, Alonso Suárez, Pérez Rubalcaba, Camacho Vizcaíno y Fernández Díaz? Tienen en común que todos ellos han sido ministros del interior en los últimos quince años y salvo Camacho Vizcaíno que apenas ocupó el cargo de julio a diciembre de 2011 y se ve que no le dio tiempo, todos los demás han anunciado clamorosas desarticulaciones de comandos de Al Qaeda… En efecto, durante un par de días, la noticia ha recorrido los informativos generando alarma social, para desaparecer luego y no volver a tener más noticias de los peligrosos arrestados que, una vez en el juzgado eran puestos en libertad o enviados a la cárcel y condenados luego por delitos comunes. Y no ha pasado una vez, ha pasado en una veintena de ocasiones. No han sido –como anunció el ministerio del interior tras la desarticulación de los últimos tres “presuntos miembros de Al Qaeda”- “cerca de 90 los islamistas detenidos en España, sino algo más de 500… En esta ocasión, como era de esperar desde el momento mismo de anunciarse la desarticulación del “comando”, el juez de guardia de la Audiencia Nacional ha enviado a prisión a uno de los fulanos por tenencia de explosivos (pero no por asociación terrorista), mientras pide ampliación de información sobre los otros dos que no pasaban de ser dos tipos que ¡a los que se les había denegado el asilo político y se iban a buscarlo a otras latitudes! Pero ¿qué diablo está pasando?
La hipótesis central es la siguiente:
1) No existen redes terroristas islámicas en España (y damos por sentado que lo que ocurrió el 11-M fue cualquier cosa menos un atentado islamista) y la prueba es que en los últimos 25 años no se ha producido absolutamente ningún atentado islamista en nuestro país. Pero es que ninguno, ni siquiera un cóctel molotov contra una sinagoga, contra algún centro o empresa judía o, simplemente, contra ninguna estructura de ese Estado que mantiene tropas en Afganistán combatiendo a los talibanes. Tiene gracia –y en realidad desgracia- que los algo más de 500 detenidos que se llevan produciendo desde el año 2000 se presenten inevitablemente como “miembros de Al Qaeda” y/o “peligrosos terroristas islámicos”… ¿Qué peligro puede tener una sigla que en doce años y contando con un mínimo de algo más de 500 militantes no es capaz de tirar ni siquiera una piedra, ni de colocar una bomba, ni de realizar un secuestro, ni siquiera de hacer una miserable pintada en una tapia?
2) No existen redes terroristas islámicas en España porque el Islam considera que en nuestro país todavía no tiene fuerza suficiente como para lanzarse a la ofensiva estratégica, ni siquiera existe un equilibrio de fuerzas, sino que todavía está en inferioridad estratégica, por lo tanto, el trabajo aquí no es de poner bombas –que inevitablemente traerían represión, persecución y desarticulación de los grupos islamistas que, a la vista de la endeblez de sus estructuras no podrían soportar. El trabajo de los islamistas aquí es el de crecer y multiplicarse, edificar mezquitas y hacer trabajar el vientre de sus mujeres, presentándose como “integrados”… Ningún islamista con dos dedos de frente pensaría que en España es tiempo de desencadenar la yihad. La Yihad existe en Afganistán y Palestina, en Irak y allí en donde el Islam está en una posición de ofensiva estratégica. No, desde luego, en Europa. Que con el tiempo las cosas vayan cambiando y que en zonas como Marsella o Cataluña, a la vuelta de unos años se puedan desencadenar esos procesos insurreccionales y terroristas en nombre de la guerra santa, eso no lo ponemos en duda, lo que ponemos en duda es que hoy sea ese el caso. Estamos todavía –afortunadamente- muy lejos de esa hipótesis extrema.
3) Aquellos a los que los sucesivos ministros del interior presentan como “peligrosos terroristas” no son más que
- Delincuentes comunes
- Inmigrantes ilegales que para sobrevivir se dedican a tráficos ilícitos
- Supervivientes de las guerras de Argelia, Bosnia, Chechenia, etc, en fuga y retirados de la acción política
- Individuos que se limitan a recoger fondos entre las comunidades islámicas para enviarlos como ayudas a sus hermanos en zonas de conflicto.
No se trata en ningún caso de terroristas en activo, ni siquiera de gente que hoy tenga interés en la yihad, sino, como máximo y en unos pocos casos, de gentes que hace veinte años, o incluso más, estuvieron militando, habitualmente en el GIA o en los grupos salafistas argelinos. Gente que militó en el islamismo radical hace unos años (o incluso unas décadas) y que hoy solamente buscan un lugar bajo el sol.
4) ¿Quién los detiene y por qué? Es la clave del asunto. Hay tres hipótesis explicativas:
- Los detienen policías españoles en función de confidencias poco solventes de chivatillos que tienen poco que ofrecer y necesitan como sea justificar el que la policía les pague una nómina mensual, inventando informaciones de la nada. Dado que los denunciados como terroristas se dedican a actividades ilegales y comercios ilícitos (habitualmente se trata de vendedores de haschisch o de gentes que han falsificado documentos para obtener permisos de residencia y trabajo). Sin olvidar que todo funcionarios de cualquier cuerpo de seguridad del Estado precisa éxitos para ascender y, a la vista de que ETA ha pasado a mejor vida y que del GRAPO ni nos acordamos, lo único que queda para “triunfar” en la carrera son clamorosas desarticulaciones de islamistas radicales, o así…
- Los detienen policías españoles en función de informes llegados al ministerio del interior, a la audiencia nacional o a la misma presidencia del gobierno, enviados desde EEUU por la CIA y la media docena de agencias de seguridad, por el Departamento de Justicia o por el Departamento de Estado. Y ya se sabe que en España, socialistas y populares, tienen como incuestionables todos los informes que llegan de EEUU. Basta acordarse todavía de la fidelidad perruna con la que los voceros del PP hace 10 años apenas se tomaban los informes evidentemente falsos sobre las “armas de destrucción masivas” de Saddam. Y es que los EEUU tienen necesidad del terrorismo islámico para justificar su política de intervención en los lugares más alejados del planeta. Si no existe un grupo terrorista, se crea y en paz, o al menos se crea la sensación de que existe (recomiendo a todos ver la película Cortina de Humo que estos últimos meses ha sido emitida en distintas televisiones y que es extremadamente realista y mordaz sobre cómo se crean conflictos internacionales de la nada). Sin olvidar que el Mosad es diestro también en la preparación de este tipo de provocaciones para prestigiar la causa de Israel (falta le hace) presentando al oponente como terrorista impenitente: puestas así las cosas, los ciudadanos españoles aparecemos como “sufridores” junto con los ciudadanos judíos, del terrorismo palestino…
- Son detenidos por la policía que requiere éxitos para ocupar las primeras páginas de los diarios (también los ministros del interior creen que pueden utilizar el cargo para ascender: véanse los casos de Rajoy o del propio Rubalcaba que pasaron por el cargo antes de aspirar a destinos mayores. Ascender implica salir en los medios). Por otra parte, a la vista de cómo está la situación en España, hay que pensar que con cierta frecuencia el gobierno de turno aprovecha cualquier cosa (un éxito deportivo, una catástrofe natural, el estreno de una película) para distraer la atención. El dramatismo de la desarticulación de un grupo terrorista (que como el último, el ministro dijo varias veces que se le había ocupado 100 gramos de explosivo “con el que se podía volar un autobús” entroncando el inexistente terrorismo islámico en España con el terrorismo islámico realmente existente en Palestina (y esto es lo que nos hace pensar que esta última desarticulación se ha realizado con materiales procedentes del Mosad). Lo que hizo el ministro anunciando que aquí hay islamistas que intentan “volar autobuses” es crear una imperdonable alarma social (que luego ha quedado desmentida por la Audiencia Nacional que ha dictaminado que no existe grupo terrorista alguno) y eso ha venido en una de las peores semanas de la crisis económica cuando rondamos la petición de intervención por parte de la UE y cuando varias autonomías se han declarado prácticamente en rebeldía económica evidenciando que el gobierno no controla ya todos los escalones administrativos.
5) ¿Y qué hacen los servicios de inteligencia españoles? No ver, no oír, no hablar. Lo más prudente para sus directivos si quieren hacer carrera en esto de la “comunidad de inteligencia” internacional. Los servicios españoles no son más que una prolongación de los norteamericanos. Es otra muestra de nuestra falta de soberanía y de la renuncia a ejercer la soberanía incluso en este terreno. Nuestros servicios ven, oyen y hablan sobre lo que conviene a los servicios norteamericanos, se fían de lo que opinan al otro lado del Atlántico y ven solamente aquellos riesgos que desde la central de la CIA se quiere que se vea. Hay un caso sangrante que nos afecta directamente: Al Queda del Magreb Islámico (AQMI). Hemos pagado en tres ocasiones rescates por cooperantes secuestrados por esta extraña AQMI. Durante el período Sarkozy, a Francia, le ha tocado, igualmente, apechugar pagando rescates y liberando cooperantes. ¿Qué es AQMI? Es lo que la CIA quiere que sea… un “peligroso elemento desestabilizador del Magreb ante el cual hay que tomar medidas, reforzar el dispositivo antiterrorista, reforzar a las fuerzas armadas del Magreb –especialmente de Marruecos- y crear bases militares para defenderse de la amenaza” (esto es, para matar moscas a cañonazos). ¿Pero que es en realidad? Grupos de bandidos del desierto (que siempre han existido), que firman sus capturas con las siglas de AQMI a sabiendas de que sus exigencias son más convincentes, pero a los que les importa un bledo cualquier cosa que no sea cobrar en dólares o en euros… y, por supuesto, la sigla se inició cuando la inteligencia marroquí tuvo necesidad de crear una organización terrorista cuyas acciones beneficiaran la política de Mohamed VI y perjudicaran especialmente la de su enemigo secular, Argelia. Este tema de AQMI fue investigado hasta la saciedad, especialmente por el régimen libio de Ghadaffi que siempre fue el mejor informado sobre las actividades terroristas en la zona. La Yamahiriya libia realizó varios dossiers sobre AQMI que llevaban todos a la misma conclusión: AQMI es una mezcla de bandidos y agentes de los servicios marroquíes. Pero luego, Ghadaffi fue asesinado, su régimen desmantelado y quienes detentaban estos informes pensaron que era posible negociar con los servicios occidentales su entrega a cambio de su seguridad. Sí, porque el nuevo gobierno libio, está asesinando a los antiguos funcionarios de Ghadaffi, incluso a aquellos que se encuentran en Europa. ¿Y qué ocurre? Que los servicios occidentales no están dispuestos a entrar en estas transacciones, simplemente, porque desde los EEUU solamente existe una “versión oficial” de AQMI: son “peligrosos terroristas islámicos vinculados a la red Al Qaeda”… La conclusión que podemos extraer es que los servicios de inteligencia occidentales trabajan más para que la estrategia política norteamericana en el exterior se haga realidad, mucho más que para la seguridad de nuestros respectivos países. Otro signo de los tiempos.
Quedan las conclusiones. Son pocas y desesperanzadoras. La detención de los últimos tres “terroristas islámicos en España, apenas ha sido tratada en los digitales solventes. La información era demasiado increíble como para que algún medio que intentara mantener un prestigio en el mundo de la información se plegara a reproducir los pobres balbuceos de un ministro del interior que aspira a ser vicepresidente del gobierno. Solamente las televisiones, faltas de noticias de relieve en verano y los diarios mayoritariamente subvencionados por el gobierno y las autonomías, se han hecho eco de la noticia. El “zulo” resultó ser una estantería para guardar especies (de ahí que el nombre que le corresponde a este nuevo “comando terrorista” no sea el “Comando Dixán” como a aquellos detenidos en Barcelona a los que el ministro Acebes, sino el de “Comando Arguiñano” por lo del perejil y las especies.
Del arsenal terrorista al que se refirió Fernández-Díaz en su primera declaración, por supuesto, ni rastro. A velocidad de vértigo, el caso se deshinchó sin pena ni gloria. ¿Para cuándo el siguiente episodio de este sainete?
* * *
Se nos olvidaba decir que Jorge Fernández Díaz es miembro supernumerario del Opus Dei, esa piadosa organización creada por un impresentable elevado a la santidad, autor de estas dos frases, que verdaderamente indican el nivelazo del fulano: “La política es un magnífico campo para el apostolado” y “Dios es el gran legislador del universo”. Cambien la alusión a “Dios” por “Alá” y verán que, a fin de cuentas, Fernández Díaz mantiene concepciones muy parecidas a las de los islamistas… Por otra parte, si alguien quiere saber lo que es un “supernumerario del Opus”, les aconsejo que naveguen a http://es.wikipedia.org/wiki/Supernumerario_(Opus_Dei). Sé que se sorprenderán porque eso, justamente, eso es lo que hace y lo que cree, el ministro del interior, Jorge Fernández Díaz. Sin olvidar que el anterior ministro del interior del PP, Acebes Paniagua es miembro de los Legionarios de Cristo, grupo formado a imagen y semejanza del Opus… ¿Para cuándo un TÉCNICO EFICIENTE Y DISCRETO en el ministerio en lugar de iluminados ambiciosos en el peor sentido de la palabra?
© Ernesto Milà – infokrisis – ernesto.mila.rodri@gmail.com
0 comentarios