Blogia
Foro El Salvador

Ecumenismo y otras religiones

Miles de turcos marchan en Estambul contra la islamización del país que impulsa Erdogan

Miles de turcos marchan en Estambul contra la islamización del país que impulsa Erdogan

Una gran multitud se manifiesta este domingo por el centro de Estambul en defensa de la separación entre Iglesia y Estado y del secularismo cada vez más amenazado por la política del primer ministro, el islamista Recep Tayyip Erdogan. Su intento de situar a su mano derecha, el también islamista, Adulá Gül, en la presidencia del país ha sido el detonante de esta gran protesta que responde a un proceso más amplio de islamización del país que impulsa el socio de Zapatero en la Alianza de Civilizaciones. El Ejército turco, defensor a ultranza de la laicidad del Estado emitió el viernes por la noche un comunicado, ante la candidatura de Gül a la presidencia del país, en el que recordaba que los militares son "un incondicional defensor del secularismo".

 

Los manifestantes, en su mayoría mujeres seculares, exigieron la renuncia del gobierno islamista del primer ministro, Recep Tayyip Erdogan, y la convocatoria de nuevas elecciones legislativas. En medio de un mar de banderas turcas y pancartas con fotografías del presidente fundador de la Turquía laica, Mustafa Kemal "Atatürk", la gente gritó "Turquía es secular y lo seguirá siendo".

 

La protesta, en la que Erdogan fue insultado como "traidor", se produjo dos días después de la primera ronda electoral en el Parlamento para nombrar a un nuevo presidente del país. Tras esa primera vuelta, en la que Gül no logró la mayoría necesaria, el Ejército lanzó una severa advertencia al gobierno y recordó que es "un incondicional defensor del secularismo", lo que fue interpretado como un rechazo contra la candidatura de Gül.

 

El Gobierno turco reaccionó con firmeza a las palabras de los militares, cuyo último golpe de Estado fue llevado a cabo en 1980, y recordó que el Estado Mayor está supeditado al primer ministro. Los partidos de la oposición instaron ayer al AKP a retirar la candidatura de Gül y convocar elecciones parlamentarias, lo que el propio ministro de Exteriores rechazó hoy. "Mi candidatura fue el resultado de un largo proceso de consultas. Retirarla está fuera de cualquier discusión", dijo en declaraciones a la prensa en la capital turca.

 

El principal partido de la oposición, el Partido Popular Republicano (CHP), recurrió la primera ronda electoral alegando que el proceso se inició con la presencia de menos de dos tercios de los diputados en la Cámara. En ese sentido, Gül señaló hoy que la Corte "tomará una decisión correcta, que todos vamos a respetar". Se espera que la Corte se pronuncie ante del próximo día 2, para cuando está prevista la segunda ronda de las elecciones presidenciales en el Parlamento.

 

El pasado 14 de abril se reunieron en Ankara, la capital turca, unas 400.000 personas para protestar contra la posible candidatura de Erdogan, quien al final decidió mandar a la Presidencia a Gül, uno de sus más estrechos colaboradores.

 

En ese mitin los manifestantes exigieron que la Presidencia de Turquía permanezca secular, mientras que los organizadores de la protesta de este domingo también quieren hacer énfasis en el carácter democrático de Turquía y su rechazo a posible aventuras golpistas del ejército.

 

Libertad Digital, 29 de abril de 2007

Ser cristiano en tierras del islam

Ser cristiano en tierras del islam

Entrevista con el padre Luis Montes

ALEJANDRIA, jueves, 26 abril 2007 (ZENIT.org).- La fe no se impone, se propone, y vivirla en contextos minoritarios como Oriente Medio es «un estímulo tremendo».

Se expresa con estas palabras desde Egipto el padre Luis Montes, provincial del IVE (Instituto del Verbo Encarnado) en Medio Oriente (Provincia «Nuestra Señora del Destierro»).

La Familia Religiosa del Verbo Encarnado fue fundada por el padre Carlos Buela V.E., en Argentina, tiene misioneros en los 5 continentes, y tiene dos ramas, una masculina (Instituto del Verbo Encarnado, y una femenina (Instituto Servidoras del Señor y la Virgen de Matará).

 

--Ustedes tienen misioneros en Palestina, Israel, Jordania, Egipto, Túnez, Etiopía, Sudán. ¿Qué les aporta, vivir en países en los cuales el cristianismo es minoritario ante el Islam?

 

--P. Montes: Cristo nos ha mandado a ir por todo el mundo a predicar el Evangelio.

 

Este mandato de Nuestro Señor no excluye ningún pueblo ni ningún rincón del mundo. Vivir en un lugar donde el cristianismo es minoritario nos da un conocimiento experimental de la necesidad de la predicación del Evangelio. Es un estímulo tremendo para esforzarnos más en ser fieles a nuestra misión.

 

--¿Por qué tienen como prioridad el ecumenismo y el diálogo interreligioso?

 

--P. Montes: La fe no se da por la fuerza, se propone. Esto significa que, por una parte, tenemos que ser respetuosos de la conciencia personal de cada uno, y por otra, tenemos la obligación de mostrar al mundo el don gratuito que hemos recibido, para que otros también puedan poseerlo.

 

El diálogo interreligioso es parte de la misión perenne de la Iglesia y tiene como fines bien precisos la promoción de la justicia, la paz, y un mayor entendimiento entre los hombres de diversas religiones.

 

Se debe crear un clima de comprensión para lograr que la verdad no encuentre obstáculos, porque, como enseñaba Juan Pablo II, la verdad no se impone sino por la fuerza de la misma verdad.

 

El ecumenismo tiene dos fundamentos bíblicos firmísimos: «Habrá un solo rebaño y un solo pastor», y «Que también ellos en nosotros sean uno, para que el mundo crea que tú me enviaste». La herida en la unidad es contraria a la voluntad de Cristo y es obstáculo para la predicación del Evangelio.

 

No podemos sino poner todas nuestras fuerzas para trabajar en estos dos empeños que Juan Pablo II consideraba «prioridades de la Iglesia para el Tercer Milenio».

 

--En qué medida las obras socio-caritativas son un medio privilegiado en países musulmanes para predicar el Evangelio?

 

--P. Montes: La libertad religiosa en los países islámicos está muy restringida. Ni siquiera en los llamados «países islámicos moderados» tenemos libertad plena para la predicación. Y en otros países las restricciones son muy fuertes y la persecución continúa. El testimonio de la caridad abre puertas que de otro modo permanecen cerradas.

 

La caridad de Cristo salvará al mundo, y las obras de misericordia dan un testimonio elocuente de ello.

 

--Concretamente en Egipto tienen obras en zonas marginales y por otro lado misión con niños de familias adineradas, la gran mayoría musulmanas. ¿Cuál es su valoración de estos apostolados?

 

--P. Montes: La ayuda a los más necesitados es vital, según hemos dicho en la respuesta anterior. Pero no hay que caer en dialécticas.

 

El poder llegar a quienes serán los futuros dirigentes del mundo árabe tiene una gran importancia para el diálogo interreligioso y contrarresta el fundamentalismo. Las escuelas católicas han hecho un importante trabajo a este respecto y nosotros queremos sumar nuestro grano de arena.

 

--¿Cual es la misión en Alejandría del Centro «Unus Dominus»?

--P. Montes: Este centro fue recientemente fundado y hemos comenzado allí con la formación ecuménica, y de diálogo interreligioso de nuestros misioneros (www.dialogoreligioso.org). Hay muchas actividades programadas (cursos, conferencias, clases, viajes culturales y religiosos, encuentros, etc.).

 

Desgraciadamente hay una mala comprensión del ecumenismo que produce en muchos católicos una gran confusión. La incomprensión que se da sobre el Magisterio de la Iglesia es alarmante. Pensemos por ejemplo en la contraposición que se hace incluso en ambientes eclesiásticos entre la «Ut Unum Sint» y la «Dominus Iesus».

 

--¿Surgen vocaciones, en estos países de misión?

 

--P. Montes: Dios elige a quien quiere, cuando quiere y donde quiere. En Egipto Dios nos ha bendecido con abundantes vocaciones: entre seminaristas menores, aspirantes, novicias, novicios, hermanas, hermanos y seminaristas tenemos 80 jóvenes árabes que han dejado todo por seguir a Cristo pobre, casto y obediente. ¡Y esto en un país que tiene solamente 200.000 católicos! Podemos decir que han sido 10 años muy fructuosos.

ZS07042612

El asesinato de tres cristianos en Turquía provoca una oleada de miedo

El asesinato de tres cristianos en Turquía provoca una oleada de miedo

Declaraciones de monseñor Luigi Padovese, vicario apostólico de Anatolia

ANKARA, jueves, 19 abril 2007 (ZENIT.org).- Un obispo católico de Turquía ha confesado el miedo de los cristianos en Turquía después de que este miércoles hayan sido asesinados tres miembros de la Iglesia presbiteriana.

Monseñor Luigi Padovese, vicario apostólico de Anatolia, reconoce: «estamos verdaderamente tristes, pues vemos que se da una serie de actos de este tipo que provocan un sentimiento de incertidumbre y de perplejidad sobre nuestra presencia aquí, en Turquía».

 

«No queremos irnos, pero estos hechos nos dan a entender que dentro de este país, que es fundamentalmente sano, hay locos que no aceptan nuestra presencia», añade el obispo en declaraciones de este jueves a «Radio Vaticano».

 

Los tres cristianos, dos turcos y un alemán, dependientes de la casa editorial «Zirve», que publica Biblias, fueron asesinados bárbaramente en la ciudad oriental de Malatya.

 

«Yo todavía tengo un policía de escolta, en Antioquia, y también nuestra parroquia tiene una escolta, día y noche», revela.

 

«Son síntomas que dejan percibir un cierto temor por parte de la policía por el hecho de que pueda suceder algo», añade.

 

Recordando el asesinato del sacerdote católico Andrea Santoro, en febrero de 2006, el obispo insiste: «la población turca es fundamentalmente sana. Por desgracia, son hechos cometidos por algunos fanáticos islamistas y nacionalistas».

 

«Ellos alzan la voz sobre todo en ciertos momentos. Nos acercamos a las elecciones presidenciales». «Son actos que buscan desestabilizar», concluye.

 

La edición italiana de «L’Osservatore Romano» explica este viernes que «hacer proselitismo en Turquía no es ilegal, como sucede en algunos países en los que está vigente la ley islámica. Sin embargo, el testimonio de credos diferentes al islámico sigue siendo peligroso».

 

«En Turquía, no sólo están activos grupos fundamentalistas islámicos que organizan con este motivo ataques homicidas, sino que además la prensa turca e incluso las instituciones acusan a quien hace proselitismo de ser “enemigo de Turquía”».

ZS07041906

 

Avanza la construcción de la primera iglesia católica en Qatar en catorce siglos

Avanza la construcción de la primera iglesia católica en Qatar en catorce siglos Se dedicará a Nuestra Señora del Rosario

DOHA, martes, 3 abril 2007 (ZENIT.org).- Se prevé que para final de año habrá concluido la construcción de la primera iglesia católica que se levanta en Qatar desde el siglo VII.

El templo, situado en la zona sur de la capital, Doha, no estará abierto al público, pero constituirá un lugar donde la comunidad católica de Qatar –en su mayor parte formada por extranjeros- podrá orar junta, confirmó el viernes la agencia del Pontificio Instituto de Misiones Extranjeras «AsiaNews.it».

«Después de más de veinte años de peticiones formales, el gobierno concedió a las confesiones cristianas los terrenos para constituir sus propios ediciones de culto», recuerda a la agencia del PIME el futuro párroco de la iglesia católica en Doha, el padre Tom Veneration.

 

«A los católicos se les adjudicó el terreno mayor, pues tenemos una presencia antigua en el país y porque nuestra comunidad, compuesta ya por más de 100 mil fieles, es también la más elevada en número», añade.

 

El terreno «fue concedido a la Iglesia por el emir Amir Hamad bin Khalifa Al Thani, quien en los últimos años --prosigue el sacerdote-- ha llevado a cabo una política de diálogo interreligioso, si bien mantiene en vigor la ley que prohíbe a la población, en su mayoría de credo musulmán, convertirse a otra religión».

 

«Éste es el único, pero gran límite a nuestra obra pastoral, pero debemos adaptarnos», señala.

 

La circunstancia de la prohibición de conversiones determina que los fieles católicos del país sean en su mayoría extranjeros.

 

Se calcula que el coste de la construcción de la parroquia católica, que estará dedicada a Nuestra Señora del Rosario, ascenderá a 15 millones de dólares.

 

Por ello, los católicos de toda la península arábiga, en su mayoría filipinos e indios, están ayudando a reunir la suma.

 

La inauguración se prevé para finales de año.

 

«Hasta ahora hemos orado en las casas o en pequeñas capillas dentro del campus americano y del filipino de Doha», explica el padre Veneration, originario de Manila.

 

«Sumándome a cuantos católicos viven aquí, estoy verdaderamente feliz por la idea de poder celebrar pronto la Misa en una auténtica iglesia, signo de nuestra presencia», reconoce.

 

«Libre, pero aislada»: así es el rostro de la comunidad católica en Qatar, describe el sacerdote.

 

«Crecemos en número cada año, pero no podemos hacer apostolado de ninguna manera», recalca.

 

Ello tiene una doble repercusión: por un lado, representa una garantía, «porque no tenemos roces con el gobierno», pero por otro lado «limita mucho nuestra misión», concluye el padre Veneration.

 

La colocación de la primera piedra de la iglesia de Nuestra Señora del Rosario tuvo lugar el 8 de octubre de 2004, día de la festividad mariana.

 

Igualmente el emir donó terreno para construir edificios de culto a anglicanos, coptos, ortodoxos y protestantes.

 

En el país la Eucaristía se celebra en rito latino, siro malabar y siro malankar, y en diferentes idiomas: árabe, inglés, italiano, urdu, tagalo y tamil.

 

Qatar --cuya población es algo inferior a los 800 mil habitantes-- estableció relaciones diplomáticas con la Santa Sede en 2003; cuando se anunció esta decisión diplomática se tuvo conocimiento de que el acuerdo preveía que el gobierno qatarí pusiera a disposición de la Iglesia uno o varios terrenos para la construcción de templos, según las necesidades de los creyentes.

ZS07040301

La Junta Islámica tacha de "infame" el trato dado por Montoya a Jesucristo y a la Virgen María

La Junta Islámica tacha de "infame" el trato dado por Montoya a Jesucristo y a la Virgen María La Junta Islámica de España condenó ayer el "tratamiento infame, ignominioso y abyecto" que estas pornográficas fotos dan a Jesús y a la Virgen María

La Junta Islámica de España condenó ayer el "tratamiento infame, ignominioso y abyecto que se da a Jesús y a la Virgen María, a quienes el Islam honra como profetas, líderes espirituales y ejemplo para toda la humanidad", en las fotografías pornográficas de actores que representan a Cristo y María, obra de José Antonio Montoya.

A través de un comunicado remitido ayer a Europa Press, el presidente de la Junta Islámica, el cordobés Mansur Escudero, se refirió así a unas fotografías, recogidas en el catálogo pagado por la Junta de Extremadura con fondos públicos, de una exposición blasfema que se realizó el año 2003.

A juicio de Escudero, en dichas fotografías "se muestran de manera ofensiva y repugnante a Jesús, a su venerable madre María y a símbolos de profundo contenido espiritual para los creyentes de confesión católica", de la misma forma que, para los musulmanes, "Jesús es el mesías, verbo de Dios, espíritu de santidad enviado a proclamar el Evangelio".

 

Considera la Junta Islámica que, "a la hora de subvencionar proyectos con dinero público, deben existir criterios de calidad, dentro de los cuales no entra la pornografía, que solo sirve para alimentar las ansias de lo más perverso en nuestra sociedad".

 

Finalmente, desde la Junta Islámica se quiso enviar "un mensaje fraterno de apoyo y solidaridad a sus hermanos cristianos y a todos lo que se han sentido ofendidos y humillados por este lamentable asunto".

 

Análisis Digital, 20 de marzo de 2007

¿Qué se esconde bajo una mezquita?

¿Qué se esconde bajo una mezquita? La mezquita no solo es lugar de oración, sino, y principalmente, lugar donde se discuten, se toman y se imponen las consignas sociales y políticas a los "creyentes" musulmanes, que antes que sentirse miembros de la sociedad del país que les acoge son seguidores de un credo opuesto a los valores de las sociedades occidentales.

Cuando se discute acerca de la posibilidad de construir una mezquita o de conceder terrenos para el mismo fin, es necesario no dar por supuesto el conocimiento del objeto de la discusión.

La mezquita no es una iglesia musulmana, tiene sus funciones y sus normas. Hay una tendencia, debida a la ignorancia del otro, a pensar que, en definitiva, el otro es más o menos idéntico a mí, o al menos parecido. En cambio tenemos que reconocer al otro como distinto. Por lo tanto, para entender lo que es una mezquita, hay que dirigir la mirada al Islam.

 

En la tradición musulmana, la mezquita (giâmi´) es el lugar donde se reune la comunidad (como indica el nombre de giâmi´, la raiz gm´ significa reunir) para arreglar todos sus asuntos: cuestiones sociales, culturales, políticas, como también para rezar. Todas las decisiones de la comunidad se toman en la mezquita. Querer limitar la mezquita a "un lugar de oración" es violar la tradición musulmana.

 

El viernes (yawm al-giumu´ ah) es el día en el que la comunidad se reune (como indica el nombre giumu´ ha). Se reune a mediodía para la oración pública seguida por la kutbah, esto es, por el discurso, que no es un pregón. Este discurso trata las cuestiones de la hora presente: políticas, sociales, morales, etc.. En muchos países musulmanes - por ejemplo en Egipto, el más poblado país musulman árabe - todas las mezquitas son vigiladas los viernes, y las más importantes, acordonadas por la policía especial. La razón es sencilla: las decisiones políticas salen de la mezquita durante la khutbah del viernes. En la historia musulmana, casi todas las revoluciones y los levantamientos populares salieron de las mezquitas. La Jihâd, esto es, "la guerra en el camino de Dios", obligación de todo musulmán de defender la comunidad, es proclamada siempre en la mezquita, en la khutbah del viernes.

 

Es por lo tanto un error, hablando de la mezquita, hablar únicamente de un "lugar de culto". Como también es un error, hablando de la libertad de construir mezquitas, hacerlo en nombre de la libertad religiosa, en tanto que no se trata solamente de un lugar religioso, sino de una realidad polifacética (religiosa, cultural, social, política, etc.).

 

No se debe olvidar que el lugar dedicado a la oración del viernes es considerado por los musulmanes espacio sagrado que queda para siempre en manos de la comunidad, la cual decide quién tiene la facultad de ser admitido y quién en cambio lo profanaría. Por esta razón no se puede otorgar un terreno, por ejemplo por 50 años, para edificar una mezquita: este terreno jamás podrá ser devuelto.

 

Existen a menudo en los países musulmanes, en las ciudades, pequeños "lugares de oración", llamados por lo general musallâ, esto es, lugares de oración. Son como "capillas" con capacidad para unas cincuenta personas ubicadas a menudo en la planta baja de una casa, en lugar de las viviendas. Estos lugares, más discretos, son generalmente utilizados casi exclusivamente para la oración del mediodía, permitiendo a la gente de la calle o de los edificios cercanos rezar en paz. Las mezquitas tienen normalmente un minarete desde donde el almuecín llama a la oración. Estos minaretes tienen una función práctica y son ligeramente más altos de las casas que los rodean. En la historia asumieron a veces una función simbólica, de afirmación de la presencia musulmana, e incluso una función política de afirmación de la superioridad del Islam sobre las demás religiones. Su objetivo primordial es permitir a la voz humana llegar a quien vive cerca. En este siglo, se añadieron a menudo megáfonos en los minaretes (sobre todo si cerca hay una iglesia o un barrio cristiano), y los almuecínes añadieron también otras cosas a la llamada a la oración prolongándola.

 

Estas innovaciones son contrarias a la tradición musulmana y los países musulmanes rigurosos las condenan, como por ejemplo Arabia Saudí. En otros Estados, como Egipto, el uso del megáfono está limitado únicamente a la llamada (que dura alrededor de dos minutos) y está prohibido para el rezo del amanecer.

 

Finalmente hay que preguntarse quién financia mezquitas y centros islámicos. No es un secreto para nadie que gran parte de las mezquitas y centros islámicos de Europa son financiadas por gobiernos foráneos, en especial por Arabia Saudí, que también impone a sus imanes. Ahora bien, es archiconocido que en el mundo islámico sunní Arabia Saudí representa la tendencia más rígida, denominada wahhabita. No son estos imanes los que podrán ayudar a los inmigrantes a integrarse en la sociedad occidental, ni a asumir la modernidad, condiciones necesarias para una convivencia serena con los autóctonos.

 

Tras haber aclarado el objeto de la discusión, nos permitimos algunos elementos de juicio. Permitir a los musulmanes tener lugares de oración en Occidente se da por supuesto. Sería con mucha probabilidad más conforme al contexto sociológico de los inmigrantes tener musallâs, esto es, "capillas" donde podrían reunirse para rezar. También les saldrían más baratas. La mezquita, en tanto que centro socio-político-cultural musulmán, no puede entrar en la categoría de lugares de culto. Necesita ser examinada como tal. A la pública administración compete estudiar cómo ejercer un cierto control sobre tales centros, vista la función política que asumieron en la tradición islámica.

 

No se entiende en cambio, conforme a qué razón una administración local tendría que regalar el terreno o una parte de la construcción. La oposición que se manifiesta un poco por toda Europa a la edificación de mezquitas puede estar originada por sentimientos de xenofobia, pero con más probabilidad procede del temor que se trate de un acto político de afirmación de una identidad distinta bajo todos los aspectos, demasiado ajena a la cultura y civilización occidental. Si un centro musulmán sirviera para ayudar a los emigrados a integrarse en la sociedad europea, promoviendo cursos y otros servicios, habría que alentarlo, pues se trataría de construir juntos, emigrados y autóctonos, una sociedad común y solidaria. Cabría plantearse (también materialmente) la constitución de grupos o asociaciones mixtos, constituidos por emigrados (no solamente musulmanes) y autóctonos, para fortalecer la integración de aquéllos en las sociedades europeas y la apertura hacia los inmigrantes. Teniendo en cuenta la tradición musulmana de no distinguir religión, tradiciones, cultura, vida social y política, es importante que los responsables se informen bien para poner en práctica estas distinciones y estén muy atentos a no alentar la politización (bajo cualquier forma) de los grupos de emigrados (sean o no sean musulmanes).

 

 

Traducción de Ángel Expósito Correa

 

 

 

 

Publicado por Samir Khalil Samir S.J. el 04-03-2007 en www.a-r.es

Quemados y desmembrados por un rey homosexual

Quemados y desmembrados por un rey homosexual En el testimonio de los mártires de Uganda se combina la tiranía política y la lujuria homosexual; católicos y anglicanos murieron juntos por la fe.

Los primeros que mató, desmembrados y quemados, eran cristianos anglicanos. El último, decapitado, era católico. El rey que los ejecutó era Mwanga I de Buganda. La moral cristiana minaba su poder: le reprochaban vender a su pueblo como esclavos y practicar la homosexualidad.

El 31 de enero de 1885, Makko Kakumba, Yusuf Rugarama y Nuwa Sserwanga, cristianos de la comunión anglicana, fueron desmembrados y quemados en la localidad ugandesa de Busega Natete, por orden del rey Mwanga I. Fue el principio de una persecución contra jóvenes cristianos, anglicanos y católicos, que duró dos años y que acabó con el martirio de cuarenta y cinco de ellos.

El último de los ejecutados fue el católico Jean-Marie Muzeeyi, quien entregó su alma al Señor al ser decapitado el 27 de enero de 1887. De todos ellos, los mártires católicos fueron beatificados por Benedicto XV el 6 de junio de 1920 y canonizados por Pablo VI el 18 octubre 1964


Católicos, anglicanos y musulmanes

La llegada de misioneros católicos y anglicanos al reino de Buganda (como se llamaba entonces) había supuesto una revolución político-social en la región. El rey Mutesa había dado cierta libertad a los misioneros cristianos. Su éxito en la conversión de los nativos era tan significativo que los hasta entonces pasivos árabes musulmanes decidieron enseñar el Islam a la población.

El círculo de personas cercanas al rey, por expreso deseo del mismo, fueron objeto de las propuestas de conversión de cristianos y musulmanes. El propio Mutesa no llegó a convertirse a ninguno de estos credos por razones prácticas: se negaba a circuncidarse como le pedían los musulmanes y a abandonar la poligamia como le reclamaban los cristianos.

 

 

 

Los misioneros cristianos no actuaban según nuestro moderno concepto de "políticamente correcto": denunciaban como paganas y satánicas las prácticas religiosas de los nativos. Unirse a la nueva fe suponía una ruptura total con el antiguo modo de vida y adoptar nuevos valores morales y religiosos. Los abasomi, nombre con el que eran conocidos los conversos, eran considerados rebeldes, que transferían su lealtad a una nueva religión abandonando las viejas tradiciones tribales.

Mwanda, tirano y homosexual

Siendo todavía príncipe heredero, Mwanga había mostrado cierto aprecio por los misioneros cristianos. Pero al llegar al poder su actitud cambió radicalmente. Influenciado por algunas de sus amistades árabes, el nuevo rey empezó a practicar la homosexualidad (mal vista por lo general en el África negra). No le gustaban las críticas cristianas a sus prácticas.

Tampoco le gustaba que el cristianismo significara menos poder del Rey sobre sus súbditos. Por ejemplo, al impedir el tráfico de esclavos como fuente de grandes ingresos para la corona. Mwanga I decidió que había de eliminar del mapa de Buganda al cristianismo.

No contento con la ejecución de los primeros mártires jóvenes anglicanos, en octubre de ese mismo año el rey ordenó asesinar al obispo anglicano James Hannington, justificando su decisión porque consideraban que el obispo había “demostrado” tener malas intenciones al haber entrado al reino por una ruta más corta que la tradicional, que transcurría desde el sur del lago Victoria.

El amigo que reprocha

Este asesinato llevó al seminarista católico José Mkasa, amigo personal del rey en su juventud, a hacer de profeta Natán ante el rey asesino. Pero a diferencia del Rey David, que se arrepintió de sus culpas, Mwanga respondió asesinando a quien le reprochaba su comportamiento. José murió decapitado y quemado el 15 de noviembre, no sin antes haber perdonado de corazón al rey, por el cual oró para su conversión.

Aquel perdón y oración parecieron aplacar la ira real. Carlos Lwanga, favorito del rey, sustituyó al primer mártir católico en el liderazgo de la comunidad católica de la corte.

Rechazar el acoso sexual de un rey

Una de las preocupaciones del nuevo líder cristiano era la de proteger a los jóvenes cristianos de los deseos lujuriosos del monarca. Cuando uno de los pajes se opuso a mantener relaciones sexuales con el soberano, el mismo rey le preguntó cuál era su razón para rechazarle. El siervo le dijo que estaba recibiendo el catecumenado cristiano de manos de Daniel Ssebuggwawo. El rey montó en ira y tras llamar a Daniel a su presencia le atravesó el cuello con una lanza.

No contento con ello, convocó a toda la corte para el día siguiente. Carlos Lwanga, previendo lo que habría de ocurrir al día siguiente, bautizó a los cuatro catecúmenos que aún no habían recibido las aguas bautismales. Entre ellos había un chaval de 13 años llamado Kizito.

 

 

 

Esa mañana del 25 de mayo de 1886, Mwanga I separó del resto de su corte a todos los cristianos que había en la misma, incluídos quince varones menores de 25 años. Tras conminarles inútilmente a que abandonaran su fe, les condenó a muerte, sentencia que se ejecutó en parte ese mismo día y también en días posteriores. Uganda recuerda el 3 de junio como el de más martirios, tanto de anglicanos como de católicos.

 

Sangre de mártires, semilla de cristianos

 

La sangre de los mártires en tierra de misión fue abono para la conversión de muchos. Mwanga no vio disminuir el número de cristianos, sino que lo vio aumentar. Además, el país se vio envuelto en una guerra civil. Sus amigos musulmanes decidieron que era más seguro poner en su lugar a un príncipe o rey verdaderamente musulmán. Los musulmanes combatieron a los cristianos. Por su parte, los todavía muy numerosos practicantes de las religiones tribales conspiraron contra los miembros de las “religiones extranjeras”. Durante el conflicto el rey fue despuesto de su trono aunque volvió al mismo, con menos poder, al acabar las hostilidades, a la cual se llegó tras un pacto de no agresión entre las partes.

Los mártires de Uganda y el país actual

 

Hoy Uganda es un país mayoritariamente cristiano por el ejemplo de los mártires de finales del siglo XIX. Su coraje y fidelidad a Dios y a los valores del evangelio, siguen dando frutos.

Uganda es hoy el país africano donde más avances se han logrado para parar el SIDA. La Primera Dama de Uganda, Janet Museveni, a menudo defiende la abstinencia y castidad y llama a los jóvenes a vivir la castidad como el medio más eficaz para evitar el contagio del SIDA. El presidente Museveni ha impulsado un programa que alienta la abstinencia para combatir el SIDA.

Su mujer habla a los universitarios como una predicadora cristiana, cosa común en África: “No tomen atajos ni pongan en peligro sus vidas utilizando aparatos inventados por el hombre, como los preservativos, yendo en contra del Plan de Dios para sus vidas. Honren sus cuerpos como templo de Dios.” Uganda es ejemplo de que la moral cristiana, bien apoyada desde la autoridad social, política y religiosa, es una poderosa arma contra el SIDA.

El ecumenismo de los mártires

El ecumenismo de nuestros días no era especialmente bien visto en la época de los mártires ugandeses. Sin embargo, aquellos católicos y anglicanos fueron juntos al martirio. Demostraron así una unidad fuerte de los que confiesan a Cristo como Dios y Señor. Juan Pablo II, en su audiencia de 17 de febrero de 1993, hizo referencia al valor ecuménico de esos mártires al hablarnos de su viaje por tierras africanas:

 

"Namugongo: se llama así el lugar, próximo a Kampala, la capital, donde se venera a los mártires ugandeses; a ese lugar acuden numerosas peregrinaciones. El domingo 7 de febrero, siguiendo las huellas de mi predecesor Pablo VI, me he unido a los peregrinos allí donde en los años 1885-1887 hijos generosos de la Iglesia ugandesa dieron la vida por Cristo. Se ha tratado, al mismo tiempo, de una peregrinación ecuménica: primero al santuario de los mártires de la Iglesia anglicana y luego al templo construido en honor de san Carlos Lwanga y de sus veintiún compañeros católicos. Unos y otros confesaron, de modo heroico, la fe y, condenados a muerte, fueron quemados vivos, como ocurría en la época romana de las antorchas de Nerón. El santuario de los mártires ugandeses, que posee el carácter de templo nacional, ha sido elevado, en esta circunstancia, a la dignidad de basílica y la eucaristía celebrada sobre las reliquias de los mártires ha constituido una confesión especial de la vida que hay en Cristo, crucificado y resucitado."

 

La comunión anglicana debería de tener en sus mártires un referente fundamental, para abordar el tema de su posible división por la cuestión de la ordenación de homosexuales activos. Todo el mundo puede entender las razones por las que la Iglesia anglicana en África se opone con firmeza inalterable a que se ordene como sacerdote u obispo a alguien que vive voluntariamente en pecado. Si hubo anglicanos que prefirieron dar su vida por Cristo antes que ceder a los deseos de un rey homosexual, ¿cómo van a aceptar los africanos de esa comunión eclesial que hoy un homosexual activo pueda llegar a ser obispo de su iglesia?

 

Charles Reding

Forum Libertas, 2 de marzo de 2007

Giussani

Giussani Los de Comunión y Liberación me invitan a una celebración eucarística en San Jerónimo el Real, presidida por monseñor Rouco, con motivo del segundo aniversario de la muerte de su fundador. Agradezco el gesto. Desde mis convicciones judías, les estimo y siento una sincera simpatía por el desaparecido monseñor Giussani, una de las personalidades más atractivas del catolicismo contemporáneo y, sin que suponga merma alguna en su significación universal, figura verdaderamente admirable de la historia europea del siglo XX.

He hablado de simpatía, que no excluye la admiración, porque determinadas circunstancias biográficas de monseñor Luigi Giussani me lo hacen entrañablemente cercano. Nacido en 1922, pertenecía a la misma generación que mis padres y mi tío cura (que fue, como él, prelado honorario); es decir, a la de los últimos europeos que, formados en una cultura católica y en una fe hogareña y sólida, vieron su tradición arrasada por la secularización compulsiva en una modernidad agonizante. Aunque su niñez transcurrió en una aldea, Don Giussani era hijo de la Italia industrial: un hombre del norte, del alfoz de Milán. Los lombardos son lo más parecido a los vascos que cabe encontrar en el viejo continente. Nuestros respectivos paisajes geográficos son distintos. No así nuestros paisajes culturales, configurados por la colisión tectónica entre tradicionalismo localista y modernidad cosmopolita: lo que llamaban los futuristas strapaese y stracittà y que aquí traduciríamos por ultracastizo y ultraurbano. Además, Don Giussani venía de una familia de artesanos de la madera, como lo fue la mía durante muchas generaciones. Su padre, un socialista con inclinación al anarquismo, era tallista y restaurador de muebles, profesión ya casi extinguida en la que uno de mis hermanos persiste heroicamente. Y comparto, en fin, con monseñor Giussani la experiencia impagable de sendas culturas familiares erigidas en torno al amor de la música.

De la amplia obra escrita de Don Giussani sólo conozco una parte mínima. Suficiente, sin embargo, para apreciar su grandeza y hondura. Es el suyo un planteamiento sorprendente, que parte de la tradición filosófica realista para entablar un diálogo con la modernidad literaria. Porque Don Giussani entendió que la literatura, más que la filosofía, es el idioma errático del deseo que nos constituye, y así, aunque recurre a Heidegger para ilustrar su concepción de la naturaleza como signo del ser; a Buber, cuando se refiere a la estructura abierta y dialógica del espíritu humano, o a Lévinas, si se trata de profundizar en el encuentro con la alteridad, muestra una clara preferencia por vérselas con los escritores, con Leopardi o con Eliot, con Milosz o con Kerouac. Firmemente anclado en la pretensión cristiana y con una confianza realmente conmovedora en la razón -una razón razonable, que integra la tradición, el sentimiento y la moralidad en la actividad cognitiva-, construye, desde un discurso ajeno a la apologética, un pensamiento riguroso y exigente, contrafigura de esas ruinas del asalto a la razón que hemos dado en llamar posmodernidad.

El parentesco entre el pensamiento de Don Giussani y el de Benedicto XVI no se debe tan sólo al Zeitgeist que marcó el pontificado de Juan Pablo II, en el que el propio Papa comenzó a hablar de la modernidad desde claves insólitas (una crítica de la modernidad progresista y totalitaria desde otra modernidad) sino a la estrecha afinidad intelectual y humana entre el teólogo milanés y Joseph Ratzinger. No creo equivocarme si afirmo que la problemática de ambos presenta bastantes similitudes con las de algunos autores judíos contemporáneos cuya crítica de la modernidad surgió de la necesidad de pensar el Holocausto. Como en el de Don Giussani, el concepto de acontecimiento ocupa un lugar central en el pensamiento de George Steiner, que ha defendido, en términos muy semejantes a los de aquél, la fruición de la obra artística como una forma de acceso a la presencia real del ser y la identidad de verdad y belleza. Tampoco anda muy lejos Alain Finkielkraut, con su lectura judía de Péguy.

Para mis amigos de Comunión y Liberación, Don Giussani es, por supuesto, mucho más que un pensador respetable.

Por Jon Juaristi

ABC, domingo 18 de febrero de 2007