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El libro "La ruta del odio"

«El terrorista se transforma en un zombi infectado por una ideología totalitaria», dice Vaquero

«El terrorista se transforma en un zombi infectado por una ideología totalitaria», dice Vaquero

«La religión es la antítesis del terrorismo». Ésta es una de las afirmaciones para entender el fenómeno del terrorismo según su autor.

 Actualizado 7 mayo 2011 - 7:18

Koldo Goñi/ReL

 

Colaborador de ReL, el pamplonés Fernando Vaquero Oroquieta desmenuza el terrorismo, en un libro ameno y didáctico titulado La ruta del odio. 100 respuestas clave sobre el terrorismo.

 

Dotado de la coherencia interna que proporciona su cosmovisión cristiana, puede abrirse por cualquiera de sus 100 respuestas disfrutándose con su lectura. Y no elude cuestiones espinosas, como la tan manida vinculación de religiones/terrorismo.

- ¿Es el terrorismo una consecuencia de las religiones?
- No, al contrario: la religión es la antítesis del terrorismo. Las exigencias de verdad, belleza y sentido que caracterizan al corazón del hombre, en toda sociedad y época, únicamente encuentran su justa correspondencia con la propuesta religiosa. El terrorismo violenta en grado extremo ese corazón, negando desde una ideología totalitaria, con su desprecio absoluto de los derechos humanos, esas exigencias. Así, el terrorista se transforma en una especie de zombi, cuya afectividad y todos sus procesos humanos son distorsionados por el virus de la utopía; lo que deriva en la destrucción del “otro”, ya sea entendido como enemigo de clase, de la construcción nacional, de la raza elegida…

- Sin embargo, es lo que se afirma desde buena parte de los medios de comunicación…
- Y desde las cátedras, etc. No podía ser de otra manera, pues ello forma parte de lo “políticamente correcto”. Pero lo que puede sorprender a muchos es que, aquí, confluyen dos concepciones ideológicas aparentemente contradictorias. Por un lado, desde el pensamiento progresista e hipercrítico hoy dominante, se pretende eliminar la religión, especialmente la católica, al concebirse como obstáculo del supuesto desarrollo infinito de la ciencia. Y por otro, desde presupuestos antagónicos, por ejemplo los de de la “Nueva Derecha” pagana, se asegura que el cristianismo, al ser un igualitarismo fruto del monoteísmo según afirman, no respetaría otras identidades que no fueran la propia: así la violencia en todas sus formas anidaría en el cristianismo; también la terrorista. Una coincidencia, ciertamente sorprendente. En última instancia se pretende sacrificar a la religión en aras de un proyecto ideológico utópico e inalcanzable: ya sea un optimismo cientificista, ya el retorno a una comunidad pre-cristiana.

- Pero, si hoy día todo es relativo, si todo puede discutirse, si las viejas ideas se han derrumbado, ¿no es la religión enemiga del diálogo y de la tolerancia?
- Me remito a la realidad. Si alguien ha destacado por su capacidad de diálogo con otras identidades culturales -y con los hombres concretos de nuestro tiempo- han sido Juan Pablo II y Benedicto XVI. Únicamente desde la conciencia de una identidad cultural y el amor al destino de los demás puede dialogarse, si lo que se pretende es construir y no meramente parlotear. Hoy día se habla mucho y se escucha muy poco; pues la mayoría de interlocutores creen saber todas las respuestas. El relativismo es enemigo del diálogo. De hecho, un relativismo extremo, el del nihilismo ruso de finales del siglo XIX, configuró el terrorismo moderno en todas sus dimensiones; si bien sería el marxismo-leninismo el que le dotó con su carácter de presunta “ciencia”.

- ¿No podría interpretarse que, dadas sus creencias personales, el juicio que emite en su libro sobre el papel de la Iglesia católica es muy benevolente?
- ¿Lo dice por mis parcas referencias a la actitud de algunos obispos vascos? Pero, ¿no olvida usted que la inmensa mayoría de víctimas del terrorismo, en España, han sido y son católicas? No me corresponde desmentir ni justificar el dañino ejercicio de “equidistancia moral” que han practicado algunos. Pero la realidad es incuestionable: la Iglesia católica ha sido y es refugio de las víctimas en todo el mundo. Hay que ser claros: ni ETA nació en un Seminario, ni la Revolución francesa fue una explosión de amor universal. Es más, en el segundo caso se perpetraron el primer terrorismo de Estado y el primer genocidio moderno. Son tantos los tópicos circulantes, casi nunca cuestionados, que entorpecen cualquier debate serio.

- Usted insiste en desvincular religión y terrorismo. Sin embargo, el nuevo terrorismo se presenta teñido de religiosidad. Me refiero al islamismo…
- El islamismo es un intento legítimo de reforma religiosa mirando a los orígenes. No podemos identificar automáticamente islamismo con yihadismo terrorista. En el libro reservo al tema no menos de su décima parte: es injusto e incorrecto liquidar el tema con un par de tópicos al uso; sean del color que sean. Permítame una breve lectura: «Una interpretación del Islam que considere como su núcleo la entrega a Dios está reñida con una interpretación político-revolucionaria, en la cual la cuestión religiosa se convierte en parte de un chauvinismo cultural y con ello se subordina a lo político». Lo dijo Hassan II y lo recogió Joseph Ratzinger, hoy Benedicto XVI, en Una mirada a Europa, ya en 1993.

- Entonces, grupos como Verdad Suprema, Naciones Arias, los davidianos de Waco, Kach… ¿no eran, acaso, grupos religiosos?
- Esgrimían, entre otras muchas y de manera totalmente caprichosa, algunas ideas de origen religioso. Pero, ante todo, eran patologías sociales: grupos de marginados agrupados por personalidades carismáticas, pero manipuladoras sin escrúpulos y enfermas de su propio ego, en los que se mezclaban ingredientes muy variados. Ideas apocalípticas, liderazgos sectarios, prácticas sexuales atípicas, gusto desmedido por las armas… En realidad se presentaban como la exacerbación de tendencias muy “modernas”; pero totalmente contrarias a las prácticas religiosas tradicionales. En cualquier caso hay que hilar muy fino con estas cuestiones; lo que no suele hacerse. En tiempos en los que la confusión impera por doquier, es necesario un esfuerzo de clarificación. Por ello escribí, entre otros motivos, este libro. Me gusta debatir. Pero la descalificación, previa colocación de etiquetas, es lo que predomina en el horizonte actual. Que por nosotros no sea.

El gran enemigo. Terrorismo: nace de la izquierda y crece con nacionalismo e integrismo

El gran enemigo. Terrorismo: nace de la izquierda y crece con nacionalismo e integrismo

Pascual Tamburri Bariain

¿Es una forma de guerra o una forma de hacer política? ¿Son los terroristas criminales? ¿Son pecadores? ¿Qué puede justificar, o explicar, este fenómeno de nuestro tiempo?

 

No es sólo España. El terrorismo es una cuestión central en la historia de nuestro siglo, que no en vano empezó con los atentados del 11 S en Estados Unidos, siguió con el 11 M español que probablemente cambió el rumbo del país y sigue con una confusa maraña de violencia en las dos orillas del Mediterráneo y en muchas otras partes del mundo. El terrorismo es más que noticia: es a menudo una incógnita, una realidad difícil de entender que llena páginas de periódico y hora de televisión sin que los ciudadanos tengan nunca una definición clara del problema.

Fernando Vaquero es todo menos un novato en esta materia, en la que hace falta ante todo claridad. Conozco al autor de este libro desde hace muchos años, y a lo largo de todos ellos he podido disfrutar de tres cualidades indispensables para hacer luz en un asunto como éste, en el que la confusión es fácil. Vaquero posee una formación intelectual sólida, con un conocimiento directo del terrorismo y uno amplio de su contexto cultural, histórico, fáctico y jurídico. Es además una persona de firmes convicciones y de acción decidida cuando ésta procede, lo cual lo distingue de los analistas tan sólo teóricos, distantes y burocráticos de una realidad que, está claro, ni deja ni puede dejar a nadie indiferente. Es, finalmente, un hombre de bien, entero en el sentido clásico y no dispuesto a dejarse llevar por modas o conveniencias.

Y no es que sea éste un libro inconveniente, sino todo lo contrario. Todo el mundo habla de terrorismo a la ligera, sin saber exactamente ni qué es, no cómo o cuándo apareció, ni cuáles son sus medios de acción ni sus tipos, ni quiénes han sido sus teóricos y sus prácticos. Tampoco hay una valoración moral universalmente aceptada del terrorismo y sus autores, a pesar de la apariencia. El terrorismo es hoy una realidad mundial, y sin entenderlo no se entiende el mundo. Pero eso es aún más cierto en España y en Navarra, que cobijan la única banda activa de terroristas autóctonos de toda Europa.

El atentado terrorista como medio de acción no nace en el siglo XIX, pero Vaquero explica cómo es entonces cuando nace el terrorismo como idea y como realidad. La extrema izquierda europea emplea la violencia para conseguir objetivos políticos, ante situaciones percibidas como de impotencia (por la fuerza represiva del rival o la impopularidad minoritaria de anarquistas, nihilistas y marxistas), y lo hace con métodos a grandes rasgos muy actuales: el atentado individual simbólico, la bomba masiva, el intento de provocar la represión… Vaquero responde con cuidado y erudición a las grandes cuestiones del terrorismo histórico y actual: cómo se convirtió gracias a los teóricos y prácticos marxistas en un instrumento de poder, cómo movimientos nacionalistas y religiosos lo han adoptado después, y cómo se ha convertido en un fenómeno global, y a la vez en un arma arrojadiza en la política del siglo XXI.

Radicalmente moderno, genuinamente izquierdista, absolutamente violento, indisolublemente ligado de metas políticas, el terrorismo no es fácil de entender. Hace falta separar el grano de la paja, sobre todo en un momento en el que algunos terroristas intentan y consiguen hacerse pasar por benefactores de su pueblo, y en el que la acusación de terrorista se prodiga por otro lado con ligereza que hace peligrar la gravedad del terror mismo. Vaquero, como católico, explica que no hay terrorismo legítimo, pero también responde a las inquietantes preguntas sobre la relación entre terror, fe crimen, servicios secretos y luchas de poder. Algo que deberán tener en cuenta nuestros gobernantes de mañana, llamados a la triple tarea de aclarar lo sucedido en 2004, de liquidar para siempre el terror de ETA y de situar a España en el escenario mundial antiterrorista. Esta lectura les conviene tanto a ellos como a quienes hemos de votarles.

 

Fernando José Vaquero Oroquieta, La Ruta del Odio. 100 respuestas claves sobre el terrorismo. Prólogo de Antonio Beristain Ipiña. Sepha, Málaga, 2011. 429 pp. 22 €

 

http://www.elsemanaldigital.com/terrorismo-nace-de-la-izquierda-y-crece-con-nacionalismo-e-integrismo-113253.htm

Presentación en Madrid de La ruta del odio. 100 respuestas claves sobre el terrorismo

Presentación en Madrid de La ruta del odio. 100 respuestas claves sobre el terrorismo

Las víctimas del terrorismo estamos cumpliendo cadena perpetua, aseguró María Olvido del Valle Barrios, delegada provincial de AVT en Palencia

Las víctimas del terrorismo estamos cumpliendo cadena perpetua, aseguró María Olvido del Valle Barrios, delegada provincial de AVT en Palencia

Conforme lo anunciado, tuvo lugar la presentación en la Biblioteca Pública de Palencia, y ante una significativa representación de entidades culturales (la Asociación Fernando III el Santo), militantes de partidos políticos a título individual (UPyD), profesionales liberales y ciudadanos sin adscripción, el 14 de abril, de La ruta del dio. 100 respuestas claves sobre el terrorismo, de Fernando Vaquero Oroquieta.

 

MARIA OLVIDO DEL VALLE BARRIO, Delegada provincial de la AVT, presentó a ambos ponentes, afirmando que las víctimas del terrorismo estamos cumpliendo cadena perpetua.

 

INMA CASTILLA DE CORTÁZAR, Presidenta del Foro Ermua, empezó afirmando que gracias a las víctimas del terrorismo, al no tomarse la justicia por su mano, hay más democracia en España.

 

Tras destacar las virtudes, a su juicio, del texto presentado, al que calificó de didáctico, pluridisciplinar, comprometido y accesible, reflexionó en relación a cuestiones de actualidad de carácter metapolítico; insertas, por tanto, en una cultura de la ciudadanía enraizada en los Derechos Humanos.

 

A su juicio, con los sucesos acaecidos en España entre el 11 y 13 M, la pedagogía antidemocrática nos avasalló por doquier. Ello generó una brecha social y una desconfianza dramática hacia las reglas de juego democráticas. Por ello bien puede calificarse el Espíritu de Ermua de antítesis de aquello. No obstante, se estaría desplegando hoy día un escenario aparentemente novedoso; si bien desde entonces el PSOE no habría dejado de negociar con ETA. Así, se asegura desde el Gobierno que no hay negociación; por lo que no existirían “mesas” como las de Loyola. Eso sí: la “hoja de ruta” ya la describió Jesús Eguiguren en su día. Y como otro aspecto novedoso, siempre según su análisis, destaca la supuesta imposición exterior de mediadores internacionales, cuya aceptación desde el Gobierno es una verdadera patología en un Estado de Derecho. Como complemento de lo anterior, el Gobierno únicamente participaría al Partido Popular algunas cuestiones en materia antiterrorista. En este contexto la autodenominada izquierda abertzale continuará en las instituciones.

 

Por todo ello, reflexionó, la sociedad civil debe señalar los límites a los políticos, que no son otros que la dignidad del hombre y los Derechos Humanos. Hace falta esclarecimiento ante tanta confusión: de ahí la oportunidad del libro. Tal es el reto: recordar a los políticos que se acabó el todo vale por razones electoralistas.

 

FERNANDO VAQUERO OROQUIETA explicó que, con su libro, pretende una defensa del ser humano frente a las  ideologías totalitarias; denunciar los mecanismos totalitarios que persiguen el terror y la inhibición de la ciudadanía; desmentir la antihistórica pero “políticamente correcta” afirmación de que las religiones derivan en terrorismo, uno de los tópicos menos científicos y más extendidos. Sobre cuestiones de actualidad defendió una “cuarentena democrática” ante cualquier expresión en la que la izquierda abertzale quiera visibilizarse; incluida BILDU.

 

Tras un animado turno de preguntas, se informó que una vez celebrados actos similares en Zaragoza y Palencia, el libro se presentará en Madrid y Pamplona, habiéndose iniciado contactos para hacerlo en Oviedo y Valladolid.

 

 

Entidades convocantes:

http://foroermua.com

http://www.editorialsepha.es

"Hay que exigir a ETA que pida perdón"

"Hay que exigir a ETA que pida perdón"

FERNANDO J. VAQUERO AUTOR DEL LIBRO "LA RUTA DEL ODIO. 100 RESPUESTAS CLAVES SOBRE EL TERRORISMO"

 

Por MARCOS SÁNCHEZ. PAMPLONA

  • "Casi todas las mujeres que se han implicado en el terrorismo lo han hecho por seguir a sus parejas"

¿Los terroristas son locos o psicópatas? ¿Es cierto que los terroristas manejan grandes cantidades de dinero? ¿Es legítimo negociar con ETA? A estas cuatro cuestiones y a otras 97 más responde el libro La ruta del odio. 100 respuestas claves sobre el terrorismo, obra de Fernando José Vaquero Oroquieta (Pamplona, 1961). Funcionario de la Administración Central del Estado, licenciado en Derecho por la Universidad de Navarra, Vaquero ha estudiado Criminología en la Universidad del País Vasco. El pamplonés, coautor de La tregua de ETA: mentiras, tópicos, esperanzas y propuestas, afirma que su nueva obra es el resultado de un esfuerzo de síntesis "muy importante" porque "son muchas más de 100 las preguntas posibles".

¿Qué pasa por la cabeza de un terrorista?

Se produce una transformación antropológica. En un terrorista, todos sus valores y afectos se condicionan por una ideología de tipo totalitario. Esa ideología le va a regular todos los aspectos de su vida, la organización del tiempo, el ocio, las relaciones afectivas, quiénes son sus amigos, el límite con éstos y sus familiares, su estilo de vida, sus justificaciones... Casi todas las mujeres que se han implicado en el mundo del terrorismo lo han hecho por seguir a sus parejas.

¿Los hijos siguen a sus padres?

Hay muchos casos en los que sí. En ETA se han conocido segundas y terceras generaciones familiares de terroristas.

Hay una pregunta en su libro: ¿los terroristas son locos o psicópatas? ¿Lo son?

No. Sí que ha habido casos conocidos de quienes han acabado sufriendo enfermedades. Es comprensible porque la vida en clandestinidad es dura. Matar a personas como tú, por mucha ideología con la que te cargues, seguramente genera conflictos existenciales muy serios. Pero un loco o un psicópata, al ser imprevisibles, no encaja en una organización terrorista, que es un ejército que debe funcionar como la maquinaria de un reloj.

¿Disfruta matando un terrorista?

Creo que no. Que haya personas con patologías que puedan llegar a disfrutar es posible. Lo que sí sucede es que sus correligionarios, estén encarcelados o vivan en el entorno de ese mundo, lo disfrutan porque lo consideran un avance y lo celebran como tal.

Si el terrorista no disfruta y los que le rodean sí, el primero parece un títere al servicio de los segundos.

Es un reparto de papeles. Ser terrorista hace tener en el entorno una consideración extraordinaria, pero implica una servidumbre. Hay una distancia entre jalear a un terrorista que acaba de asesinar y ser tú mismo quien asesine.

¿La de atreverse a matar o no?

Claro. Desde fuera, cuando no ves al enemigo cara a cara desangrándose, es mucho más fácil hacer juicios de valor.

¿Cabe el arrepentimiento en un asesino?

Sí. En el libro cuento casos. Empiezan a tomar conciencia en prisión, generalmente. Muchos terroristas no se quieren arrepentir porque sería reconocer que la mayor parte de su vida no sólo han estado equivocados, sino que esa equivocación les ha llevado a cometer crímenes. En ETA ha habido arrepentidos, como Txelis, por su conversión religiosa, y personas que se arrepienten pero no puede decirlo porque en su pueblo, si lo dicen, pasan de ser unos gudaris a ser unos traidores o sospechosos.

¿Es iluso pensar que ETA puede pedir perdón?

Pero es a lo que deben tender el Estado y la sociedad. No se puede renunciar a que ETA pida perdón. Ese perdón debe ser presupuesto para que, un día, se puedan establecer unas bases serias para la paz. Si hay un sujeto que no reconoce sus propios errores, gravísimos, ¿sobre qué bases se va a construir la convivencia? ¿Qué seguridad vas a tener de que esta gente no se va a volver a echar al monte? No sólo podemos esperar a que ETA pida perdón, sino que hay que exigírselo.

¿Y cómo se puede materializar ese perdón?

En las actuales circunstancias sería necesaria una cuarentena democrática. Ya hemos conocido muchas supuestas treguas y muchas negociaciones. Necesitamos hechos. Si ETA no mata durante cinco o diez años, si además pide perdón, si además resarce a sus víctimas o facilita que se les pueda resarcir por parte de la gente que ha sido condenada, se establecerían las bases no voy a decir para una reconciliación, pero sí para aprender a convivir.

¿La ETA actual es la más débil de la historia, su fin está cerca?

Muy pocas personas en este país tienen información suficiente para poder hacer un juicio competente sobre este tema. En el caso del IRA, Gerry Adams y Martin McGuinness lideraron el proceso de pasar del terrorismo a la acción política resucitando una carcasa sin vida como el Sinn Fein. Eran los máximos dirigentes del IRA.

El problema es que la dirección etarra no da el mismo paso.

No lo sabemos. ¿Todas las direcciones que están cayendo últimamente son el núcleo directivo que lidera el MLNV? No lo sabemos. ¿Qué pasa con Iosu Ternera? No lo sabemos. A lo largo de su historia, ETA ha controlado todo el conjunto del MLNV. Las escisiones que ha habido han sido mínimas, como las de Aralar, que se han convertidos en unos apestados, o la de Yoyes, que fue ejecutada. Ahora no sabemos lo que está pasando. Se habla mucho de la lucha entre los amigos de las pistolas y los de la política. ¿Eso qué quiere decir, que ya no existe una dirección unificada de ETA? Nos faltan elementos de juicio.

Otra pregunta de su libro: ¿es legítimo negociar con ETA? ¿Lo es?

¿Negociar con ETA? No. ¿Explorar la situación del entorno de ETA? Sí. ¿Hablar directa o indirectamente con ETA? Por supuesto, no hay que desaprovechar ninguna oportunidad, pero con cautelas. Por eso hablaba de una cuarentena democrática. Si ETA dice que renuncia a la lucha armada, se podrá hablar con ellos para ver en qué tiempo entregan las armas, qué hacer con los exiliados y los presos, en qué plazos se les puede excarcelar, siempre con las condiciones previas que establezca el Estado. Pero ETA no puede marcar las condiciones, tendrá que ser el Estado quien las marque, por respeto a las víctimas y porque es el único sujeto en este juego con plenitud de derechos y deberes.

¿Cuándo se podrá decir que ETA ha desaparecido? ¿Cómo se está seguro de algo así? Se habla de "verificación"...

En muchos casos, la total desarticulación policial ha certificado la muerte de una organización terrorista. En otros, la transformación radical de la organización. En el caso irlandés, hubo una comisión de verificación del desarme, que aseguró que el IRA había desmantelado los arsenales y ya no cuenta con una estructura operativa autónoma. En España podremos saber que ETA ha desaparecido el día que sepamos que orgánicamente no existe, que no dispone de activistas ni de estructuras capaces de desarrollar una ofensiva terrorista, y cuando todos sus arsenales hayan sido destruidos o entregados. No me gusta que lo verifique un sujeto internacional, porque tenemos un Estado con todas las competencias para ello y, si no lo hace, quedaría relegado.

¿De qué estamos más cerca: de que la propia ETA decrete su final o sea el Estado el que lo decrete?

Mientras exista una base potencial de 200.000 electores; una dinámica de comunicaciones permanente; una comunidad de 2.000 terroristas exiliados; 700 presos en las cárceles; miles de familiares que se movilizan cada fin de semana; y movimientos sociales capilarizados en el mundo estudiantil, el feminismo, el asociacionismo y recreativo, siempre habrá un grupo de muchos o pocos que, mientras no se tome la decisión por quien la tiene que tomar, podrán retomar la antorcha de ETA. El Grapo pasó de matar a 50 personas al año a hacer atracos cada cinco o seis porque no tenía una base social de apoyo, y ETA sí la tiene. El Estado puede usar todos los medios a su alcance para reducir a ETA a su mínima expresión, pero no a su movimiento social de apoyo. En definitiva, la última palabra la tiene ETA.

LA RUTA DEL ODIO. 100 RESPUESTAS CLAVES SOBRE EL TERRORISMO

Autor: Fernando José Vaquero Oroquieta.
Editorial: Sepha.
Ejemplares editados: 1.200.
Precio: 22 euros.

http://www.diariodenavarra.es/noticias/navarra/mas_navarra/hay_que_exigir_eta_que_pida_perdon.html

 

Diario de Navarra, 10 de abril de 2011, página 24

La ruta del odio. 100 respuestas claves sobre el terrorismo. Reseña en Diario Liberal.

La ruta del odio. 100 respuestas claves sobre el terrorismo. Reseña en Diario Liberal.

Decía alguien de cuyo nombre no es preciso acordarse que no hay preguntas tontas, sino que  lo importante son las respuestas. Pues bien, en el caso que nos ocupa, el autor da respuesta inteligente a preguntas planteadas con inteligencia, unas veces siguiendo criterios lógicos, otras, recogiendo tópicos frecuentes, y finalmente, dudas, confusiones e incertidumbres frecuentes entre el público en general y los medios de comunicación en particular. Confusiones e incertidumbres que pueden llegar a ser peligrosas en un tema como el terrorismo.

El autor aborda el tema por donde se debe, es decir, por el concepto y las causas del fenómeno. Ya aquí agarra el toro de los tópicos y las confusiones por los cuernos, desactivando por medio de fundamentadas y ágiles respuestas ideas tan frecuentes como que el terrorismo constituye una especie de resistencia o guerrilla, un “arma de los pobres”, o un fenómeno con base etnológica. Estas no son más que “justificaciones”, que ocultan con frecuencia el origen ideológico del terrorismo. En unos tiempos en que al terrorismo de ETA, por ejemplo, se le aplica con generosidad el calificativo  de “fascista”, parece especialmente relevante trazar el árbol genealógico del que descienden la mayoría de los grupos terroristas hasta la aparición del yihaidismo, que no es otro que el del marxismo-leninismo. Ambas ideologías coinciden en la preeminencia de la utopía sobre el valor de la vida humana, lo que explica tanto la actuación de grupos terroristas, como el genocidio o el terrorismo de Estado. Huyendo de toda simplificación, sin embargo, no elude el autor ocuparse del terrorismo “de derechas”, pasando revista a sus diferentes manifestaciones a lo largo del siglo XX (e incluso XXI). Pero, a diferencia de la marxista-leninista, la violencia derechista surge normalmente como reacción ante la primera, y carece de homogeneidad en cuanto a objetivos y presupuestos ideológicos.
En cuanto al terrorismo islámico, aparentemente desvinculado del marxismo-leninismo, el autor destaca su parentesco con las ideologías totalitarias modernas: los islamistas se alinearon siempre con la URSS durante la Guerra Fría (como antes otro totalitarismo, el nazi, apoyó a los árabes contra los judíos), y los autores marxistas tuvieron gran peso en la formación intelectual de los precursores de la revolución islamista en Irán. Todo ello puede ayudar a orientarse al lector medio, perdido en un océano de términos (yihadismo, salafismo, islamofascismo) que, mezclados con conceptos confusos como los señalados al principio, no dejan ver el bosque.

Otra virtud tiene el libro, y es el de situar el terrorismo de ETA y GRAPO dentro de la historia y en el contexto del terrorismo internacional, evitando así el tan frecuente “ombliguismo” que aqueja a los españoles a la hora de tratar todo lo que les concierne, y que resumió Larra en su artículo “En este país”. Deshaciendo una vez más tópicos, se acomete con valentía la supuesta relación de ETA con la Iglesia: si bien es cierto que ésta amparó reuniones y suministró incluso algunos militantes, no lo es menos que también acogió a Comisiones Obreras, USO, PCE, democristianos y multitud de grupúsculos de izquierda, por dos motivos fundamentales: la eclosión del catolicismo social y el ambiente propicio del postconcilio, y (afirmación que sorprenderá a no pocos) el ser la Iglesia el ambiente donde se respiraba mayor libertad dentro del franquismo. Estos dos supuestos explican el espinoso tema de las actitudes de algunos prelados (afortunadamente superadas). Al contrario, la posición de la Iglesia al respecto es firme, a pesar de haber decrecido su presencia en la sociedad vasca (y española en general). Por su parte, el entorno abertzale se ha alejado definitivamente (si es que alguna vez estuvo cerca) del cristianismo, al asumir presupuestos neopaganos, ecologistas, feministas, y demás ismos propios del radicalismo multicolor en que ha ido a parar la “nueva izquierda”  tras la caída del Muro.

Las últimas respuestas que recoge el libro también lo son en el sentido de soluciones, o más bien de “esperanzas”: el papel de la sociedad civil en la lucha contra el terrorismo, el arrepentimiento e integración de los activistas (posible, como demuestran varios ejemplos), la intervención de los Estados desde una posición clara y valiente. Junto a las esperanzas, los “temores”, puesto que cualquier planteamiento buenista y poco realista pecaría de ingenuo. La misma existencia y extensión de las sociedades democráticas (con su defensa de los derechos humanos y la consiguiente limitación ética de la forma de luchar contra el terrorismo), las nuevas tecnologías y la globalización posibilitan la adaptación y la pervivencia del terrorismo. Frente a él, no cabe respuesta que no pase por un planteamiento ético.

La bibliografía y la selección de 100 páginas web recogidas en los apéndices resultan especialmente útiles y contribuyen a hacer de este libro un verdadero vademecum, mucho más útil, claro y completo para el público en general (y para estudiantes y medios de comunicación, nos permitimos añadir) que las monografías especializadas, que pierden de vista lo que en definitiva interesa al lector: el por qué y el hasta cuándo.

La ruta del odio. 100 respuestas claves sobre el terrorismo es un libro de Fernando J. Vaquero Oroquieta. Málaga, Sepha, 2011. 429 pags. ISBN: 978-84-96764-90-3.


Milagrosa Romero Samper. Universidad CEU-San Pablo. Madrid.
redaccion@diarioliberal.com

http://www.diarioliberal.com/DL_opinion6.htm

5 de abril de 2011

TOLERANCIA CERO ANTE CUALQUIER PARTIDO QUE COBIJE A TERRORISTAS, ha reclamado JOSE MARCO JALLE, Vicesecretario nacional de la Asociación de Víctimas del Terrorismo en la presentación del libro “La Ruta del Odio” en Zaragoza

TOLERANCIA CERO ANTE CUALQUIER PARTIDO QUE COBIJE A TERRORISTAS, ha reclamado JOSE MARCO JALLE, Vicesecretario nacional de la Asociación de Víctimas del Terrorismo en la presentación del libro “La Ruta del Odio” en Zaragoza

Conforme lo previsto, hoy -30 de marzo de 2011- ha tenido lugar la presentación pública en Zaragoza del libro La ruta del Odio. 100 respuestas claves sobre el terrorismo, de Fernando José Vaquero Oroquieta.

 

D. José Marco Jalle, Vicepresidente nacional de la Asociación de Víctimas del Terrorismo, denunció la negociación que el Gobierno de España mantiene con el entorno terrorista de ETA, calificándola de inmoral y cortoplacista. Por ello, la manifestación convocada por AVT en Madrid, para el próximo 9 de abril, es más necesaria que nunca: para que las víctimas y los españoles de bien permanezcan vigilantes frente el escandaloso comportamiento del ejecutivo.

 

Ante una democracia devaluada, que ignora la separación de poderes, afirmó, nos queda la calle y el ejercicio exigente de la ciudadanía. Denunció, igualmente, las resistencias del Gobierno en el esclarecimiento del caso Faisán, el “síndrome político de Estocolmo” demostrado con las “Actas de ETA” y el comportamiento de algunos políticos socialistas empeñados en que la Izquierda Abertzale esté presente en las próximas elecciones a cualquier precio. En consecuencia exigió “tolerancia cero ante cualquier partido que cobije a los terroristas”.

 

Presentó el acto D. Gonzalo Sichar, editor, quien expuso las líneas rectoras de su editorial: defensa de los derechos humanos, denuncia de los totalitarismos, expresión del pensamiento libre. Por ello, hace propia la frase de Oscar Wilde, quien afirmó que “únicamente podemos ser imparciales con las cosas que no nos afectan”. Es el caso del libro hoy presentado: un alegato por la libertad, la responsabilidad y la defensa de los más débiles desde una concepción católica del hombre y del bien común.

 

D. Francisco Mata Rivas, Abogado y Académico de la Real Academia de Jurisprudencia y Legislación reconoció que el terrorismo “a todos nos asusta, a todos nos afecta y nos plantea preguntas incómodas”. Por ello, este libro ofrece respuestas sin complejos.

 

D. Fernando José Vaquero Oroquieta, pretende con su texto: la defensa del ser humano frente a las  ideologías totalitarias; contribuir a desmontar los mecanismos totalitarios que persiguen el terror y la inhibición de la ciudadanía; desmentir la antihistórica pero “políticamente correcta” afirmación de que las religiones derivan en terrorismo, uno de los tópicos menos científicos y más tramposos del debate actual. Sobre cuestiones de actualidad defendió una “cuarenta democrática” ante SORTU y cualquier otra expresión en la que la izquierda abertzale quiera visibilizarse. Denunció, por último, a una clase política que trata de instrumentalizar a las víctimas del terrorismo y a la mismísima búsqueda de la paz en aras de intereses crematísticos y personales, despreciando a la ciudadanía y desnaturalizando la democracia. “Es necesaria una regeneración democrática que desacralice la política y la ponga al servicio del bien común”, concluyó.

 

 

Zaragoza, 30 de marzo de 2011

 

 

 

Información sobre el libro: http://www.editorialsepha.com/n/len/0/prd/367/la-ruta-del-odio

 

Entidades organizadoras:

http://www.arbil.org

http://www.acdp.es

http://www.editorialsepha.es

 

http://www.aragonliberal.es/noticias/noticia.asp?notid=47978&menu=6

http://www.alertadigital.com/2011/03/31/vaquero-oroquieta-durante-la-presentacion-de-su-ultimo-libro-es-necesario-regenerar-la-democracia/

Por qué La Ruta del Odio. 100 respuestas claves sobre el terrorismo

Por qué La Ruta del Odio. 100 respuestas claves sobre el terrorismo

Cada año, el mercado editorial propone al lector español una media de 20 títulos relacionados con el fenómeno lacerante del terrorismo. Desde novelas trepidantes, pasando por amenos reportajes periodísticos, hasta sesudos ensayos especializados de intelectuales de prestigio.

Entonces, ¿qué puede aportar un nuevo título, elaborado en esta ocasión por un escritor desconocido?

Analizando esa marea, importante sin duda, de textos, pueden observarse algunas características comunes:

  1. Participan del discurso “políticamente correcto”; especialmente cuando afirman que el terrorismo está indisolublemente asociado a las religiones. E ignoran, generalmente, las auténticas matrices ideológicas que lo nutren y las complicidades subsiguientes.
  2. Se hace abstracción del protagonista absoluto de esta lacra, bien como víctima, bien como agresor: la persona y sus exigencias de verdad, belleza y sentido.
  3. Tienden a desvincular al terrorismo de la realidad social, individual y colectiva del mundo de hoy; cómo si fuera obra, exclusivamente, de seres tarados, psicópatas, peligrosos frikis de los extremismos de todos los signos. Eludiendo, así, el cómo personas que afirman luchar en nombre de una utopía, persiguiendo supuestamente que la bondad del ser humano prevalezca finalmente, cometen los crímenes más execrables, en contundente contradicción con lo que presuntamente les mueve.

La Ruta del Odio. 100 respuestas claves sobre el terrorismo pretende, modestamente, proporcionar desde la experiencia personal del autor (navarro comprometido con el movimiento cívico constitucionalista, funcionario de prisiones), y desde la reflexión teórica, una perspectiva global de esta patología social, abordando sin recato alguno esas carencias.

Y lo hace alimentado por la antropología católica y los más relevantes documentos elaborados por la Iglesia local: la Instrucción de la Conferencia Episcopal Española Valoración moral del terrorismo en España, de sus causas y de sus consecuencias, de 22 de noviembre de 2002; el libro Terrorismo y nacionalismo, de 2005, un estudio sistemático de la citada Instrucción efectuado por diez hombres y mujeres, intelectuales católicos de primera fila; y la Instrucción Pastoral, de 23 de noviembre de 2006, Orientaciones morales ante la situación de España.

Por todo ello, se insiste en este texto, especialmente, en que religión y terrorismo son incompatibles, proporcionando argumentos teóricos, y un notable anecdotario, que acreditan que esa asociación es totalmente incierta; no en vano, esas supuestas expresiones de terrorismo religioso se derivan del carisma de personalidades enfermizas situadas en la periferia de algunas confesiones religiosas que las han desautorizado y que, en última instancia, no son sino coartada pseudoideológica de sus desvaríos. Por el contrario, analiza su relación con los totalitarismos (también presente, paradójicamente, en un Occidente tan liberal, tolerante y progresista) y los tan incisivos y diversos  nihilismos.

En este contexto, también se nutre, especialmente, del texto de Luigi Giussani El sentido religioso, pues mejor que ningún otro puede explicarnos cómo las exigencias del corazón pueden ignorarse, violentarse o sublimarse, en aras de proyectos ideológicos y vitales contrarios a la naturaleza del ser humano. Como también explica que no pocos terroristas hayan recorrido el camino contrario, reconociendo sus errores merced, fundamentalmente, a encuentros personales rehumanizadores.

Y, para enganchar esta triste realidad con la vida de nuestro mundo, debía responderse a cuestiones tan acuciantes como la salud moral de individuos, sociedad y clase política; la globalización; la guerra ABQ y nuclear; el reto del islamismo radical; la crisis de la identidad occidental; la propuesta cristiana. Todo ello mediante la fórmula, de singular fortuna en España, de un catecismo muy particular que engarza con esa particular tradición.

El lector podrá confirmar si este libro, todavía calentito, responde a tan ambiciosas expectativas. En cualquier caso, el resultado de este libro habría sido muy diferente de no haberse gestado en el seno maternal de la Iglesia y en la compañía muy concreta de sus amigos cristianos.

 

 

La Ruta del Odio. 100 respuestas claves sobre el terrorismo.

Autor: Fernando José Vaquero Oroquieta
ISBN: 978-84-96764-90-3
Páginas: 429

22 euros.

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