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Vía Crucis en el Coliseo de Roma por los cristianos perseguidos

Vía Crucis en el Coliseo de Roma por los cristianos perseguidos Guiado por las meditaciones del cardenal arzobispo de Hong Kong 

CIUDAD DEL VATIANO, jueves, 20 marzo 2008 (ZENIT.org).- El Vía Crucis de la noche de este Viernes Santo, presidido por Benedicto XVI en el Coliseo de Roma, no sólo recorrerá el camino de la cruz de Cristo, sino también el de los cristianos perseguidos.

 

Dará voz a sus sufrimientos y esperanzas el cardenal Joseph Zen Ze-Kiun, S.D.B., obispo de Hong Kong, a quien el Papa ha encomendado la redacción de las meditaciones y oraciones que acompañan las catorce estaciones.

 

Nacido en una familia católica hace 76 años en Shangai, el joven postulante entró siendo muy joven en el seminario de los salesianos en Hong Kong. Se doctoró en filosofía en Roma, en la universidad salesiana, en 1964.

 

Ha sido superior de la provincia china de los salesianos y, en 1989, se convirtió en el primer sacerdote de la diócesis de Hong Kong, autorizado por China popular a visitar el continente para enseñar en los seminarios «oficiales» (reconocidos por la Asociación Patriótica católica).

 

En la oración inicial del Vía Crucis el purpurado enmarca su propósito explicando que el Coliseo constituye un recuerdo de los primeros cristianos que «entre el rugido de los leones hambrientos y los gritos de la muchedumbre que se divertía, se dejaron desmembrar y golpear hasta la muerte por su fidelidad» a Cristo.

 

«Los Coliseos se han ido multiplicando a lo largo de los siglos, allí donde nuestros hermanos, como continuación de tu Pasión --dice en su oración dirigida a Cristo--, son todavía hoy perseguidos duramente en diversas partes del mundo».

 

En la introducción, el purpurado presenta el valor que hoy tiene este sufrimiento: «En su carne Jesús ha sido de nuevo arrestado, calumniado, torturado, escarnecido, arrastrado, aplastado bajo el peso de la cruz y clavado en aquel madero como un criminal», añade.

 

Pero este recuerdo quiere evitar todo espíritu de odio ante los perseguidores, al contrario eleva una oración por ellos.

 

En la undécima estación, que recuerda la promesa de Jesús al buen ladrón de acogerle en el Paraíso, los fieles reunidos en la noche de Roma con velas elevarán esta plegaria: «"Jesús, acuérdate de nosotros": digámoselo por nosotros, por nuestros amigos, por nuestros enemigos y por los perseguidores de nuestros amigos».

 

Pero las meditaciones plantean también preguntas dramáticas: «Torturas tremendas siguen surgiendo de la crueldad del corazón humano, y las de tipo psíquico non son un tormento menor que las corporales, y frecuentemente las mismas víctimas se convierten en verdugos. ¿Carecen de sentido tantos sufrimientos?».

 

En la última estación el cardenal en su meditación responde a esta pregunta: «¿Estamos en lo cierto de tener prisa y pretender ver rápidamente una victoria de la Iglesia? ¿Acaso no es nuestra victoria la que tenemos ansia de ver? Señor, haznos perseverantes para estar junto a la Iglesia del silencio y aceptar desaparecer y morir como el grano de trigo».

 

«Haznos escuchar tu palabra, Señor: "No tengáis miedo. Yo he vencido al mundo. No falto nunca a la cita. Estoy con vosotros todos los días hasta el fin del mundo". Señor, aumenta nuestra fe», concluye.

 

En la sección de documentos de la página web de Zenit pueden leerse las oraciones y meditaciones compuestas por el cardenal para el Vía Crucis:  http://www.zenit.org/article-26732?l=spanish 

 

Por Jesús Colina

 

Socialistas y comunistas unen fuerzas para una nueva Desamortización

Socialistas y comunistas unen fuerzas para una nueva Desamortización

La Iglesia navarra está en peligro. La izquierda quiere expropiar los templos usando una Ley franquista. Ignorancia y anticlericalismo se complementan en una pretensión absurda. 

 

El PSOE, Izquierda Unida y los abertzales de Nafarroa Bai han aprobado en el Parlamento de Navarra una moción que insta al Gobierno de Miguel Sanz a discutir la propiedad de los edificios y bienes religiosos en la Comunidad Foral. Acosado por las izquierdas, el Ejecutivo se debate entre los derechos de la Iglesia y las exigencias del PSN-PSOE, del que depende para sostenerse en el poder. En torno a la cuestión se ha revivido la alianza de izquierdistas y abertzales que se rompió en la crisis del verano de 2007. Pero lo que está en juego es mucho más importante que un gobierno regional.

 

Una cuestión histórica nada complicada

 

En principio, Izquierda Unida exigía del Gobierno que empleara "todos los procedimientos legales oportunos para impedir la privatización de los edificios y bienes públicos de uso religioso de Navarra". Añadiendo la imprecisión a la mentira, los comunistas navarros de Ion Erro olvidaban en su petición tres aspectos esenciales: 1) Los inmuebles de la Iglesia no pertenecen a las instituciones públicas, 2) su uso religioso no es circunstancial y no admite límites y 3) si hasta el momento no se habían podido inscribir en el Registro de la Propiedad se debía a una legislación franquista ahora modificada o derogada. Tres importantes razones que permiten dar la vuelta al asunto: la Iglesia no está usurpando lo que siempre ha sido suyo, sino que la izquierda trata ahora de nacionalizarlo.

 

La Ley Hipotecaria de 1946, continuando una tradición centenaria, excluía de la publicidad registral los bienes de la Iglesia. Al modificarse esta Ley y su Reglamento, y en cumplimiento de los acuerdos entre la Iglesia y el Estado, las diócesis están inscribiendo sus bienes, ¿o acaso no tienen derecho? ¿Añora la izquierda la situación del franquismo? Quizás, sencillamente, no sabe a qué era debida.

 

España, desde la conversión de Recaredo en 589 hasta la entrada en vigor de la Constitución de 1978, con pocas interrupciones y algunos altibajos, fue un país católico. No hablo de la cultura, la tradición y la religión predominantes (que siguen siendo las mismas) sino de la unidad católica, fundamentada en la confesionalidad de los poderes públicos y en la alianza estrecha entre Iglesia y Estado. Se presumía la catolicidad de España y de los españoles, de manera que no había razón para marcar límites entre lo público y lo eclesial. Y no porque no existiesen.

 

Ahora bien, tanto la Iglesia como sus partes tienen hoy una personalidad jurídica plena, y el Estado no es confesional. Si legalmente tiene hoy razón Manuel Azaña, y España ha dejado de ser católica, no es menos cierto que la Iglesia sigue existiendo, y sigue poseyendo lo que era ya suyo. Mendizábal en 1837 planteó –con la excusa de una desamortización- el expolio de las órdenes religiosas; y al extenderse después la desamortización a los restantes bienes eclesiales quedaron excluidos, precisamente, los destinados al culto y aquellos cuya venta no se logró. La Iglesia posee por tanto, hoy, los restos de su patrimonio inmemorial y lo que haya podido recibir en el último siglo y medio. Y como todo propietario, puede acudir al Registro de la Propiedad: no para quitar a nadie lo suyo, sino para evitar, precisamente, lo contrario.

 

Se escandaliza nuestra izquierda de que se han inscrito en el Registro "más de mil propiedades", entre "iglesias, ermitas, parroquias y cementerios", a nombre de las diócesis de Pamplona y Tudela. El PSOE, con aire moderado, pide al Gobierno foral "que medie" entre el arzobispado de Pamplona-Tudela y los Ayuntamientos afectados para que se conozcan las razones de esta escrituración de las propiedades eclesiales. Y el presidente del PSN, Román Felones, ha hablado pausadamente de la dificultad de un problema "nada sencillo y sensible" según él.

 

Una cuestión política, entre fanatismo y complejos

 

Felones sabe bien, sin embargo, que este asunto de las "iglesias propias" ya se planteó y se resolvió hace unos cuantos siglos. Quizás hablaríamos de otro modo si el emperador Enrique (q.D.g.) hubiese derrotado a Hildebrando y a la condesa Matilde, o si el clero no se hubiese manchado las manos en la vergüenza de Tagliacozzo, pero la Historia ya pasó por este punto: tanto las dignidades eclesiásticas como los bienes de la Iglesia están sometidos a la disciplina de Roma, y desde luego no a los caprichos de las autoridades seculares. Y menos aún cuando presumen de su acatolicidad, laicismo o anticristianismo, por cierto.

 

Es divertido ver a un heredero de Lenin como Erro diciendo que son "bienes públicos de uso religioso", y hablando con pretendida seriedad de "apropiación indebida"; o a uno de Sabino Arana, como Maiorga Ramírez, de Nafarroa Bai, lamentado la "nocturnidad y alevosía" con la que cree que ha actuado la Iglesia en este asunto.

 

Pero en definitiva, ¿de qué se trata? De saber a quién pertenecen las parroquias, las ermitas y las casas parroquiales. Según los indignados izquierdistas "numerosas facturas y documentos que acreditan y garantizan que esos edificios fueron costeados en su mayor parte desde la voluntad pública". En efecto, así es: o así fue al menos mientras el Estado fue católico. Esos bienes, creados por el pueblo (de Dios: es decir la Iglesia) para el culto, han servido a todo el pueblo mientras el pueblo ha sido católico. Ahora bien, si las instituciones ya no son confesionales es ilógico privar a la Iglesia de su derecho a registrar sus bienes (cosa que sí intentó hacer la Segunda República, pero la Ley de Confesiones y Congregaciones Religiosas de 1933 no está en vigor).

 

Dos puntos de humor del asunto

 

Para reír, la ocurrencia del centrista José Andrés Burguete (CDN) que con su noble trayectoria jurídica se lava las manos diciendo que "estas cuestiones deben dirimirse en el ámbito judicial". Cierto, cierto: pero si vamos a abstenernos ante todo intento de usurpación entonces no cobremos el sueldo a fin de mes. La pelota, al final, va a parar al tejado del Departamento de Cultura de Juan Ramón Corpas y a la Dirección General de Pedro Luis Lozano Úriz: si lo que está en juego no fuese tan serio sería divertido ver cómo consiguen rechazar las pretensiones de los socialistas sin parecer, por Dios, que dan la razón a la Iglesia.

 

Esto tiene pinta de colear mucho tiempo, pero al fin y al cabo se debe a un problema social muy español: ya no somos católicos (las instituciones no lo son y muchos ciudadanos tampoco) pero no queremos renunciar a lo que nos gusta de las etapas anteriores. Es decir, no voy a Misa pero quiero que mis niños se bauticen y comulguen, no doy limosna pero quiero casarme en la iglesia, el chaval no cree en nada pero quiero que se confirme y así sucesivamente. Y ahora éstos, que son abiertamente enemigos de la Iglesia, que no quieren ser parte de ese "pueblo de Dios" que construyó, mantiene y llena los templos, quieren tenerlos en propiedad. Incluso cuando son edificios anteriores en varios siglos a la constitución del primer Ayuntamiento navarro. Rozan el ridículo pero causan un gran daño a la convivencia pacífica.

 

Pascual Tamburri

El Semanal Digital, 20 de marzo de 2008

El martirio y la esperanza

El martirio y la esperanza

La región de Mosul, al norte de Irak, conserva algunas de las iglesias más antiguas del mundo. Conserva también la memoria dolorida de la ancestral comunidad de los católicos caldeos que todavía hoy celebra la liturgia en arameo, la lengua que habló Jesús. En vísperas de la Semana Santa, esta probada comunidad ha visto cómo le arrebataban a su pastor, monseñor Paulos Faraj Rahho. Ante el peligro inminente podría haber elegido un camino más cómodo, el camino del exilio, pero él prefirió cargar con la cruz y seguir junto a su pueblo.

 

El pasado 29 de febrero, precisamente tras celebrar el ejercicio del Vía Crucis en la Iglesia del Espíritu Santo, monseñor Faraj Rahho era secuestrado en un acto de violencia inusitada en el que fueron asesinados su chófer y dos acompañantes. El demoníaco sello de Al Qaeda estuvo claro desde el primer instante: no se trataba sólo de la rapiña habitual que encuentra entre los cristianos a las víctimas más desguarnecidas, sino de una operación para extirpar la semilla cristiana de la tierra de Irak.

 

El propio monseñor Rahho había denunciado la existencia de un proyecto para la eliminación de los cristianos, que incluye desde los ataques con bombas a numerosas iglesias hasta la presión asfixiante que se practica contra ellos en la vida cotidiana, sin olvidar las extorsiones y secuestros que son el amargo pan de cada día para los cristianos de Irak, mientras el mundo guarda silencio.

 

Catorce días después de exorbitantes exigencias de dinero, armas y liberación de presos, el cuerpo del arzobispo caldeo de Mosul aparecía sin vida entre el llanto de su pueblo y la conmoción de buena parte de sus vecinos. A pesar de la espada que pesaba desde hace años sobre su cabeza, monseñor Rahho no dejaba nunca de recorrer sus parroquias y de visitar a sus fieles, y había puesto en marcha varias iniciativas de caridad y de diálogo con los musulmanes. Estaba enfermo del corazón y precisaba medicación diaria, pero todos recuerdan su actividad incesante marcada por la bondadosa sonrisa que asomaba tras la espesa barba blanca típica de los obispos orientales. "Han querido golpear el corazón de nuestra Iglesia en esta ciudad", afirmaba un de los fieles que participaron en la celebración del funeral, "él nos daba el coraje para seguir adelante, pero ahora no sabemos dónde encontraremos fuerza".

 

La desesperanza y la pesadumbre son magnitudes bien presentes estos días entre los cristianos de todo el Medio Oriente, y se comprende la duda sobre si merece la pena seguir en esa tierra que es su casa desde tiempo inmemorial, pero en la que ahora se les niega casi el derecho a respirar. Es preciso acoger la duda sobre si ha tenido sentido el sacrificio de monseñor Rahho. El Domingo de Ramos, Benedicto XVI explicaba el sentido del evangelio de San Mateo sobre la expulsión de los mercaderes del templo: casi todos centramos nuestra atención en la dureza de las palabras de Jesús y su acción de volcar las mesas de los cambistas, pero el Papa advierte que después, se acercaron los ciegos y los cojos que estaban en el templo, y Él los curó, mientras los niños exclamaban "Hosanna al hijo de David".

 

A la inmundicia de aquellos mercaderes (a su perversión del orden querido por Dios) Jesús contrapone su bondad que sana todas las dolencias, y esa, dice el Papa, es la verdadera purificación del templo. Y Benedicto XVI insiste en una de sus ideas centrales: "Él no viene como destructor, no viene con las espada del revolucionario, sino con el don de la curación... muestra a Dios como Aquel que ama, y así nos indica en qué consiste en verdadero culto a Dios, el curar, el servir, la bondad que sana".

 

Al leer esta explicación del Papa he pensado inmediatamente en la vida del arzobispo Paulos, que se desgastó en el servicio a su pueblo, que con su testimonio y sus obras contribuyó a crear oasis de paz en un país afligido por la violencia y la mentira, que cargó sobre sus espaldas el cuidado de los más pobres, los disminuidos y los abandonados. De esta forma, su vida aparentemente destrozada ha creado espacios de verdadera humanidad, ha protegido a los débiles y ha sembrado una semilla justicia y reconciliación que difícilmente podemos pesar y medir, pero que ciertamente contará para el futuro.

 

Aun así, nuestro escepticismo es grande, y nos preguntamos si todo esto no serán sino bellas palabras que devorará la orgía de una violencia sin fin, desatada por el islamismo radical que utiliza y veja el santo nombre de Dios para justificar su proyecto de dominio sobre todo el Medio Oriente, y más allá. La encíclica Spe Salvi viene en nuestra ayuda cuando afirma que la esperanza en el Dios que nos ha amado hasta el extremo, que ha aceptado sufrir en la cruz, y cuyo poder sigue presente en el mundo, "nos da valor para ponernos de parte del bien aun cuando parece que ya no hay esperanza, y conscientes además de que, viendo el desarrollo de la historia tal como se manifiesta externamente, el poder de la culpa permanece como una presencia terrible, incluso para el futuro".

 

La historia de Paulos Faraj Rahho no es la de una vana ilusión frustrada definitivamente por los poderes oscuros de la historia, sino la de esta esperanza firme que sabe de quién se ha fiado y que ha experimentado ya su victoria. Toda una encarnación de cuanto vamos a celebrar en estos días.

 

José Luis Restán

Libertad digital, suplemento Iglesia, 20 de marzo de 2008

Lanzamiento de la web: Cristianofobia en Europa

Lanzamiento de la web: Cristianofobia en Europa  

www.christianophobia.eu fue recientemente lanzada en Viena por la plataforma Cristiana ¡Europa por Cristo! (www.europe4christ.net). La web muestra casos de Cristianofobia en Europa. También da citas y referencias sobre el uso de dicho término.

 

“Cristianofobia significa miedo irracional u odio a los Cristianos, o Cristiandad en general”, dice la Dra. Gudrun Kugler, jurista y fundadora de la web. Ella añade: “incluye prejuicios contra los Cristianos, y también se manifiesta en la lenta marginalización de aquellos que confiesan la fe cristiana”.

 

Hay listas de casos que incluyen varios ejemplos de burlas o ridiculización de la fe Cristiana, la retirada de símbolos Cristianos así como la prohibición de llevarlos puestos, y ataques en películas y programas de televisión.

 

La persecución de las “políticamente incorrectas” posiciones intrínsecas a la fe Cristiana, como son la oposición al aborto o al matrimonio homosexual, es grave. Se han dado casos de gente despedida o condenada a pagar multas, incluso encarceladas. Un miembro del Parlamento Francés, Christian Vanneste, fue condenado al pago de 10.000 Euros por sus comentarios críticos sobre la homosexualidad.

 

El término de “Cristianofobia” ya está en varios documentos de NU y la OSCE. Muchos oficiales del Vaticano han hablado a favor de reconocer este fenómeno, incluyendo recientemente al secretario Vaticano de relaciones con los Estados el Arzobispo Dominique Mamberti, como publica Zenit.

 

Joseph Weiler, autor Judío y Profesor de Derecho Internacional en NYU, dice que “La laicidad europea se distingue del secularismo americano, en que no es un simple “No creo en Dios”. Es una especie de fe en sí misma. Es una hostilidad positiva contra la religión identificada como Cristianismo, en Europa”.

 

El Obispo Hilarion, representante de Moscú de la Iglesia Ortodoxa Rusa ante las Instituciones Europeas, acusa a la Unión Europea de cerrar los ojos a las acciones anti-Cristianos en los países de la Unión Europea. “Insistiendo en la tolerancia, los líderes de la UE denuncian la Islamofobia y el Anti-Semitismo, pero a menudo ignoran las acciones anti-Cristianos”, dice y cita como ejemplo, los presuntos esfuerzos por apartar a la iglesia de la vida pública.

 

La iniciadora Dra. Gudrun Kugler dice: “La actitud en Europa se está volviendo muy hostil. Trabajamos en este campo y publicamos estos casos para alertar de la situación existente. Nuestro trabajo no es de autocompasión. Se trata de buscar soluciones, que deben incluir el nivel político”.

 

También piensa que como remedio, los Cristianos Europeos deberían tener más confianza en ellos mismos: “La Cristiandad constituye una gran parte del humanismo por el que Europa es famosa. Dio mucho-y todavía tiene mucho que ofrecer. Nos toca a nosotros como Cristianos el participar en el esfera pública con confianza y seguridad. Y como resultado, las tendencias cristianofóbicas disminuirán”.

 

Para ello, la iniciativa de ¡Europa por Cristo! Ofrece descripciones concisas sobre herramientas de la vida pública al igual que sumarios de los temas en juego.

 

E-Cristians, 12 de febrero de 2008

La Iglesia vasca en pie de guerra

La Iglesia vasca en pie de guerra

La designación de Mario Iceta como obispo auxiliar de Bilbao ha desatado una marejada en el seno de la Iglesia vizcaina que está creando un revuelo sin precedentes entre el clero vasco. El descontento ha llegado a tal extremo que algunos sacerdotes han llegado a plantear dimisiones u otras acciones, como un escrito de protesta, para expresar su desacuerdo con la designación de Mario Iceta.

 

El Consejo de Presbiterio, una especie de comité de sabios de curas en representación de todo el territorio, dio en su reunión del lunes un sonoro portazo a este nombramiento.

 

El descontento es tan manifiesto que, “el malestar puede ir a mayores y algunos se plantean dimitir aisladamente de sus responsabilidades o incluso se ha barajado la dimisión de todo el Consejo de Prebisterio”, añadieron, sin querer precisar otras medidas concretas que pueden llevarse a cabo. Y es que aunque el nombramiento del Vaticano no tiene ya marcha atrás, sí se quiere evitar que el nuevo obispo se consolide en el cargo e impedir que algún día se quede como titular de la diócesis bilbaina.

 

A pesar de que el recelo ya se venía palpando desde que se hiciera pública la noticia el pasado 5 de abril, la discordia ha ido en aumento. Sentimientos encontrados ante la llegada de un joven sacerdote euskaldun muy alejado de las coordenadas ideológicas y culturales dominantes en el clero vasco. “La sensación generalizada es que nos están imponiendo el catolicismo español más conservador”, apunta un sacerdote de la diócesis. No en vano, Iceta llega a la mitra con el “padrinazgo” del cardenal Rouco y vinculado a los sectores más tradicionalistas de la Iglesia.

 

Oposición casi unánime en el Consejo de Presbiterio, la oposición fue general y sólo un par de personas, entre los más de 40 miembros reunidos, alzaron la voz a favor de Iceta. Este Consejo está formado por un grupo notable de sacerdotes en representación de las vicarías, los arciprestazgos y de las parroquias vizcainas. Un órgano que resulta suficientemente significativo para que su opinión preocupe mucho al obispo Ricardo Blázquez.

 

Con una carta de presentación intelectual intachable y en posesión de un sinfín de títulos, algunos sacerdotes también cuestionaron el hecho de que tantas titulaciones sirvan para ser un buen obispo. “El currículum puede servir para ser profesor, pero ¿para ser obispo?”, se preguntan.

 

El descontento es notorio. “Lo primero por las formas ya que no se ha consultado ni al clero ni a las bases diocesanas, consulta que en otras ocasiones sí se ha realizado”, apuntan. Nadie oculta tampoco que la proximidad de Mario Iceta al Opus Dei y sus tendencias “reaccionarias” son otros de los grandes escollos de este nombramiento.

 

“La desconfianza proviene también por el hecho de imponer un obispo de fuera que no ha apostado por una diócesis vasca”, afirma otro de los consultados, que prefiere mantenerse en el anonimato en un tema tan espinoso. No en vano se muestran inquietos porque se difundan este tipo de discrepancias en el seno de la Iglesia. “No sabemos si explicitar estos conflictos es bueno o es malo para la fe cristiana pero no podemos ocultar que el malestar que existe es mayoritario y que no ha sentado bien ni a los sacerdotes, ni a los organismos diocesanos ni a los cristianos de base en general”, se justifican.

 

La politización de esta elección ha sido también uno de los argumentos barajados en la reunión del Consejo de Presbiterio, compuesto por miembros elegidos democráticamente por los sacerdotes. En este ámbito se ha criticado muy duramente la designación de Iceta. Sólo un par de sacerdotes mostraron su acuerdo con el nombramiento, al igual que el obispo Blázquez quien ya había manifestado públicamente que la llegada de Iceta era “un regalo de Dios”.

 

Ante las numerosas voces contrarias, el prelado bilbaino ha apelado “a la comunión con la Iglesia” para acallarlas. “Está claro que existe un plácet por parte de monseñor Blázquez, no hay que olvidar que el obispo no es auxiliar de la diócesis sino del propio obispo. Y tampoco conviene olvidar que anteriormente al auxiliar lo designaba el propio obispo. Eran otros tiempos pero seguro que a Blázquez le han presentado una terna de candidatos y él ha elegido”, sentencian.

 

Llamado a convertirse en uno de los prelados más jóvenes de la Conferencia Episcopal Española, Iceta, de 42 años, será ordenado obispo el próximo día 12 de abril en la catedral de Santiago. Antes, el lunes 18 de marzo, se despedirá oficialmente de la que ha sido su diócesis, Córdoba, durante los últimos catorce años.

 

Sólo dos personas, entre más de cuarenta miembros del Consejo, apoyaron la elección del nuevo obispo auxiliar

 

Se quejan por las formas de la designación y porque no se tenga en cuenta a un sacerdote de la diócesis.

 

Minuto Digital, 16 de febrero de 2008

 

Arzobispo de San Antonio ante el mitin de Hillary Clinton en una universidad católica

Arzobispo de San Antonio ante el mitin de Hillary Clinton en una universidad católica Publicamos la declaración que ha emitido monseñor José H. Gomez, arzobispo de San Antonio (Texas), con el apoyo de sus obispos auxiliares, en respuesta a la presencia de la senadora Hillary Clinton, candidata a la presidencia de lo Estados Unidos, en la Universidad St. Mary.

 

* * *

 

Ha sido para mí una sorpresa recibir la noticia de que la Senadora Hillary Clinton se presentará en la Universidad St. Mary. No he sido informado ni consultado por la universidad antes de que decidieran permitir que la Senadora Clinton hable en la universidad. Las instituciones católicas tienen el deber de enseñar y promover los valores católicos en todas las circunstancias. Esto es especialmente importante cuando las personas miran a nuestras universidades católicas en búsqueda de liderazgo y claridad sobre los discursos políticos, normalmente complicados y contradictorios.

 

Todos sabemos que el historial de votación de la Senadora Clinton así como de algunos de los demás candidatos a la presidencia no es consistente con las enseñanzas de la Iglesia Católica en lo que se refiere al importante tema de la vida.

 

No es mi intención decir a las personas por quién deben votar. Sin embargo, exhorto a los católicos a que atengan las enseñanzas de la Iglesia de manera integral en lo que se refiere a los temas públicos de gran importancia hoy. Ruego a los profesores y al equipo de pastoral de la Universidad St. Mary que sigan cumpliendo con su responsabilidad de educar a sus alumnos en su responsabilidad política, siguiendo las enseñanzas de la Iglesia católica.

 

Los obispos católicos de los Estados Unidos, en su documento del 2004 «Católicos en la Vida Política», afirmaron que, en las relaciones con los candidatos políticos y con aquellos que tienen cargos públicos, «la comunidad católica y las instituciones católicas no deben honrar a aquellos que toman acciones que desafían nuestros principios morales básicos. No debería dárseles premios, honores o plataforma alguna que pudiese sugerir un apoyo a sus acciones».

 

En una declaración distribuida por la Universidad St. Mary, se lee que «como una universidad católica exenta de impuestos, St. Mary no apoya a ningún candidato político o sus posiciones con relación a temas específicos, y reconoce las diferencias fundamentales entre las posturas de los candidatos presidenciales y las de la Iglesia Católica».

 

Nuestras instituciones católicas deben promover una clara comprensión de nuestras profundas convicciones sobre un tema como el aborto, un acto que la Iglesia llama un «crimen abominable» y un tema no-negociable.

 

Zenit.org

13/02/08

 

El humo de la confusión de los cristianos socialistas

El humo de la confusión de los cristianos socialistas


No sé si los cristianos socialistas son muchos o pocos, mártires de unos o de otros, submarinos en la Iglesia o en el PSOE, ingenuos utópicos o realistas esperanzados. No sé si sus escritos tienen mucha difusión o poca. No sé si cuentan con mucho apoyo en el PSOE laicista de Zapatero y en la Iglesia o poco.

 

No sé si su incursión en los grupos federales –al menos así aparecen en la página web del PSOE–, junto con Participación de la realidad latina; gays, lesbianas y transexuales; grupo de árabes socialistas... es algo más que una casualidad. No sé si su afán por tender puentes se ha quedado en eso o han sido capaces de construir al menos un trampolín. No lo sé. Lo que sí sé es que han publicado una nota ante las próximas elecciones que está tan pegada a la de la Conferencia Episcopal que parecen haberse constituido en conferencia eclesial paralela, en germen de una iglesia cristiana nacional financiada por el PSOE.

 

Cuando se hizo pública aquella magnífica clarificación de los obispos, que sirvió al menos para elevar el nivel del debate público respecto a lo que vamos a votar en las próximas elecciones, los citados cristianos socialistas y, por ende, socialistas cristianos, declararon que el reino de Dios había avanzado en España gracias a "la retirada de las tropas de Irak, la acción decidida contra la dominación por razón de género, la política de paz en el País Vasco, la regularización de casi un millón de inmigrantes y el firme compromiso contra la discriminación histórica que han sufridos las personas homosexuales".

 

Por supuesto que siempre es posible un paso más. Señalaban, desde sus convicciones cristianas, que "es precisamente la motivación moral la que ha impulsado las acciones más señeras del Gobierno del presidente Zapatero en esta legislatura y la que sostiene el programa de gobierno para la próxima". No hay más que oír estos días al ministro Bernat Soria hablar de un plan integral para el aborto y darnos cuenta de las motivaciones cristianas de las políticas futuras del Gobierno socialista.

 

Pero la historia no ha acabado ahí. En un ejercicio de auténtico profetismo de agrupación de salón y tentempié han emitido un amplio comunicado en el que matizan con un "pero" todos y cada uno de los puntos de los obispos de la Comisión Permanente, como si a la doctrina de los obispos les faltara una tilde, o se hubieran olvidado de un aspecto importante de su magisterio y por tanto hubieran estado manipulando los criterios iluminadores de la conciencia cristiana y de la recta razón frente a las próximas elecciones. El texto que ahora proponen es un remedo que, sibilinamente, reproduce el lenguaje y parafrasea las palabras episcopales en un ejercicio de confusión doctrinal de largo alcance.

 

Uno de los problemas de estos cristianos socialistas es que nunca parecen satisfechos con lo que dicen los obispos mientras la jerarquía no se dedique a aplaudir las buenas obras éticas y morales de las políticas de Zapatero. Matizar a los obispos supone matizar el Evangelio, o al menos, llevarlo a un terreno pantanoso de fecales aguas políticas de partido. Máxime si de un partido como el socialista se trata, que no se caracteriza, precisamente, por propuestas legislativas que respeten la naturaleza de la condición humana y que permitan la libre expresión de la propuesta de la experiencia cristiana.

 

Con este nuevo comunicado de los cristianos socialistas el programa del PSOE ha dado un paso más: se ha revestido de teología de la liberación de baja intensidad y se ha presentado como la legitimación de la conciencia para unos ciudadanos que votan con la sola buena fe. Una vez más, el humo de la ideología socialista no les deja ver lo que está ocurriendo; no les permite oír la nítida voz de los obispos.

 

No se trata, como ellos afirman reiteradamente, de un ejercicio de discernimiento dentro del episcopado. La estrategia de la desunión de la Iglesia tiene ya muchos años. Lo dramático del caso que nos ocupa es que son quienes se denominan cristianos los que han trazado con la tiza de la inoportunidad una línea divisoria entre nuestros obispos que, cuando realizan un discernimiento moral, van a una. Por más que argumenten su texto con citas de un magisterio pontificio a su medida, lo que van a sembrar es la semilla de la confusión y ese relativismo destructor que lleva a muchas personas a respirar el humo negro de la disidencia.

 

José Francisco Serrano Oceja

Libertad Digital, suplemento Iglesia, 14 de febrero de 2008

E-Cristians: "la Iglesia siempre resulta incómoda para quien manda"

E-Cristians: "la Iglesia siempre resulta incómoda para quien manda"

Los obispos tienen derecho a expresarse -como en toda Europa- sin reacciones anticatólicas de un gobierno en "rebajas" electorales.

 

 

Declaración de E-Cristians (www.e-cristians.net) ante la reacción del Gobierno y el PSOE atacando la libertad de expresión de la Iglesia

 

 

 

1.           España es un estado de derecho. Este es el marco de referencia para formular los juicios que atañen a la cosa pública. En este contexto todas las instituciones de la sociedad civil y por tanto la Iglesia tienen todo el derecho a formular críticas al gobierno y a sus instituciones, sin otro límite que el que pueda tener la libertad de expresión.

 

2.           Reprimir el libre ejercicio de este derecho como hace el gobierno con la declaración de la Conferencia Episcopal Española, es un riesgo para el estado de derecho porque constituye una deriva, una tentación totalitaria.

 

3.           La Iglesia Católica es objetivamente una de las instituciones más importantes de la sociedad civil. Por esta razón, además del derecho que le asiste, su voz debería ser escuchada con respeto y objetividad en una sociedad democrática bien equilibrada.

 

4.           Quienes hablan por boca de la Iglesia son los obispos en sus diócesis en comunión con el Papa, y de manera colectiva las Conferencias Episcopales. Pretender alterar este principio a base de afirmar que los obispos no representan a sus feligreses, como hace el PSOE y el gobierno, es una injerencia improcedente. Sin respeto a los representantes de las instituciones de la sociedad civil, la práctica democrática se vuelve imposible, porque entonces es el poder quien los designa y no cada institución. Esta es otra tentación totalitaria.

 

5.           Los obispos no solo tienen derecho a opinar como parte de la sociedad civil, sino el deber de orientar a los católicos ante cualquier hecho importante. Las elecciones lo son. De ahí que sea una práctica habitual en Europa, incluida la muy laicista Francia, Estados Unidos, y en general todos los estados democráticos. De hecho el que puedan hacerlo sin especiales amenazas es un indicador de la madurez democrática de quien gobierna.

 

6.           Lo que establecen los obispos son principios morales, que luego los laicos deben interpretar y aplicar en último término según su conciencia. No son propuestas programáticas de partido.

 

7.           No coincidir con las tesis del gobierno, no significa estar alineado con la oposición. Porque de ser así la Conferencia Episcopal Española habría sido pro-PSOE cuando la Iglesia estaba en contra de la guerra de Irak, o pro-Batasuna cuando no quiso firmar el Pacto Antiterrorista, ambos conflictos con el PP en el poder. La Iglesia siempre resulta incómoda para quien manda y su voz se convierte en intolerable cuando quien gobierna tiene la pretensión del monopolio de la verdad política, la pretensión totalitaria.

 

8.           El documento, un texto formulado en términos muy respetuosos, tenía muchos más puntos de interés que la frase dedicada al terrorismo, que han sido ignorados. Recomendamos su lectura directa y completa.

 

9.           Afirmar, como hace el texto de la Conferencia Episcopal Española, que no se puede otorgar la interlocución política a quien utilice el terrorismo es un principio moral básico para la salud de un régimen democrático, puesto que de lo contrario, se admitiría el uso de la violencia como un medio político. Confundir deliberadamente –como hace el gobierno- el concepto de negociación política con el diálogo, es demagógico y niega el argumento utilizado hasta el aburrimiento por el propio Rodríguez Zapatero en el Congreso. El Ministro de Justicia, Fernández Bermejo, insistía en ello en unas recientes declaraciones en El Mundo, para justificar que después del atentado de la T-4, se mantuviera el diálogo con ETA.

 

10.       La brutal reacción del gobierno y del PSOE, descalificando a los pastores de la Iglesia y amenazando con romper los acuerdos con la Santa Sede, solo puede obedecer, por su exceso, a dos razones. Una es un profundo sentido anticatólico; otra la voluntad de instrumentalizar a la Iglesia para excitar una pasión malsana en parte de su electorado, dado que su campaña electoral ha degradado el proyecto político hasta convertirlo en una oferta de rebajas de supermercado. En ambos casos este comportamiento define un sujeto político incapaz de gobernar, bien por su tentación totalitaria, bien por su irresponsabilidad política.