Compromiso con nuestros lectores y con Euskal Herria
Compromiso con nuestros lectores y con Euskal Herria
La información publicada ayer por GARA sobre el acuerdo alcanzado entre ETA y el Gobierno español provocó numerosas reacciones dentro y fuera de Euskal Herria, algunas de las cuales, especialmente la del presidente del PNV, Josu Jon Imaz, y la del ministro de Justicia español, Juan Fernando López Aguilar, colocaron en su punto de mira a este diario. Significativamente, las declaraciones más duras fueron las de Imaz, en claro contraste con lo dicho por sus socios en el Gobierno de Lakua, EA y EB, que consideraron lógico y conveniente que el Gobierno español y ETA hubieran hablado. Ni tan siquiera el PSOE, coprotagonista de la información de GARA, empleó la virulencia esgrimida por Imaz cuyo partido no aparecía ni tan siquiera citado, que aprovechó la entrevista en Radio Euskadi para arremeter contra ETA, la izquierda abertzale y el propio GARA. Pero, más allá de intereses partidistas y obsesiones, obvias en algunos casos, sólo López Aguilar el mismo que dijo que las denuncias de torturas resultaban falsas en el 100% de los casos declaró expresamente que desmentía la información publicada por este diario. Alfredo Pérez Rubalcaba, ministro de Interior, se limitó a señalar que el diálogo con ETA «aún no ha comenzado» y que, cuando comience, acudirá a informar al Parlamento; por su parte, Patxi López, secretario general del PSE, manifestó que «no se ha negociado políticamente con ETA».
Hablamos de información y rigor. GARA se debe a sus lectores; es con ellos su compromiso para informarles de lo que en realidad sucede en Euskal Herria. Quien se acerca a estas páginas sabe que cuenta con una fuente de información segura y una referencia editorial honesta. Para nosotros, esta labor es un compromiso ineludible, un compromiso que siempre hacemos compatible con el firme apoyo a los caminos de solución para el conflicto político. Por ello, este diario siempre estará dispuesto a trabajar con la responsabilidad exigida en cada momento; sin embargo, resulta una paradoja que cuando se pide responsabilidad y discreción se utilice para ocultar que hay dificultades que pueden socavar los cimientos de un proceso e impedir concretar bases mínimas sobre las que pueda avanzar.
La información ofrecida por GARA se enmarca en la constatación de que ignorar las tensiones existentes en nada ayuda al ya suficientemente complicado tránsito hacia la paz y hacia un escenario democrático. La información que abría ayer este periódico estaba en manos de diferentes medios y partidos, y parece lógico pensar que su difusión en cada vez más ámbitos haya sido propiciada por la incertidumbre creada por una situación en la que se esperaba que determinadas cosas sucedieran y, sin embargo, ocurría todo lo contrario, como demuestran las constantes actuaciones contra Batasuna, las numerosas operaciones policiales habidas en los últimos tres meses o la creciente presión policial. Según las fuentes consultadas, un normal desarrollo de lo previsto en los encuentros entre ambas partes, sin los sobresaltos habidos desde la declaración de alto el fuego permanente por parte de ETA, hubiera sido sin duda la mejor salvaguarda de que el nivel de discreción con el que se gestó todo se hubiese mantenido. La información era conocida en ciertos círculos, otra cosa bien distinta es la utilización que de la misma estuvieran haciendo algunos y la que se podía hacer en el futuro.
Consecuentes con nuestra trayectoria, apelamos desde GARA a la verdadera responsabilidad, a que los agentes respeten la palabra dada, a desterrar las operaciones de desgaste y a encarar, sobre la base del reconocimiento de derechos y el ejercicio de la democracia, el proceso de resolución del conflicto.
Editorial de Gara, 11 de julio de 2006
0 comentarios