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No hay respiraderos en la ilegalización

No hay respiraderos en la ilegalización El juez de la Audiencia Nacional española Baltasar Garzón ha citado a dos representantes de Batasuna para requerirles explicaciones en relación a la manifestación que tendrá lugar, el domingo próximo, en Donostia. En la providencia hecha pública ayer, el titular del Juzgado Número 5 de Audiencia Nacional alude a que ambos representantes independentistas protagonizaron la rueda de prensa en que se dio a conocer la celebración de una marcha que se repite cada año, coincidiendo con la Aste Nagusia donostiarra.

Aunque el Departamento de Interior del Gobierno de Lakua no encontró «motivos legales» para prohibir la celebración de la marcha, y aludió a que la persona que ha formalizado la convocatoria «no tiene restringido» el derecho de manifestación, en la decisión que hizo pública el lunes imponía límites al desarrollo de la marcha, asumiendo a grandes rasgos las cortapisas derivadas de la Ley de Partidos y de la ilegalización de Batasuna y otras formaciones de la izquierda independentista.

Además de adoptar una ley que colisiona frontalmente con la libertad de expresión política como marco para la argumentación de su decisión de no prohibir la marcha en favor del proceso, Lakua se apresuraba a remitir «información complementaria» al tribunal especial español, concretamente sobre la comparecencia ante la prensa de los mahaikides Elkano y Barrena, ahora requeridos a com- parecer en el despacho de Garzón.

En la línea de lo expresado en la notificación del departamento que dirige el consejero Javier Balza, el magistrado aplica, por su parte, restricciones a la marcha. Advertía la consejería contra los eslóganes, siglas y símbolos asimilables a organizaciones ilegalizadas, y Garzón decreta, en consonancia, la retirada de aquellos carteles anunciadores de la convocatoria en los que aparezca la referencia de Batasuna. De suerte que a Interior de Lakua le tocará probablemente lidiar con una orden, a ejecutar por la Ertzaintza bajo su mando, destinada a impedir la propaganda sobre un acto para cuya no celebración no ve «motivos legales». Con ello queda de manifiesto que la actitud que se impone en este nuevo tiempo político no es la de buscar respiraderos en la ilegalización, sino la de oxigenar a fondo el escenario político, para que se puedan expresar y aplicar, en paz y democracia, ­y sin fragatas militares en La Concha­, todas las ideas con el único límite de la voluntad de la ciudadanía vasca.

Editorial de Gara, 9 de agosto de 2006

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