PNV, EA y EB hablan de «irreversibilidad» pero plantean pasos
Los portavoces de PNV, EA y EB respondieron ayer al mensaje de ETA en Aritxulegi reduplicando sus mensajes sobre la «irreversibilidad» del proceso. Iñigo Urkullu y Javier Madrazo no descartan que la organización vuelva a la acción armada, pero dicen que iría en su contra. Junto a ello, ambos y, sobre todo, Begoña Errazti piden pasos para salir del parón.
El mensaje lanzado por tres encapuchados en nombre de ETA en el acto del sábado en el monte Aritxulegi, del que informaron GARA y ‘‘Berria’’ el domingo, acaparó ayer portadas en la prensa vasca y estatal. Al hilo de ello, los distintos portavoces políticos se lanzaron a valorar tanto el contenido como las posibles motivaciones del mensaje, además de poner termómetro al momento político. PNV, EA y EB coincidieron en hablar de «irreversibilidad», aunque con matices propios, y añadieron que es necesario realizar movimientos de desbloqueo.
Así, para el portavoz del PNV, Iñigo Urkullu, la situación «no es reversible por mucho que ETA o una parte de ETA pudiera volver a las andadas. El proceso no es reversible para nosotros porque ni la propia base social de la izquierda radical vasca asumiría en estos momentos de buen grado que hubiese una vuelta atrás», argumentó.
El coordinador de EB, Javier Madrazo, añadió por su parte que si ETA diera por finalizado el alto el fuego permanente «no sería para volver a matar», sino que «se estaría en la antesala del 22 de marzo», en referencia a los casi tres años sin atentados mortales anteriores. Lo justificó indicando que «ETA sabe que si volviera a matar sería el principio del fin, no tiene otra alternativa».
También para la presidenta de EA, Begoña Errazti, el proceso «es irreversible». Calificó la aparición de los encapuchados de «desafortunada», pero añadió que prueba «que ETA está ahí». «Quien piense que ETA ha desaparecido, se equivoca: ETA existe, y precisamente uno de los objetivos de los partidos políticos es llegar a unas circunstancias en las que ETA no exista», añadió.
Desde el Gobierno de Lakua del que los tres partidos forman parte, la portavoz, Miren Azkarate, eludió valoraciones argumentando que el Ejecutivo «no dedica tiempo a debatir sobre actuaciones que pertenecen al pasado», en referencia a lo ocurrido en Aritxulegi. Añadió además que «no lleva a ningún sitio» analizar si el proceso político «atraviesa un momento más complicado o difícil».
Lakua:«Debemos trabajar»
La propia Azkarate afirmó que, al margen del mensaje de ETA, «todos los agentes tenemos que sacar nuestras propias cuentas y trabajar para hacer realidad los objetivos de sacar la violencia de las calles y debatir el futuro político entre los partidos, en paz y libertad. Hay que saber que todos tenemos aportaciones que hacer, y ETA tiene que tomar una decisión».
Iñigo Urkullu, pese a tildar la aparición de los encapuchados de «escenificación patética», incidió en la necesidad de «hacer política» para consolidar «definitivamente» la situación. El portavoz del EBB dijo que su partido quiere seguir teniendo confianza «en la apuesta política de Batasuna o de la izquierda radical vasca» respecto al «compromiso de Anoeta». Yadmitió junto a ello que existen «dificultades e incomodidades» que se deben superar, entre las que citó las acciones de kale borroka y las reticencias a pasar a la fase del diálogo multilateral entre los partidos políticos vascos.
Begoña Errazti, líder de EA, fue quien más insistió en la necesidad de seguir avanzando. En un desayuno con la prensa en Gasteiz, alertó para que el Gobierno español no use lo ocurrido en Aritxulegi como «excusa» para postergar los movimientos necesarios.
«Entiendo que el presidente español no es tan iluso como para no saber que una situación de violencia no desaparece de un día para otro», indicó Errazti antes de insistir en que «no hay disculpas» para no constituir ya la mesa de partidos.
Madrazo pide «impulso»
Por su parte, Javier Madrazo, entrevistado en Radio Euskadi, emplazó a ETA y Batasuna a que expliquen «qué significa y qué interpretación hay que dar a esta aparición» y «que aclaren pronto, lo antes posible, si siguen apostando por la declaración de Anoeta, por el alto el fuego permanente y por el diálogo multipartito que acabe concretándose en la mesa».
Madrazo admitió que el proceso «requiere un impulso». A Batasuna le achacó que «sigue sin apostar de verdad por las vías políticas y democráticas»; a ETA, que «no ha declarado un cese definitivo de la violencia»; y al Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero, que «sigue sin legalizar a la izquierda abertzale, sin modificar la política penitenciaria y sin reconocer el derecho a decidir que tienen los vascos».
Gara, 26 de septiembre de 2006
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