Si le queda alguna esperanza, estamos perdidos
Esperemos que no sea un nuevo juego de palabras de los que hemos visto en las últimas semanas. Ha sido el secretario de organización del PSOE, José Blanco, 67 horas después de la comparecencia de Zapatero, quien ha dado este martes por roto el mal llamado proceso de paz. No lo quiso hacer el presidente del Gobierno el pasado sábado, cuando sólo anunció una suspensión.
Han hecho falta casi tres días y la presión desde el domingo del diario El País para que hoy un representante del PSOE, que no del Ejecutivo, anuncie la ruptura del proceso. Esperemos que Zapatero haya abandonado toda esperanza intelectual de reconducir y recuperar en algún momento el diálogo con la banda terrorista. España necesita que el presidente de su Gobierno reconozca que ha fracasado en su intento de alcanzar lo que el ha denominado paz.
Si todavía alberga una ilusión, por muy pequeña que sea, de que el fin dialogado de la violencia es posible, estamos perdidos. Si considera el atentado como un “accidente”, intentará ganar tiempo para recuperar su proyecto estrella antes de las elecciones generales. Volverá a intentar reencontrarse con los terroristas y los terroristas jugarán otra vez con él.
No importa si detrás de lo de Barajas está la ETA de Ternera o la de Txeroqui. No es tiempo de disquisiciones sino de detenciones y del aislamiento político de Batasuna. Es el tiempo de recuperar las fórmulas que funcionaron en el pasado, cuando ETA no mataba.
El servicio de emergencias del Ayuntamiento de Madrid ha confirmado lo que todos sospechábamos desde el sábado: no se va a encontrar con vida a Diego Armando Estacio y a Carlos Alonso Palate, los dos ecuatorianos sepultados bajo los escombros del aparcamiento. Era lo previsible cuando se pone una bomba con 200 kilos de explosivos en un lugar muy transitado.
Descansen en paz. Esa paz que en este lado de la historia no se puede construir sin justicia.
F.H.
Páginas Digital, 2 de enero de 2007
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