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Los aliados del PSOE contra PP y PNV: Pernando Barrena y Arnaldo Otegi

Los aliados del PSOE contra PP y PNV: Pernando Barrena y Arnaldo Otegi El etarra Txeroki ordena a sus comandos que apunten a PP y UPN, pero no a PSOE, IU, EA, Aralar, NaBai… o PNV. Aunque los de Imaz están muy incómodos en esta compañía.

"La ultraderecha sabe que está en juego el modelo de transición y el PSOE debe atreverse a romper amarras con el fascismo y la ultraderecha, y para eso sí contará con la izquierda abertzale". Nobles y reveladoras palabras de Pernando Barrena, el benefactor de la Humanidad, que aclaran bastante bien su posición en el mundo. Barrena, miembro de Batasuna y acólito de ETA, quiere ser aliado del PSOE. Pero no de cualquier PSOE, sino precisamente del que preside José Luis Rodríguez Zapatero, y no para cualquier cosa, sino para realizar la transición a un nuevo modelo político.

El precio de Barrena y Otegi en esa alianza está claro y no puede negociarse, porque "la izquierda abertzale tiene muy claro que no va a haber nada por debajo de la territorialidad y la autodeterminación". Eso sí, a cambio de Navarra y de la independencia Batasuna apoyaría la deslegitimación del PP y UPN –relegándolos a la marginalidad, como "ultraderecha", y probablemente a la ilegalidad, como "fascismo"- y permitiría un régimen definitivamente de izquierdas. Una nueva legalidad.

 

Zapatero no está contento con los resultados de la Transición a la democracia, y no lo oculta. Quiere cambios radicales. Como Otegi y Barrena, que no dejan de recordar que "la lucha mantenida por la izquierda abertzale ha provocado la actual crisis del Estado español", es decir que sólo la inestabilidad inducida por ETA hace concebibles los planes de Zapatero. Si los etarras detenidos estos días tenían órdenes de atentar era con expresa exclusión de los futuros aliados, especialmente del PSOE.

 

Ustedes pueden pensar que este escenario descabellado no es más que una pesadilla. Sin embargo España es gobernada desde 2004 por una persona capaz de negar el pan y la sal al partido de la oposición, votado por diez millones de ciudadanos, y de sentarse a negociar en cambio con los enemigos de la nación y del Estado, que tienen las manos manchadas de sangre. Éstos son los hechos.

 

Y es un hecho que el PSOE de Zapatero ha recordado su viejo radicalismo izquierdista, laicista y antinacional. Desde ahí no es difícil la sintonía con la izquierda abertzale, y a partir del 28 de mayo comprobaremos cómo se forman pactos en los municipios vascos y navarros, para empezar. Primeras víctimas políticas, allí donde sea posible, PP y UPN.

 

Primeras, pero no últimas. En el centroderecha nacional el Partido Nacionalista Vasco tiene muy mala prensa, como es lógico, y los dirigentes jelkides hacen periódicas e inevitables manifestaciones de repulsa al PP, de divorcio con España, de anhelo independentista y de protección hacia etarras y batasunos. Ahora bien, ¿están ustedes seguros de que el PNV de Josu Jon Imaz, al fin y al cabo de origen cristiano y burgués, se siente a su gusto en estas compañías? Porque si alguien puede perder mucho, o todo, con una alianza de izquierdas es el partido de Juan José Ibarretxe. Socialistas y batasunos pueden usar al PP como punto de encuentro, pero si alguien va a pagar el banquete de bodas es el PNV.

 

A no ser, claro, que en este país superemos la fase preescolar de la vida política y alguien saque consecuencias de la situación. Sólo la miopía de sus adversarios hace realmente peligrosos a los batasunos.

 

Pascual Tamburri

El Semanal Digital, 5 de abril de 2007

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