Navarra y el pacto ETA-Gobierno
El pasado jueves, el presidente de Navarra, Miguel Sanz, denunciaba un pacto entre el Gobierno de Rodríguez y la ETA para la creación de un "Órgano Común Permanente" que gobierne conjuntamente las comunidades vasca y navarra. Sería un primer paso para la construcción de una mítica Euskal Herría, acariciada por décadas por los nacionalistas, en una ensoñación imperialista que es un nuevo desprecio por la historia. El nacionalismo, además de ser una ideología antiliberal y totalizadora, que antepone una idea nacional a los derechos de los individuos, se ha convertido en una estrategia de poder, que el imperialismo nacionalista vasco no quiere restringir a su propio ámbito
La rama criminal del nacionalismo vasco, vecina de mesa del Gobierno de Rodríguez en una negociación de la que por él nada sabemos, no ha cambiado un ápice su discurso en el anuncio de tregua en permanente trampa. Si uno observa los manifiestos de la banda asesina y de su rama dizquepolítica, no podrá escapar a la conclusión de que el mundo de ETA no ha renunciado a ninguno de sus objetivos políticos. Tampoco ha renunciado a sus métodos, ya que el llamado alto el fuego es una renovación de su permanente amenaza: nos siguen diciendo que atentarán contra los ciudadanos si no consiguen sus objetivos a los que, insisten, no han renunciado en absoluto. Uno de ellos, no cabe duda, es Navarra.
ETA, por su parte, ha reaccionado haciendo una nueva demostración de fuerza; ha lanzado un mensaje del único modo en que ella sabe hacerlo: por medio del terror como instrumento político, en un ataque contra el local de un concejal de UPN. Alfredo Pérez Rubalcaba, ministro de Interior, no ha tenido más remedio que reconocer que el acto de terrorismo es lo que es, en la misma semana en que José Blanco y el propio José Luis Rodríguez Zapatero han lanzado el mensaje de que la tregua es "real". Lo real es que el atentado de este sábado muestra el verdadero alcance de la supuesta tregua.
El atentado es la demostración por la vía de los hechos de que ETA volverá a atentar en cuanto le resulte conveniente, de que lo único permanente en la tregua de ETA es su sumisión a los intereses de la banda asesina. No solo eso, ETA sabe de la debilidad de la posición del Gobierno. Rodríguez necesita venderle a los españoles que puede llegar el fin del terrorismo para poder presentarse con garantías de éxito a las próximas elecciones. Y esa necesidad, más la constatación de que Rodríguez cederá lo que sea porque no tiene ni conciencia nacional ni interés por mantener el régimen de la Constitución del 78, le ponen al Gobierno en una posición negociadora muy débil, por lo que la banda puede permitirse el lujo de volver a atentar para demostrar quién está en posición de marcar el rumbo de los acontecimientos. Gotzone Mora no ha podido dar más en el clavo, pidiéndole al Gobierno una demostración de firmeza ante ETA de la que es política y moralmente incapaz.
Editorial de El Semanal Digital, 22 de abril de 2006
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