Una bomba mala para el PSOE pero muy complicada para el PP
Zapatero no ha tenido un feliz cambio de año. Ya que sus convicciones no le llevan a celebrar la Navidad tal vez esperase festejar en familia, con la milenaria tradición de las uvas, la llegada de 2007. Pero 2006 se despidió con una bomba de ETA, y el PSOE ha tenido que despedirse del "proceso de paz". Al menos por ahora.
Las cosas pintan, en principio, mal para el PSOE y bien para el PP. Las cuentas son sencillas: el PSOE se empecinó en una negociación con ETA que sólo podía terminar en rendición del Estado o en rendición de la banda. ETA no se rinde y el Estado, de momento, tampoco. Así que el PSOE queda desacreditado y se demuestra el acierto del PP, que se quedó solo entre los partidos políticos advirtiendo del error de Zapatero. Esto ha cerrado la legislatura, porque Zapatero se ha quedado sin mucho que decir, y se podría empezar a notar en las encuestas.
Pero Zapatero es presidente del Gobierno, y salvo una improbable moción de censura lo será hasta que quiera convocar elecciones generales. Tiene un máximo de quince meses para dar la vuelta a la situación, retomar el "proceso" o invertirlo. Y tiene en su mano la mayor parte de los medios de comunicación, así que atención, porque el PSOE está aturdido pero no besa la lona.
Zapatero puede, por de pronto, liderar una vistosa reacción contra el terrorismo, asumir su rol de presidente del Gobierno y aparentar que se lanza a la lucha contra ETA con todos los medios del Estado; unos gestos de firmeza bien medidos y mejor contados pueden devolverle la confianza de los españoles que se la han quitado en estos días. Y si lo hace bien puede hasta conservar sus puentes hacia el nacionalismo y su terrorismo, para volver a las andadas, incluso con más fuerza, después de unas elecciones.
Decíamos que la legislatura se ha acabado y que el PSOE se ha quedado sin contenido para la misma. Y es verdad; pero por la misma razón, ante una gran parte de la opinión pública, el centroderecha se ha quedado sin discurso de oposición. La tarea del PP ahora no es fácil, porque no controla ni los tiempos ni los medios de comunicación. Haber denunciado el error de Zapatero ha sido un acierto y una exigencia moral, pero ¿y si el error se enmienda aparentemente? Mariano Rajoy se podría quedar solo recordando que él tenía razón, pero la memoria de las masas no es fácil de gestionar. El PP no tiene ganada la partida, en parte por sus problemas estructurales, en parte por cómo ha sido su oposición hasta ahora, y desde luego en gran parte porque el oso, Zapatero, no está cazado. Hacen falta más cazadores o habrá zarpazos imprevistos.
Otro día hablaremos del resto de apenados deudos en este velatorio del "proceso de paz", desde el PSE al PSN y desde el PNV a Batasuna. Por ahí hay que esperar sorpresas.
Pascual Tamburri
El Semanal Digital, 4 de enero de 2007
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