La opción de «El País»
Si Zapatero tiene alguna duda, le sobran asesores que le indiquen por dónde debe coger el rábano. Y si el editorialista de “El País” tiene ascendiente sobre el presidente español, las cosas se pueden poner feas.
Decía ayer el escribiente de Prisa que «la alternativa al fracasado intento de final dialogado de ETA es la normalidad: el archivo de las previsiones planteadas de manera condicional en la resolución de mayo de 2005, que autorizaba determinadas iniciativas si se producen ciertas condiciones». O sea, vuelta a lo que ya conocemos.
Y es que, según “El País”, «como no se han producido, se vuelve a la situación anterior. No hay que inventar nada: con o sin refundación del pacto antiterrorista, con o sin apoyo del PP, las obligaciones del Gobierno son las de todo Estado democrático contra el terrorismo: persecución policial, cooperación internacional, acción de la justicia frente a los que vulneran la ley».
Y a partir de ahí, baja a lo concreto:«Por ejemplo, con relación a la Ley de Partidos. No hace falta insistir tanto en que se va a aplicar; no podría ser de otra manera, mientras esté en vigor. Cabe considerar la hipótesis de que si se produce la disolución de ETA esa ley sea derogada, porque es cierto que se trata de una norma excepcional, sólo justificada por la anomalía de que participara en la competición electoral una fuerza que formaba parte de un entramado que se consideraba con derecho a eliminar a sus rivales políticos. Sin ETA, sería seguramente conveniente derogarla. Pero mientras siga, su brazo político no podrá ser legal ni participar en las elecciones». Una ley antidemocrática en su propia esencia, convierte también en no-demócrata a quien la defiende y aplaude, ¿verdad?
Pero, fiel a la tradición felipista, el editorialista saca también una pequeña y roída zanahoria del sombrero:«Y ello con independencia de la valoración que se haga de los movimientos que parecen detectarse estos días en Batasuna(...) Si alguna vez se produce la desvinculación de Batasuna respecto a ETA será como culminación de una serie de pequeños movimientos internos.» Y se trata de agudizarlos a base de palos:«para que esa contradicción se manifieste y sea interiorizada también por los votantes es necesario que se mantenga el nivel de exigencia respecto a las condiciones de vuelta a la legalidad». Este cree que por estos pagos nos chupamos el dedo. –
Maite Soroa
Gara, 20 de enero de 2007
0 comentarios