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Zapatero está agotado y sin iniciativa política. Esperando un comunicado de ETA

Zapatero está agotado y sin iniciativa política. Esperando un comunicado de ETA

Zapatero está agotado y sin iniciativa política. Esperando un comunicado de ETA

Hace tiempo que dijimos que la bomba que puso ETA en el aeropuerto de Barajas había dado por finalizada la legislatura y que lo que le convenía a España era la convocatoria de unas elecciones generales para que los españoles pudiesen elegir la postura que más le gustase: si mantener la negociación con ETA o volver al Pacto Antiterrorista. Pero Zapatero se negó como se niega ahora.

Hace tiempo, también, cuando todo el mundo pedía una moción de censura, diario liberal dijo que Rajoy no la realizaría porque en nuestra opinión, la caída de Zapatero aún no había tocado fondo, que su política errática le acompañaría mucho tiempo aún cuesta abajo en su rodada. De hecho, todavía no ha acabado de caer. Caerá más. Porque el Presidente del Gobierno, en su desorientado deambular político espera que se produzca un milagro que le salve. Y por eso da palos de ciego como fue la excarcelación del etarra De Juana Chaos; por eso se niega a oír la voz de la calle o por eso invita a ETA-Batasuna a apartarse de la violencia para poder legalizarla. Todo lo hace a la espera del milagro. Y ese milagro es, únicamente, un comunicado de ETA con la promesa de abandonar de las armas. Si siquiera con el compromiso de abandonar las armas, a Zapatero le sirve la promesa de abandonar las armas. El Presidente del Gobierno ha perdido la iniciativa, está agotado políticamente hablando, y puede que hasta físicamente, en la negociación con ETA y en la gestión diaria y necesita la bocanada de oxigeno del comunicado de la banda terrorista para poder seguir.

 

No sabe hacia donde, pero hay que seguir. Huir hacia adelante porque la realidad le abruma. Y la realidad es una España crispada por su culpa, por mucho que su acorazada mediática y sus periodistas cámara quieran hacer ver lo contrario; y la realidad es tres años de política provocadora, revisionista y sectaria que ha dividido a España como si los 30 años de acuerdos constitucionales no fuesen nada; y la realidad es que en tres años ha padecido un total de trece grandes manifestaciones en su contra: nueve contra su política antiterrorista, otra por empeñarse en llamar matrimonio a la unión homosexual; una más por su política educativa; otra por el traslado de los archivos de la Guerra Civil desde Salamanca a Cataluña y otra en Murcia por la política gubernamental respecto al trasvase de agua, amen de la convocada a su favor y contra la guerra de Irak del sábado pasado y que se le fue de las manos; Y la realidad es que ha tenido que rechazar dos iniciativas legislativas populares de cuatro millones y millón y medio de firmas, respectivamente; y la realidad, por último, es un atentado terrorista con dos muertos. Pero Zapatero sigue esperando que se produzca el milagro.

 

Es cierto que nadie convoca elecciones para perderlas pero también es cierto que poner toda su esperanza en un comunicado de ETA significa que España está en manos de un mal político. Entre otras cosas porque no conoce a la banda terrorista y su obligación es conocerla.

 

Porque ETA, como la mayoría de los españoles, sabe que Zapatero está agotado y que ahora necesita ese gesto que le ayude a levantarse. Y ETA no perdona. Ahora, lo machacará. Y con él, desgraciadamente, a todos los españoles.

 

Dentro de un año, cuando legalmente no tenga más remedio que convocar elecciones, será sólo un juguete roto en sus manos y no será fácil volver atrás.

 

Editorial de Diario Liberal, 20 de marzo de 2007

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