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Malditos entre los olvidados

Malditos entre los olvidados

Falangistas víctimas del terrorismo etarra

La asociación Falange/violencia política suele circunscribirse, por los historiadores, casi exclusivamente a la sufrida a lo largo de la Segunda República española; período en el que nace esta formación y en el que se desenvuelve casi toda su vida política.

La trágica guerra civil subsiguiente, que acabó con el experimento republicano, también puso término a la organización Falange Española de las JONS, formalmente suprimida con el Decreto de Unificación de 19 de abril de 1937 en la pseudo-totalitaria estructura Falange Española Tradicionalista y de las JONS –posteriormente denominada Movimiento Nacional- en la que se encuadraron unos pocos miles de supervivientes de la falange anterior a la guerra, privados además de casi todos sus líderes, y desbordados por otros cientos de miles procedentes de los antiguos partidos derechistas, oportunistas de todo pelaje, fascistizantes frívolos y sin escrúpulos…

Casi cuatro décadas después, diversas organizaciones se reclamaban herederas de la originaria Falange, enzarzándose en estéril batalla en pos de los títulos de la legitimidad, la ortodoxia y las mismísimas siglas fundacionales. Una cuestión irresuelta, ¡todavía hoy!; no en vano, al menos tres pequeñas agrupaciones recogen en su denominación tal referencia.

Una de esas organizaciones, en cierta medida identificada con el Movimiento Nacional, se legalizaría bajo el histórico nombre de Falange Española de las JONS, manteniéndose hasta hoy día. Diferenciada de las otras “falanges” con el adjetivo de “histórica” o “raimundista”, de su franco-falangismo primigenio, y encabezada por Raimundo Fernández Cuesta, hasta la actual liderada por Norberto Pico Sanabria, han sido muchas las vicisitudes sufridas, así como los cambios tácticos experimentados incluso por lo que respecta a tan discutidas referencias tardofranquistas.

Puede afirmarse, con seguridad, que la más numerosa de esas organizaciones, que se reclamaban como legítimas y directas herederas de la original, fue –lo es hoy- la que ha detentado tal denominación a lo largo de este reciente periodo de la historia de España. No obstante, además del baile de militantes de unas a otras organizaciones más o menos afines –practicado con fruición en un sinfín de escisiones, expulsiones, abandonos, etc., tan característico en ese ambiente- contingentes no tan numerosos, como voluntariosos, militaron en las otras organizaciones azules.

En este confuso contexto, de coexistencia de varias “falanges”, se desarrolló un triste y casi olvidado episodio: la persecución etarra/terrorista de los falangistas; y no decimos de “la Falange”, pues en puridad de conceptos, y aún reconociendo que la inmensa mayoría de esas víctimas militaban en la organización de Fernández Cuesta, ¿cómo reconocer como legítima a ninguna de esas facciones, excluyendo a todas las demás, salvo recuperando y tomando partido en tan esotérica confrontación interna?

En un intento de salvar tan injusta desmemoria, fruto en gran medida de los prejuicios y complejos de la vida pública española, y en homenaje al sufrimiento de estos desconocidos “caídos” del falangismo actual, acaba de ser editado el libro Víctimas del silencio. El acoso de ETA a la Falange durante los Años de Plomo (Iván García Vázquez, prólogo de Miguel Argaya Roya, Glyphos Publicaciones, Valladolid, 2012, 168 páginas).

Ciertamente, la adopción de un criterio delimitador de los sujetos del estudio se presenta como una cuestión delicada en todo caso. ¿Únicamente falangistas con carnet de FE de las JONS?, ¿y los afiliados a las otras “falanges”?, ¿y los falangistas sin adscripción?, ¿y los simpatizantes que también lo eran de grupos no azules?, ¿y los franquistas no adscritos a grupo alguno que un día militaron en el Movimiento Nacional? ¿Dónde trazar la línea roja?

Como punto de partida, el joven autor asume como criterio metodológico fundamental, aunque no sea materia pacífica según veíamos, la adscripción material y personal de las víctimas a la organización Falange Española de las JONS; por lo que deja fuera a posibles objetivos terroristas que militaron en otras, tales como Falange Española de las JONS (Auténtica), Partido Nacional Sindicalista - Círculos José Antonio, Falange Española (independiente), y otros grupos menores.

Transcurridas varias décadas desde su asesinato, es muy difícil aproximarse a la subjetividad de aquellas personas, cuando –acaso- incluso sus más próximos ignoraban o desconocían los matices que pudieran haberlos incluido en una u otra categoría. Si la aplicación de un “falangistómetro” siempre ha sido cuestión problemática desde una perspectiva “interna”, en este contexto de muerte y extrema violencia contra los más elementales derechos humanos, se antoja artificiosa; no obstante, el autor tenía que establecer un criterio estructural para su trabajo, salvo que el intento careciera de rigor.

Pero, aunque el autor ha establecido como criterio formal el de “falangista con carnet de FE de las JONS”, también incluye algunas excepciones al mismo. Es el caso de la primera mujer policía asesinada por ETA, María José García Sánchez, hija de un militante de la organización. Acaso se justifique esta excepción como un intento, por parte del autor, de visibilizar el dolor y sufrimiento que el terrorismo generó entre personas de toda clase y condición, incluidos los falangistas; también golpeados cruel e imprevisiblemente.

Ya se deba a la aplicación de ese criterio formal, o a la no disposición de otras fuentes documentales y/o testimoniales de la época, echamos de menos en este libro la referencia a otras víctimas de filiación falangista, en una modalidad u otra, a las que el terrorismo arrebató la vida. Pensamos, por ejemplo, en el guardia civil Ángel Antonio Rivera Navarrón, asesinado en Guernica el 8 de octubre de 1977, vinculado al Círculo Cultural Hispánico, organización netamente falangista de la capital catalana, que así lo recogió en su boletín mensual Nº 18, correspondiente a diciembre de 1997 en reflexivo y contenido homenaje.

Desde la perspectiva de un nivel de práctica terrorista de inferior perfil al referenciado, tampoco se recogen en el libro los diversos incidentes callejeros sufridos por militantes de FE de las JONS y otras organizaciones falangistas, con motivo de la instalación de puestos de propaganda en Bilbao, Pamplona, Vitoria…, agresiones individuales, ataques a equipos de propaganda, tales como colocación de carteles y pegatinas, elaboración de pintadas y murales, etc. Tales agresiones difícilmente pueden ser calificadas como atentados terroristas, salvo que trajéramos a colación el concepto y táctica –algo posterior en el tiempo- de “kale borroka”. Coadyuvantes, en todo caso a los atentados terroristas stricto sensu, tales acciones contribuyeron a la anulación de esos grupos azules; caracterizados por una notable precariedad de medios, pero adornados, eso sí, de las virtudes propias de la militancia falangista más clásica: la capacidad de sacrificio, el ejercicio de la obediencia, la voluntad de servicio, la fidelidad a los principios. Para su cómputo y narración sería imprescindible una investigación testimonial a cargo de sus protagonistas, muchos de ellos ya residentes fuera del País Vasco y Navarra, y alejados de tales organizaciones en su inmensa mayoría. Una labor compleja, ciertamente. Aunque escasamente documentados por los medios de comunicación de la época, fueron muchos los incidentes de esas características. Mencionaremos, a título de ejemplo, la agresión que sufrieron unos militantes de Falanges Juveniles de España y Falange Española (independiente) por los integrantes de una manifestación mientras voceaban periódicos falangistas en una céntrica calle de la ciudad, en Pamplona, según reseñó al día siguiente la Hoja del lunes del 24 de marzo de 1980 y el martes Diario de Navarra, Deia, El pensamiento navarro, Egin y La Gaceta del Norte; tratamiento informativo que evidencia que el incidente alcanzó no poca relevancia en la capital foral.

La vida cotidiana resulto muy difícil en aquellos años para esas decenas de militantes falangistas, en general adolescentes y jóvenes, que mantuvieron erguida la bandera rojinegra en el País Vasco y Navarra. Inmersos en un clima asfixiante dominado por la izquierda abertzale, juzgados por el perverso y extendido “algo habrá hecho”, contemplados con indiferencia o temor por sus vecinos, se enfrentaron a unas dificultades inverosímiles para la inmensa mayoría de sus correligionarios, quienes podían vivir la militancia en unas circunstancias menos amargas. Marginados entre los propios perseguidos por el terrorismo y sus cómplices, en ocasiones con unos padres desconocedores de su militancia o aterrorizados por las temidas consecuencias que de ella podían derivarse, vivieron durante unos años vitales con una espada de Damocles pendiendo sobre sus existencias y condicionándolas: en sus estudios y trabajos, su espectro de relaciones sociales, sus afectos personales…

Ocasionalmente, militantes de otras regiones acudían a mítines celebrados en Bilbao y otras localidades¸ en actitudes no pocas veces tan provocadoras como excéntricas... Pero finalizadas tan gloriosas jornadas, regresaban a sus lugares de origen, dejando huérfanos de apoyos a sus correligionarios vascos y navarros, con sus miedos, temores y... su soledad.

Por ello, a quienes vivieron en ese contexto, puede causar cierto asombro que el autor haya dedicado un capítulo a algunas de las implicaciones vividas por el que fuera Jefe Nacional, Diego Márquez Horrillo, en su calidad de presunto objeto terrorista. Ante el drama del holocausto supremo de unos cuantos militantes falangistas, y el temor cotidiano de quienes sobrevivieron a gravísimos atentados terroristas o a una vida casi imposible por un cierto tiempo, las peripecias narradas por el citado no superan la categoría de anécdota que casi nada aporta. Mejor servicio hubiera prestado explicando, por ejemplo, por qué se ha privado, desde su propia organización, de homenajes y honores a los camaradas caídos. Puede entenderse esa indiferencia desde trincheras ajenas; no es comprensible desde la “Santa Hermandad de la Falange”. Tal vez explique tal incongruencia el prologuista del texto, al afirmar que “… duele, en fin, que la memoria de esos militantes y concejales falangistas haya pasado todos estos años relegada incluso por sus mismos camaradas, seguramente embebidos en esas guerras internas y esa avidez conspirativa que tantos les atraen” (página 9). Acaso, el ejemplo de los antiguos camaradas de Juan Ignacio González -persona de convicciones falangistas, secretario nacional del Frente de la Juventud asesinado en Madrid el 12 de diciembre de 1980 en un atentado todavía no resuelto- en sus servicios de homenaje a su memoria, pudiera señalar un buen ejemplo a seguir por los actuales falangistas.

En otro orden de cosas, causa asombro el empleo por el  autor, y en varias ocasiones, del término “ejecutar”, en lugar del más correcto “asesinar”, al referirse a atentados terroristas que causaron la muerte de sus víctimas. El término “ejecutar” forma parte notoria de ese empleo perverso del lenguaje del que han hecho gala los terroristas, sus cómplices y tantos medios de comunicación perezosos o complacientes durante décadas: en lugar de hablar de un asesinato se referían al mismo calificándolo de “ejecución”. Así, la valoración moral implícita al concepto “asesinato” no sólo se anulaba mediante el empleo del término “ejecución”, sino que a sus autores se les arrogaban funciones semiestatales, elevándolos de categoría, tanto en la naturaleza de la acción, como de la moral. Esta táctica, otra más desplegada desde las multiformes factorías del terrorismo, ha sido progresivamente denunciada desde el entorno de las asociaciones de víctimas del terrorismo, así como por parte de algunos intelectuales, prematura o tardíamente incorporados a tan estimable misión, en un debate que profundiza en las raíces morales del terrorismo y de la propia sociedad que lo sufre.

Respecto a la parte gráfica del libro, debemos calificarla de irregular. Sin duda el autor ha realizado un notable esfuerzo. Pero algunas fotografías, que resultan de gran interés, apenas presentan un tamaño de 2’7 x 4’2 cm., lo que dificulta su visualización. Las fotografías actuales de los lugares donde algunos comandos de ETA se escondieron en Madrid, en un tiempo determinado, mantienen un interés muy secundario; mayor atractivo presentaría, por ejemplo, de tratarse de los lugares donde se consumaron los atentados, o donde reposan los restos de los caídos, en su caso. De las reconstrucciones infográficas de los atentados, que ocupan cinco páginas, es de justicia calificarlas de magníficas.

No por todo ello deben sacarse conclusiones negativas: el libro, debe afirmarse con rotundidad, era necesario, pues afronta una cuestión “maldita”: la de los marginados entre los olvidados. Si era duro ser guardia civil o policía nacional en los “años de plomo”, no era mejor cosa ser acusado de “chivato” o “ultraderechista” por los terroristas y sus cómplices. Por ello es un libro valiente y bien orientado en general, tanto en su metodología, como en el tratamiento de la información recogida. Pero, en aras de la objetividad histórica y de un ejercicio razonable de memoria colectiva, se precisaría de un estudio más completo; acaso enmarcado en el concepto más amplio de violencia política, que engloba el de terrorismo.

En ese sentido, el propio libro marca esa necesaria línea futura, al partir del asesinato del falangista Ramiro Figueroa Ruiz en Valdemoro, por un militante del Partido Comunista de España, el 9 de mayo de 1977; lo que a priori se excluiría desde los límites formales del estudio. Y también refuerza esa línea con el tratamiento de diversos aspectos biográficos de las víctimas, la evolución de sus familiares directos, homenajes que desde cualquier instancia recibieran años después, el tratamiento penal de los terroristas…

Esa voluntad de afrontar la cuestión en su globalidad, si bien no consumada en su actual expresión, se evidencia de nuevo al investigar el capítulo de los atentados contra locales falangistas; táctica de “tierra quemada” desatada contra falangistas y otras presencias “españolas” que los terroristas entendieron incompatibles con su proyecto totalitario. Si bien trata especialmente el caso del atentado con explosivos contra el local falangista de Santoña (Cantabria) el 7 de marzo de 2006, se remonta en su estudio al asalto que sufriera la modesta sede de Falange Española (independiente) de Pamplona en 1978. Asimilable en su materialidad a lo que hoy conocemos como fenómeno de las bajeras juveniles, estuvo ubicada durante casi cuatro años en el bajo de un edificio ya desaparecido de la calle Río Cidacos del barrio de La Milagrosa; circunstancia que, aunque conocida por no pocas personas, se mantenía en una extrema discreción que lindaba en la clandestinidad impuesta por esa realidad hostil a la que antes nos hemos aproximado.

Víctimas del silencio. El acoso de ETA a la Falange durante los Años de Plomo, establece, pues, los vectores imprescindibles de una investigación más amplia que precisa el sano e imprescindible ejercicio de memoria histórica falangista y, por ende, pese a quien pese, española.

 

Fernando José Vaquero Oroquieta

http://www.hispaniainfo.es/web/2012/11/29/malditos-entre-los-olvidados-falangistas-victimas-del-terrorismo-etarra/

 

“Reconocer a Txiki y Otaegi como víctimas es una humillación y supone institucionalizar la estrategia de ETA de difuminar a las víctimas del terrorismo”

“Reconocer a Txiki y Otaegi como víctimas es una humillación y supone institucionalizar la estrategia de ETA de difuminar a las víctimas del terrorismo”

EIG. Redacción. San Sebastián. La principal asociación de víctimas del terrorismo existente en España, la AVT, ha lanzado un contundente comunicado de condena a la decisión del Gobierno vasco de Patxi López, actualmente en funciones, de otorgar la categoría de víctima policial a los terroristas Txiki y Otaegi. "Con esta decisión de extrema gravedad", dice la AVT, "se institucionaliza de la manera más cruel la estrategia de ETA, inventándose una categoría de víctimas que se contraponga a las víctimas del terrorismo".

 

La AVT especifica que  la decisión tomada supone:

- "Una afrenta a la Memoria de las víctimas del terrorismo, puesto que nos encontramos ante una categoría inventada de víctimas con el único propósito de difuminar a las víctimas del terrorismo dentro de un colectivo más amplio de “víctimas de motivación política".

- "Un ataque a la Dignidad de las víctimas del terrorismo puesto que se está cediendo a los dictados de ETA equiparándonos con las víctimas de la violencia policial".

- "Un insulto a la Verdad puesto que el reconocimiento de Txiki y Otaegi como víctimas policiales trata de blanquear su trayectoria terrorista".

- "Un menoscabo de la Justicia, puesto que dichos reconocimientos se hacen al margen de lo fijado por los tribunales, en base a los dictámenes de una supuesta Comisión".

A juicio de la AVT, "a mayor escarnio para las víctimas del terrorismo", en estos momentos de crisis en los que se nos dice que no hay dinero, "se sacan de la manga miles de euros para indemnizar a unas víctimas inventadas. Desde la AVT nos preguntamos por qué no ha lanzado esta iniciativa el Gobierno vasco para indemnizar a las víctimas de la violencia de género.

Así mismo, nos parece demencial que entre los miembros de la Comisión encargada de reconocer a estas víctimas se encuentre una persona que forma parte de la Dirección de Atención a las Víctimas del Terrorismo del Gobierno Vasco. Desde la AVT nos preguntamos por qué el Gobierno del País Vasco no se ha preocupado igual de ayudar a esclarecer los más de 300 asesinatos de ETA que siguen sin resolver que en trabajar para considerar a etarras como víctimas."

La AVT también manifiesta que es "enormemente doloroso que instituciones y políticos estén empeñados en equiparar a las víctimas con sus asesinos con tal de pasar página. ¿Hasta dónde van a llegar con tal de contentar a ETA y hacer el borrón y cuenta nueva que tanto desean?

Esperamos que se tomen las medidas oportunas desde el Gobierno central para paralizar este despropósito. Ya en su día, cuando el Gobierno del País Vasco hizo público el decreto que constituía esta Comisión, pedimos que fuera impugnado por la humillación y denigración que suponía ya que era contrario al ordenamiento jurídico y a las leyes de reconocimiento y protección de las víctimas. Volvemos a pedir rigor jurídico, histórico y legal ante estas acciones sectarias que manipulan la historia del terrorismo en España, y criminalizan al colectivo más afectado durante décadas por las acciones criminales y ETA: los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado".

http://www.paisvasco-informacion.com/2012/11/reconocer-txiki-y-otaegi-como-victimas.html#more

 

Terrorismo islámico. Qué es Mali para Occidente

Terrorismo islámico. Qué es Mali para Occidente

por GEES, 06 de Noviembre de 2012

 Si Mali tuvo sus minutos de gloria en el tercer debate presidencial entre Obama y Romney, merece la pena detenerse a buscar el porqué, sobre todo cuando buena parte del mundo y sus problemas ni siquiera fueron mencionados.

Aprovechando una revuelta tuarge, Ansar Dine, grupo extremista salafista ligado a Al Qaeda en el Magreb Islámico, se ha asentado en el norte de ese país del África Occidental desde el pasado mes de abril, imponiendo la sharía y el terror. Su conquista de dicho territorio es una buena muestra de las tácticas que utiliza ahora la organización que dirige Al Zauahiri. Primero establece una presencia en regiones remotas con mayoría sunita y desestabilizadas por continuas insurrecciones; luego sus filiales regionales se infiltran en las comunidades locales rebeldes a través de uniones tribales; por último, empieza a cometer actos terroristas contra la población para someterla y trata de internacionalizar el conflicto.

 

En el caso de Mali, han conseguido que se convierta en un grave problema para la Unión Europea. La zona que comentamos, sin gobierno y completamente fuera de control, un paraíso para los tráficos transnacionales en el que abundan las milicias bien pertrechadas con armamento procedente del conflicto libio de 2011, es una amenaza directa para Europa. Pero también para Estados Unidos. La cuasi confirmación de que detrás del ataque al consulado de Bengasi, en el que murió el embajador Stevens, está la mano de Al Qaeda en el Magreb Islámico ha hecho que la situación en Mali sea un creciente motivo de preocupación en Washington. Aparte de la referida mención en el debate Romney-Obama, la urgencia la puso Hillary Clinton, con el viaje que cursó la semana pasada a Argelia, cuyo apoyo es crucial para cualquier tipo de intervención en Mali.

 

Occidente está tratando de diseñar una estrategia para echar a los terroristas del norte del país con el apoyo de una resolución del Consejo de Seguridad del 12 de octubre. El reto es cómo hacer algo sin provocar una reacción en contra de la población ni generar caldo de cultivo para el extremismo. Por ello, el objetivo es que los aliados regionales asuman parte de la carga de la intervención y que no haya tropas occidentales –sobre todo, que no sean americanas ni francesas–, aunque sí inteligencia, formación y material occidentales. Como ha dicho algún experto, puede que Mali se erija como modelo para futuras intervenciones u operaciones antiterroristas, en un momento en el que ni europeos ni norteamericanos quieren embarcarse en otra guerra. Una nueva forma de intervención en una era post-Afganistán.

El ministro de Defensa francés ha asegurado que habrá una acción decisiva en cuestión de semanas –no meses–, pero también ha advertido de que preparar y equipar una fuerza panafricana requiere de mucho más. Difícil rompecabezas éste, para evitar, como ha subrayado el secretario de Defensa norteamericano, que Al Qaeda tenga un lugar donde esconderse. ¿Pero no había dicho Obama que los de Zauahiri estaban casi acabados?

http://www.gees.org/articulos/terrorismo_islamico_que_es_mali_para_occidente_9476

Victoria: "El clamor por la paz está llevando a no pensar en el precio a pagar" (Por José Barros, Madrid)

Victoria: "El clamor por la paz está llevando a no pensar en el precio a pagar" (Por José Barros, Madrid)

Pablo Victoria es doctor en economía y doctor en filosofía. Ha sido congresista y Senador de la República de Colombia, profesor universitario, escritor, historiador y columnista de diversas publicaciones.

Miembro del Partido Consevador, Victoria ha expresado para Teinteresa sus críticas con la deriva que ha tomado el actual Gobierno de Santos en su negociación con la guerrilla de las FARC.

- ¿Ha alcanzado el actual Gobierno colombiano alguna clase de acuerdo con la FARC?

- Sí. Dicho acuerdo incluye cinco puntos fundamentales. En primer lugar, asume la exigencia de las FARC de que, para sentarse a hablar, Colombia tendrá que llevar a cabo una reforma agraria. Dicha reforma cobraría un sesgo ideológico marxista, pues los guerrilleros quieren que se lleve a cabo en las tierras más ricas y cultivadas, que ya tienen propietarios.

- ¿Cuál sería el objetivo fundamental de dicha reforma agraria?

- La Guerrilla no quiere tanto la justicia social como acabar con los latifundistas. El segundo objetivo de las FARC es similar al primero: pretenden que se acometa en Colombia una reforma tributaria y una redistribución de la riqueza, también de corte marxista.

- ¿Qué más busca la Guerrilla?

- Quieren, y este es el tercer punto, que su brazo político participe políticamente en las elecciones. De esta manera podrán sentarse en el Congreso de la República Colombiana.

- ¿Y en cuarto lugar?

- Las FARC buscan la reparación de las víctimas, con la particularidad que las víctimas serían las de la propia Guerrilla. Según esta lógica, el Estado "opresor y capitalista" sería el que ha cometido los crímenes y el que tendría que indemnizar a las víctimas.

- ¿Cual es el quinto punto de este pre-acuerdo de las FARC con el Gobierno de su país?

- Las FARC quieren romper la conexión entre los delitos de narcotráfico y los de la Guerrilla para que no se juzgue a las FARC por sus crímenes en el cultivo y tráfico de drogas.

- Usted ha afirmado que no se está negociando la paz, sino al mismo país.

- Así es. La debilidad de los altos cargos de la nación nos está llevado por la vía de los hechos hacia una nueva Asamblea Constituyente, pues se trataría de una paz frágil y muy costosa, en la que muy probablemente se alcen los que pierdan sus tierras. El Partido Comunista no representa a más del 5% de la gente del conjunto del país, y el pueblo no tolerará que las FARC consigan por la política lo que no pudieron conseguir por las armas.

- ¿Qué sucedería en el caso de consumarse la estrategia planteada por las FARC?

- Sería la primera vez en la Historia que un país victorioso contra unas fuerzas subversivas le estragase a estas, tras derrotarlas militarmente, las llaves del Estado. Pero el país lleva 50 o 60 años de guerra, y el clamor por la paz está llevando a que no se piense el precio que se puede llegar a pagar por la misma.

- Deduzco que usted no confía en que las FARC busquen la paz por la paz.

- Basta ver como la Guerrilla pretende que las conversaciones se mantengan durante un alto el fuego con el Ejército colombiano, para así continuar armándose. Afortunadamente, Colombia cuenta con uno de los mejores ejércitos del mundo.

- ¿Cree usted que el actual Gobierno colombiano estaría dispuesto a realizar algún tipo de concesión a las FARC?

- Lo único cierto es que los negociadores de los que se ha rodeado el Presidente Santos son los mismos que en 1991 reformaron nuestra Constitución, que databa de 1886. Tras dicha reforma, la nueva Constitución está llena de muchos derechos y de muy pocos deberes, debilita al Ejecutivo y deja al país en mano de los jueces. En este sentido, se parece bastante a la actual Carta Magna española.

- ¿Cual es su opinión sobre los tres países que han auspiciado el Proceso de Paz?

- Hablamos de Cuba, Venezuela y Noruega. Por todos son conocidas las simpatías que estos Gobiernos, so capa de defender los Derechos Humanos, sienten por los grupos terroristas en particular y las causas de izquierdas en general.

http://www.teinteresa.es/mundo/Victoria-clamor-llevando-pensar-precio_0_794922544.html

 

Yoll: "La Guerrilla llega derrotada militarmente y ahora le conviene la paz" (por José Barros, Madrid)

Yoll: "La Guerrilla llega derrotada militarmente y ahora le conviene la paz" (por José Barros, Madrid)

Eduardo Yoll, doctor en Filosofía Política e Historiador de las Ideas en América Latina, analiza para Teinteresa el Proceso de Paz que el Gobierno colombiano mantiene con las FARC.

- ¿Ha alcanzado el Gobierno alguna clase de pre-acuerdo con las FARC?

- Sí. Antes de sentarse en Oslo, hubo un proceso de negociación entre el Gobierno y las FARC que llevó a sentar las bases de un pre-acuerdo en torno a una lista de asuntos comunes. Para ello, se ha contado con la ayuda de Cuba y también del Gobierno de Venezuela, ambos por su cercanía con las FARC. Este pre-acuerdo entre las FARC y el Gobierno colombiano consta de seis puntos:

1- La Guerrilla ha pedido una política de desarrollo integral agrario.

2- Asumir que las FARC puedan participar activamente en la vida política colombiana. Habría que ver de qué manera se pueden insertar las FARC en el sistema político del país.

3- El fin del conflicto armando, lo que supondría el cese de la violencia contra civiles y militares por parte de las FARC y el final de la persecución militar por parte del Gobierno.

4- La cuestión del narcotráfico, en la que se entra muy poco. Se trata de un tema complicado, pues aquí no solo están implicadas las FARC, sino también los paramilitares y los cárteles colombianos y mexicanos.

5- El tema de las víctimas. Habría que montar una comisión de la verdad para llegar a todos los culpables del conflicto. De momento, las negociaciones están empezando y solo se habla de las víctimas de las FARC. Casi todos los paramilitares están en prisión. ¿Qué se hará con ellos? Esta es una cuestión que concierne no solo al Gobierno, sino también al poder judicial. De momento, parece que las FARC tienen que mover ficha dejando las armas.

6- La búsqueda de un acuerdo final. Habrá que ver como se consigue la paz. Para ello, el Gobierno tendría que contar con la unanimidad y el apoyo de las instituciones, que en Colombia son muy fuertes -el sistema judicial y el Congreso colombiano- y la sociedad civil.

- ¿Y qué busca la Guerrilla?

- Las FARC buscan dos cosas. En primer lugar, buscan una salida del conflicto armado que para ellos sea honrosa. Quieren seguir con sus mismo ideales, aunque hayan renunciado a las armas. Cambian los medios militares por los políticos, pero no los fines.

En segundo lugar, tratan de renovar su imagen. A nivel internacional, las FARC están considerados como una narcoguerrilla y unos secuestradores. Ellos reconocen que han cometido crímenes, pero no que sean unos criminales, pues su fines eran y son políticos. Tratan de mejorar la opinión pública que hay de ellos.

- ¿Hasta donde cree que el Gobierno colombiano estaría dispuesto a ceder en la negociación?

- El Gobierno ya ha cedido bastante a la hora de aceptar sentarse a hablar con ellos. Hay una parte de la opinión pública colombiana que está muy en contra. Al hacerlo, el Gobierno les ha reconocido  a las FARC relevancia política. Quizás deje ser un partido político, cosa que a día de hoy parece muy difícil. Posiblemente, el Gobierno estaría dispuesto a perdonar las penas cárcel que ahora recaen sobre la cúpula militar de la Guerrilla.

Recordemos que en 1984, bajo la presidencia de Belisario Betancur, se inició la primera negociación entre el Gobierno colombiano y la Guerrilla, fueron los llamados Acuerdos de Uribe, pero el momento no fue propicio. A las FARC se las dejó entrar en política con el partido Unión Patriótica, pero los denominados Grupos de Autodefensa Civiles continuaron librando la guerra contra ellos, causándoles muchas bajas. Y justo en ese momento la cuestión del narcotráfico, con Pablo Escobar al frente, comenzó a a cobrar auge.

- ¿Y hasta donde cree que la Guerrilla está dispuesta a llegar?

- Las FARC tienen todo que ganar. El tema que más les preocupa es ver qué hacen con los miles de hombres que hasta ahora han estado viviendo de la guerra. Las FARC están a favor convertirse en un partido político, pero hay que ver donde se recoloca a todos los ex guerrilleros. Este es un tema complicado.

¿Y qué hace pensar a tantos analistas que esta cuarta negociación entre el Gobierno y la Guerrilla podría ser la definitiva?

- La opinión internacional es que el Gobierno se va a ceñir a los seis puntos pactados de la hoja de ruta, en especial, al tema agrario. También dicen que la Guerrilla llega derrotada militarmente y que, por ello, ahora le conviene la paz. Además, el descrédito de las FARC en los foros internacionales es total. Su única manera de lavar su imagen es llegando a alguna clase de acuerdo.

Otro factor es el repunte económico que está viviendo Colombia, que hace que la situación sea más propicia. La habilidad del Presidente Santos ha hecho que las expectativas sean altas. Santos, por un lado, ha proseguido la lucha armada contra las FRAC, pero, por otro lado, y a diferencia de Uribe, que discutió con todo el mundo, ha sabido ganarse la confianza de los gobiernos que habitualmente han apoyado a las FARC para evitar que lo sigan haciendo. De esta manera, ha conseguido llevar a las FARC al diálogo; les ha hecho ver que la lucha armada no es el único camino para que los grupos de su ideología lleguen al poder en América Latina. En Bolivia, Venezuela, Brasil o Nicaragua grupos similares a las FARC han llegado al gobierno por la vía de los votos, lo que puede llevar a la Guerrilla colombiana a tratar de intentarlo.

 

http://www.teinteresa.es/mundo/internacional-Guerrilla-derrotada-militarmente-conviene_0_794922525.html

Líbano: Una bomba y muchos mensajes (de Noticias del Líbano en Español; por Fernando Bazán)

Líbano: Una bomba y muchos mensajes (de Noticias del Líbano en Español; por Fernando Bazán)

El descontento contra Mikati se fue extendiendo durante el fin de semana, junto al creciente malestar generado por los temores sobre la posibilidad que el país podría volver a los días de violencia sectaria como ha sucedido durante décadas. Mikati, un sunita a quien muchos ven como poco dispuesto a enfrentarse con Hezbollah, ofreció su renuncia pero que el presidente Michel Sleiman le pidió "que permanezca en el cargo para evitar que Líbano caiga en el caos". Lo cierto es que los fantasmas de la guerra civil siria ya están ocupando las calles de Trípoli -en el norte de Líbano- donde los enfrentamientos entre combatientes sunitas y alawitas han estallado meses atrás.

Mientas tanto la investigación forense señala que un vehículo Toyota RAV4 robado que contenía dos bombas estuvo estacionado en Ashrafieh -el lugar del atentado- un día antes de la muerte del Gral. Al-Hasan; se estima que las dos bombas eran por si una fallaba y se estima que se utilizaron unos 50 kilogramos de TNT. Lo curioso es que, en una sesión de emergencia, el Consejo de Ministros le pidió al Ministerio de Telecomunicaciones que libere a todos los "datos de telecomunicaciones" que se estimen necesario para las investigaciones a los organismos de seguridad; los ministros también acordaron modificar la estructura de las Fuerzas de Seguridad Interna (FIS) y otorgarle la misma condición de policía a la Oficina de Información - en lugar de su actual estatus de rama separada de la FIS- lo que coincide con las históricas intenciones de la Coalición 8 de Marzo de controlar la Oficina de Información.

Los enfrentamientos de ayer en Trípoli, entre los barrios rivales de Yabal Mohsen y Bab al-Tabbanah, dejaron un saldo de cuatro personas muertas, además miles de libaneses en todo el país han estado bloqueando las principales carreteras y autopistas para protestar por el asesinato de Wissam Al-Hassan.

Abdellatif Saleh, portavoz del partido Democrático Árabe, dijo que los refugiados sirios en Trípoli eran los que estaban causando disturbios en el barrio de Jabal Mohsen; sin embargo, Saleh dijo a los residentes de Jabal Mohsen que no tomen represalias a los sucesivos ataques contra el barrio, y agregó que los enfrentamientos estallaron entre los partidarios del Primer Ministro Najib Miqati y el Movimiento Futuro.

El ejército libanés dijo hoy que la nación enfrenta una fase crítica después del asesinato de Al-Hasan sumadas las violentas protestas, en ese comunicado se hizo "Un llamado a todos los líderes políticos a ser cautelosos al expresar sus posturas y opiniones” y agregó que se tomarían "medidas decisivas" para evitar el caos en las áreas de alta tensión. La violencia en Beirut estalló después que el ex PM Fouad Siniora, dijo que la oposición rechaza cualquier diálogo para superar la crisis política causada por el asesinato de Al-Hassan, a menos que el gobierno de Mikati dimita; en otros lugares del país, hombres indignados por el asesinato de Hassan -algunos de ellos armados- cortaron caminos en el valle de la Bekaa y a lo largo de la carretera costera al sur del Líbano.

El ejército parece estar mostrando una voluntad más firme que en el pasado al intervenir para cortar de cualquier escalada de raíz como los intentos por atacar las oficinas del Primer Ministro luego de las oraciones del domingo; los líderes de la oposición hicieron un llamamiento a la calma y los manifestantes se dispersaron en gran parte. Las fuerzas de seguridad que rodean el complejo presidencial esporádicamente lanzaron botes de gas lacrimógeno y dispararon sus armas al aire, rompiendo la demostración que entonaba cantos de protesta tales como "Bashar Al-Assad vale tanto como un zapato" y "Hezbollah es un grupo terrorista!"; durante la noche, sunitas y chiitas armados se enfrenaron en dos barrios de Beirut y las autoridades reportaron fuertes enfrentamientos en la noche del domingo y la madrugada del lunes en Trípoli, Beirut y Sidón.

El Cnel. Imad Othman fue nombrado al frente de Oficina de Información de la Fuerza de Seguridad Interna, en reemplazo del desaparecido Gral. Wissam Al-Hasan; Ashraf Rifi, jefes de las Fuerzas de Seguridad Interna, nombró a Othman el domingo por la noche, después de abordar el asunto con el ministro del Interior Marwan Charbel. Othman trabajó con Al-Hasan, durante el mandato del ex primer ministro Rafik Hariri y fue el jefe de las fuerzas de policía de Grand Serail durante el mandato del ex PM Saad Hariri antes de su gabinete fuese derrocado en 2011.

Cada vez que explota una bomba en Líbano, es imposible no recordar la violencia de la guerra civil de 1975-90 e inmediatamente se comienza las evaluaciones sobre si el país se desestabilizará en el corto plazo o no; lo cierto es que las fuertes divisiones sectarias posteriores a la guerra civil no han sido resueltas y cualquier excusa es lo suficientemente buena para agitar los fantasmas de un nuevo enfrentamiento interno. El asesinato de Al-Hasan dejó al país en un punto crítico y puede iniciar un peligroso ciclo debido a las tensiones provenientes de Siria; aunque el PM libanés Mikati planteó una política de disociación de los asuntos sirios, es imposible aislar a Líbano de las implicaciones de la guerra civil siria, ya que ambos bandos –opositores y leales al presidente sirio Al-Assad- tienen simpatizantes en Líbano.

Al escenario político se le debe sumar el factor religioso, ya que el régimen sirio -alawita y aliado de los chiitas- está masacrando sunitas, por lo que desde Líbano esos grupos religiosos ya consideran a la guerra civil siria como algo personal y de allí que comiencen a tomar partido por uno u otro bando. Al-Hassan fue el sunita que más hizo por eliminar a la más poderosa red de Inteligencia en contra del Estado: recogió datos sobre todos los actores principales y descubrió varios complots en los últimos años por lo que su ejecución pública que envió una advertencia a todos los se atrevieron a desafiar a Siria desde Líbano.

Algunos sectores comparan el ataque perpetrado contra el círculo íntimo de funcionarios de seguridad del presidente Al-Assad en Damasco, el pasado mes de julio; el mensaje transmitido es el mismo "podemos llegar a cualquier persona aun al más alto nivel de Inteligencia" y con el agravante para Líbano de “todavía podemos golpear Beirut”. El efecto inmediato de desestabilización de la explosión del viernes ya se puede ver en las calles libanesas, el ejército que debía custodiar la frontera siria ahora está en las calles mientras que el gobierno de Mikati quedó sentenciado por los manifestantes que ahora lo acusan de pro-sirio y pro-iraní por no proporcionar la seguridad o para responder eficazmente a la matanza.

Wissam Al-Hassan, el jefe la Inteligencia asesinando, era un sunita opositor de Siria y Hezbollah fue enterrado junto a Rafik Al-Hariri, cuyo asesinato también ocurrió de manera similar hace siete años y provocó protestas generalizadas que finalmente obligaron a Siria a retirar sus tropas de Líbano después de 20 años de dominación militar y política. Pero a pesar de la retirada de las tropas sirias y la guerra civil, Al-Assad mantiene su influencia en Líbano.

http://noticiasdelibano.blogspot.com.es/, 22/10/12

Noticias del Líbano en Español (Publicado por Fernando Bazán)

ENTREVISTA CON INMA CASTILLA DE CORTÁZAR: “ETA se sale con la suya y contribuye con todos los demás -socialistas, IU, los asaltantes de supermercados, nacionalistas en su conjunto- a hacer una España en rebelión, ingobernable desde la sensatez”

ENTREVISTA CON INMA CASTILLA DE CORTÁZAR: “ETA se sale con la suya y contribuye con todos los demás -socialistas, IU, los asaltantes de supermercados, nacionalistas en su conjunto- a hacer una España en rebelión, ingobernable desde la sensatez”

Inma Castilla de Cortázar Larrea (Éibar, Guipúzcoa), catedrática de Fisiología de la Facultad de Medicina de la Universidad San Pablo CEU de Madrid, es presidenta del Foro Ermua desde 2008. Contraria al “proceso de paz” negociado con ETA, entablado por el PSOE, se ha convertido en una de las voces más críticas de la actual política del Gobierno del PP continuista con la desarrollada en esta materia por el Ejecutivo de José Luis Rodríguez Zapatero.

JORGE MENDIOLA

¿Se esperaba Vd. la actual política del Gobierno Rajoy renuente a aplicarles la Ley de Partidos a las marcas electorales de ETA?

Desafortunadamente, desde 2008 algo cambió en el PP en esta materia pero teníamos la esperanza de que fueran pequeñas cobardías, cansancio, estrategias electorales… En estos momentos no hay duda de que las promesas de ilegalización de las marcas de ETA -que lo son según el Tribunal Supremo, no es que sólo lo digamos nosotros- se han desvanecido ya que sólo aspiran a una “gestión” de ese final de ETA, pactado con ETA por los anteriores gobiernos socialistas, que conlleva darles poder, manteniéndoles en él, e impunidad, con la apariencia de legalidad. En el Foro Ermua pensamos que es verdad que el PP no ha pactado con ETA, pero si asumen como propios los compromisos de Rubalcaba y Eguiguren, a ETA no le hace ninguna falta hablar con el PP. Cuando el PP accedió al Gobierno en las pasadas elecciones generales a ETA le faltaban tres cosas por conseguir: la “cuestión de los presos” (resuelta con la “vía Nanclares (2)” y con la no modificación del 100.2 del reglamento de Prisiones); que se legalizara también Sortu, por un no renovado Tribunal Constitucional; y que no se haga nada para ilegalizarlos y para sacar a la luz la retahíla de disparates vividos durante el “proceso de paz”, como el “caso Faisán”, por poner sólo un ejemplo.

 

¿Cuál cree que es la causa principal de este continuismo del Ejecutivo en el “proceso de paz”?

El legado socialista es dramático en todos los temas. Y la negociación con ETA la dejaron acaso blindada, por los acuerdos PSOE-PP a espaldas de los ciudadanos en 2008, el montaje internacional, con los mediadores y la conferencia de San Sebastián y una extraordinaria manipulación de la opinión pública. El actual PP -con tantísimos problemas- sólo quiere mantener que ETA no mate, “sólo faltaba que ETA volviera a matar”… En nuestra opinión, la causa “del continuismo” está en no diagnosticar el problema en toda su dimensión: han caído en la trampa. ETA se sale con la suya y contribuye con todos los demás -socialistas, IU, los asaltantes de supermercados, nacionalistas en su conjunto- a hacer una España en rebelión, ingobernable desde la sensatez: la situación de “desórdenes públicos” de primera magnitud que tenemos está alentada por unos y otros. Por todos los que trabajan en una dirección contraria al bien común.

 

¿Piensa que el PP rectificará su postura, de obtener un mal resultado en las elecciones vascas?

Es fundamental que el PP, que posee una mayoría absoluta holgada, rectifique, sean cuales sean los resultados de las autonómicas vascas, que se pronostican penosas para el constitucionalismo vasco que está reducido a pavesas en estos momentos.

 

¿Cuál considera que debe ser la política a seguir para hacer frente al desafío separatista que plantea EH Bildu (en solitario o de la mano del PNV)?

 Lo más importante es prestigiar a las instituciones del Estado, que han perdido su credibilidad en los pasados ocho años por falta de independencia. Sin un Estado que se haga respetar, el proyecto desgarrador de ETA -de esa ETA que no mata porque se le está dando la razón por dejar de matar- es un enorme peligro, porque todo el nacionalismo en su conjunto rema en la misma dirección, como es evidente desde hace décadas. Lo más importante es contar la verdad para fomentar la unidad, y cerrar filas en el esfuerzo común que tenemos que hacer: sólo así los ciudadanos, la inmensa mayoría de españoles, recuperarán la confianza perdida.

 

¿Cómo ve, en la actualidad, a la sociedad vasca en relación con ETA y sus marcas políticas?

Nuestra sociedad está macerada por el terrorismo y por el nacionalismo obligatorio. Si encima los que tendrían que proponer y fomentar otros “estilos y opciones” se dedican a hacer la campaña a Amaiur y a Bildu en nombre “de la reconciliación” –me estoy refiriendo al socialismo de Patxi López y Eguiguren-, la situación empeora lamentablemente, como no puede ser de otra forma. El gobierno supuesta alternativa al nacionalismo ha sido una farsa y esto se paga. Habrá que recomponerlo…

 

¿Piensa que se puede recuperar el “espíritu de Ermua” de unión entre los demócratas vascos contra el terrorismo? ¿Qué queda del legado de dicho “espíritu de Ermua” en la sociedad española actual?

El espíritu de Ermua fue una superación del espíritu de la Transición. Ambos son los dos únicos que han promovido la convivencia en esta España nuestra. Desde las jornadas del 11-M, que son la antítesis de las jornadas de Ermua, lo que se ha promovido y se está promoviendo activamente es la desaparición del espíritu de la Transición: con una absoluta falta de respeto a la Constitución; con una pedagogía “antidemocrática” fomentándose todo tipo de actitudes antisistema… El partido socialista de estos años tiene una extraordinaria responsabilidad. Volviendo a su pregunta, el “espíritu de Ermua” sigue vivo en toda España, pero los ciudadanos comprueban con desolación cómo la clase política se aparta de esas elementales exigencias, intentando contentar a ETA.

 

¿Qué mensaje trasladaría a las personas que en el País Vasco aún consideran que debe hacerse frente a ETA?

Toda esta estrategia no puede salir bien, porque es una gran mentira. Por eso es tan importante que seamos fuertes, que sigamos siendo fuertes para defender la libertad. Si ETA y los suyos -chuleándose- ganan, es que ha perdido la libertad, es que ha perdido la democracia. Pero la asfixia de la libertad y la mentira tienen muy corto recorrido, aunque se nos haga tan largo… No tengo la menor duda de que se impondrá la sensatez.

 

http://www.nuestrahora.es/2012/10/15/entrevista-con-inma-castilla-de-cortazar-el-pp-debe-rectificar-sea-cual-sea-el-resultado-de-las-autonomicas-vascas-que-se-pronostican-penosas/

 

 

Colombia: las víctimas de las FARC reclaman justicia

Colombia: las víctimas de las FARC reclaman justicia

Hispanidad, lunes, 15 de octubre de 2012

Esta semana se inician las conversaciones en Noruega entre el Gobierno colombiano y los terroristas
 

A lo largo de esta semana se espera que los equipos negociadores del Gobierno colombiano y de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) lleguen a Noruega para iniciar las negociaciones para poner fin a 50 años de terrorismo. El mal tiempo y 'dificultades logísticas' -como los salvoconductos para los portavoces de las FARC, a quienes les preocupa tener vigente una posible orden de captura internacional en su contra-, han retrasado su llegada.

Aunque, según El Espectador, el nuevo aplazamiento es el resultado de que los terroristas de las FARC incluyeran a la guerrillera holandesa Tanja Nijmeijer en su equipo, algo que no gustó al Ejecutivo del presidente Juan Manuel Santos, pero los terroristas alegaron que los términos de su acuerdo les permiten elegir libremente a los miembros de su equipo.

En este contexto, y a escasas horas del comienzo de las negociaciones, algunas víctimas de la violencia de las FARC llegadas de las regiones colombianas denunciaron este domingo ante la Fiscalía más de 300 crímenes cometidos por esa guerrilla. Esta jornada de denuncia tuvo lugar en el primer Encuentro Nacional de Víctimas de las FARC , convocado para recopilar "pruebas" que pongan al grupo terrorista contra las cuerdas por su responsabilidad en estos delitos impunes. La verdad es que recuerdan mucho a las asociaciones de víctimas del terrorismo de ETA en España, por lo que las víctimas colombianas merecen todo el respeto y el reconocimiento de la sociedad a su sufrimiento.  

Como negociadores, está previsto que las FARC estén representadas en el proceso de paz por diez guerrilleros: cinco "plenipotenciarios" -Simón Trinidad, Andrés París, Iván Márquez, Rodrigo Granda y Marco León Calarcá- y cinco "simples" -Jesús Santrich, Hermes Aguilar, Rubén Zamora, Bernardo Salcedo y Sargento Pascuas.

Por parte del Gobierno colombiano intervendrán el ex vicepresidente Humberto de la Calle Lombana; el ex director de la Policía Nacional Óscar Naranjo; el comandante del Ejército, Jorge Enrique Mora Rangel; el ministro de Medio Ambiente, Frank Pearl; el consejero de seguridad, Sergio Jaramillo; y el presidente de la Asociación Nacional de Empresarios de Colombia, Luis Carlos Villegas.

Según está acordado, tras la ronda de contactos en Oslo, las negociaciones seguirán en La Habana, bajo el auspicio del régimen de Raúl Castro. Los gobiernos de Venezuela y Chile también participan como garantes del proceso.

Una cosa es dialogar con los terroristas para hacerles entrar en razón y otra ofrecerles algo a cambio de dejar de matar. En mi opinión, lo primero se puede hacer. Pero lo segundo no porque sería una forma de legitimar la violencia para conseguir cosas. A los terroristas hay que vencerles. Pero puedo estar equivocado.

José Ángel Gutiérrez
joseangel@hispanidad.com

http://www.hispanidad.com/Breves/colombia-las-vctimas-de-las-farc-reclaman-justicia-20121015-152824.html