ETA PREPARA SU VUELTA 'OFICIAL' A LAS ARMAS.
LAS FUERZAS DE SEGURIDAD DEL ESTADO YA NO TIENEN DUDA.
El comunicado de ETA -cuyas líneas maestras fueron adelantadas ayer por El Confidencial y, horas más tarde, por el diario Gara- deja ver entrelíneas que la banda armada tiene asumido ya su próxima vuelta a las armas. Un retorno a los atentados que la organización terrorista hará oficial con otro documento en las próximas semanas. Ese es el análisis que los expertos de la lucha antiterrorista han hecho tras leer el extenso comunicado en euskera y en el que los terroristas, sin embargo, aseguran que “el alto el fuego permanente” del pasado 22 de marzo “sigue en pie”.
Esta interpretación es también la que el ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, transmitió ayer por la tarde a los portavoces de los grupos políticos con los que se está reuniendo para intentar recomponer la unidad de los partidos en la lucha contra el terrorismo tras el atentado de la T-4 de Barajas. Según Rubalcaba, los expertos policiales consideran que el párrafo en el que los terroristas muestran su “determinación para responder” a lo que consideran “la situación actual de ataque contra Euskal Herria” es el más claro indicio de que ETA ya ha tomado la decisión de volver a los atentados y que la referencia a la vigencia de la tregua de marzo es sólo una pantalla para poder justificar ante sus simpatizantes esa futura vuelta a las armas.
Las alusiones a que Moncloa no ha cumplido unos supuestos “compromisos de alto el fuego”, así como las críticas tanto al PSOE por dejar “que el proceso se vaya pudriendo” y al PNV “de Imaz” por, en su opinión, haberse “dedicado a alimentar la línea del Gobierno español contra la izquierda abertzale” son también, en opinión de los analistas policiales, “síntomas de que ETA busca culpables sobre los que hacer caer la responsabilidad de una futura ruptura formal de la tregua”.
Pesimismo en Euskadi
Muchas de las fuentes políticas vascas consultadas por este diario a lo largo del día de ayer coinciden a grandes rasgos con la interpretación de los expertos antiterroristas del documento etarra. “Es un comunicado raro, en el que intentan justificar que se les ha ido la mano, pero en el que, como siempre, son incapaces de reconocer su error”, asegura a El Confidencial un miembro del Parlamento de Vitoria. “Sólo nos quedaba la esperanza de que ETA anunciase el alto el fuego definitivo e irreversible, y el documento deja bien a las claras que los terroristas están aún muy lejos de dar ese paso”, apunta otro político vasco.
“Nos han engañado”
Por su parte, en el Gobierno la lectura del comunicado de la banda armada ha servido también para reafirmar una opinión que desde el 30 de diciembre se ha hecho fuerte en su seno: “ETA nos ha engañado”. Pérez Rubalcaba ha reconocido en privado, incluso, que la decisión de la banda armada de volver a los atentados ha venido precedida de una escalada continuada de las amenazas que el Ejecutivo no fue capaz de interpretar y que se inició el pasado verano, cuando, poco después de la primera reunión oficial entre los socialistas vascos y líderes de Batasuna, la izquierda abertzale decidió cambiar de paso y negarse a pasar por la ventanilla del Ministerio del Interior para legalizarse como habían anunciado.
Las fuentes gubernamentales consultadas por este diario insisten que, hasta el día del atentado, las cosas parecían ir bien. “Se había avanzado bastante en el tema político. PNV, PSE y Batasuna estuvieron a finales de octubre a punto de alcanzar un preacuerdo de mínimos sobre la Mesa de Partidos”, insisten éstas. “Todos habían salido satisfechos de la última reunión entre el Gobierno y ETA, ellos, los mediadores suizos y los emisarios del Gobierno. Es verdad que no hubo avances, pero se quedó en celebrar un nuevo encuentro tras las Navidades y en ningún momento dejaron entrever que estaban listos para poner una furgoneta bomba”, añade un político al tanto de los entresijos de aquella última cita.
Y, sin embargo, el atentado se produjo y bajo los escombros del aparcamiento de la T-4 de Barajas no sólo quedaron los cuerpos sin vida de los dos ciudadanos ecuatorianos, sino también el proceso de paz.
Ahora, todos los datos que la Policía recoja tras la detención ayer en Francia de dos presuntos etarras relacionados con el zulo de Amorebieta -donde, además de explosivos, se ha sabido ahora que también aparecieron componentes específicos para confeccionar dos bombas lapa- serán interpretados en otra clave. La clave que un político, tras entrevistarse ayer con Rubalcaba, resumía en privado con esta frase: “Antes estábamos en un proceso de paz. Ahora, en uno de guerra”. Y ello a pesar de que el “alto el fuego permanente” está aún vigente. ETA dixit.
http://www.elconfidencial.com/noticias/noticia.asp?id=20540&edicion=10/01/2007&pass=
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