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Observatorio del nacionalismo vasco

El PSE transmite al Gobierno su deseo de que ANV participe en las elecciones

El PSE transmite al Gobierno su deseo de que ANV participe en las elecciones

El fiscal general pedirá al Supremo la anulación de las listas del partido en las que vayan candidatos relevantes procedentes de Batasuna

El 'núcleo duro' del PSE ha transmitido en los últimos días a través de canales privados al Gobierno central su deseo de que ANV pueda finalmente presentar candidaturas a las próximas elecciones forales y municipales del 27 de mayo, aun cuando se trate de una decisión que tendrá que adoptar el Tribunal Supremo. Esta pretensión, sin embargo, tropieza con la posición más dura, cada vez más instalada en la dirección federal del PSOE y en los ámbitos más sensibles del Ejecutivo central.

Los dirigentes del PSE partidarios de no cerrar todos los canales de comunicación con la izquierda abertzale son conscientes de que, ante las elecciones de mayo, el Ejecutivo central no tiene apenas margen de maniobra después del atentado de Barajas, de la posición de la izquierda abertzale de no desmarcarse de la violencia y de la última entrevista de ETA, que mantiene las amenazas y no recoge ninguna voluntad de abandono de las armas.

 

Sin embargo, pese a todo, desde el PSE se realizan en los últimos días movimientos discretos a favor de que la izquierda abertzale pudiera tener un resquicio legal para participar en los comicios. Los secretarios generales del PSE de Gipúzcoa y Vizcaya, Miguel Buen y José Antonio Pastor respectivamente, mostraron ayer una posición matizada a favor de una interpretación equilibrada de la Ley de Partidos dentro del máximo respeto a la decisión de los jueces. La tesis del PSE es que ANV es una formación histórica que rechaza la violencia en sus estatutos. En ámbitos del PSE se cree que proceder a una ilegalización de ANV por sus aparentes conexiones con Batasuna puede ser un ejercicio muy complicado desde el punto de vista judicial, pero desde el prisma político tampoco beneficia a los sectores más posibilistas de la izquierda abertzale.

 

Además, el 'núcleo duro' del PSE admite que dejar fuera de juego la expectativa de ANV tendría efectos en la relación de fuerzas en la izquierda abertzale y podría alimentar a la línea más radicalizada en el mundo de ETA, favorable a una vuelta a los atentados y a una ruptura explícita de la declaración de alto el fuego.

 

Las hipótesis que se barajan en el PSE parten de la convicción de que el Supremo terminará por ilegalizar a Abertzale Sozialisten Batasuna por incumplir la Ley de Partidos y procederá a anular gran parte de las candidaturas de las plataformas con estas siglas. El escenario que se abriría entonces pasa por examinar una a una las listas de ANV para averiguar si hay una presencia masiva de candidatos procedentes de Batasuna y si éstos son importantes. La sentencia del Constitucional sobre Aukera Guztiak estableció que para que se aplicase la anulación de las listas los candidatos procedentes de Batasuna debían ser más de dos por lista y haber ocupado en su momento responsabilidades relevantes.

 

190 candidaturas

 

El Ministerio de Interior, en un examen preliminar de las candidaturas de ANV -entre 186 y 188 en los tres territorios vascos, según Europa Press-, no ha apreciado nombres significados de Batasuna en sus listas, con la excepción de una en Navarra. Aunque los servicios jurídicos están analizando tanto la posibilidad de actuar contra el partido como la de ir lista por lista, Interior parece inclinarse por esta segunda opción.

 

En este sentido, Buen defendió ayer que «si hay duda» acerca de ANV y de las plataformas se debe permitir que vayan a los comicios, ya que sólo deben ser ilegalizados «si la cosa está muy clara». Buen dijo que, en caso de duda, se debe aplicar «el principio de preservación del derecho».

 

A su vez, Pastor consideró necesario «combinar el escrupuloso respeto y aplicación» de la Ley de Partidos a las listas presentadas por ANV con el hecho de que es un partido «registrado como tal», «perfectamente legal» y que tiene una mención expresa de rechazo a la violencia en sus estatutos.

 

Entre los últimos informes sobre ANV que ayer llegaron al Gobierno y al juez Garzón, que instruye la causa penal contra Batasuna, figura uno de la Unidad Central de Información de la Policía que insiste en los vínculos con la formación ilegalizada.

 

El informe, de diez páginas y varios anexos, relata que este partido se separó formalmente de Herri Batasuna entre 2001 y 2002, durante el proceso fundacional de Batasuna, y los militantes de ANV rechazaron la integración porque la organización ahora ilegal acordó no admitir a otros partidos en su seno, sólo corrientes políticas.

 

Los analistas policiales aseguran que, a pesar de ese supuesto alejamiento y de que ANV desde hace tres décadas no concurre a las elecciones, pidió el voto primero para Batasuna y, tras su ilegalización, para EHAK en las elecciones autonómicas de 2005. El dossier reconoce que los responsables de ANV llevan cinco años insistiendo en su «independencia» con respecto a Batasuna, y aporta documentos internos del partido y entrevistas que defienden esa tesis y que ANV sólo se identifica como un movimiento dentro de la izquierda abertzale.

 

Mientras tanto, el Gobierno y la Fiscalía preparan ya sus alegatos para pedir al Supremo la anulación de las listas electorales de ANV por su vinculación con Batasuna. La Abogacía del Estado y el teniente fiscal del Tribunal Supremo, Juan José Martín-Casallo, esperan los informes finales de la Policía y Guardia Civil sobre los candidatos con vínculos probados con la coalición para, a partir del 2 de mayo, dejar en manos de la sala especial que ilegalizó a Batasuna la decisión de si la 'contaminación' de decenas de candidatos es argumento suficiente para impedir su presencia.

 

Fuentes gubernamentales sostienen que estos datos son «pruebas indiciarias» que sólo serán útiles para dejar fuera de los comicios a las listas auspiciadas por ANV si esos indicios se completan con las cifras del grado de 'contaminación' de cada una de esas candidaturas.

 

ALBERTO SURIO/SAN SEBASTIÁN

El Correo, 25 de abril de 2007

Ibarretxe insiste en un referéndum en Euskadi

Ibarretxe insiste en un referéndum en Euskadi Ibarretxe no se ha olvidado del plan que lleva su nombre, y está dispuesto a que en Euskadi se realice un referéndum, al margen de lo que puede hacer ETA. El lehendakari se ha referido a "la delicada situación" política del País Vasco y ha afirmado que los terroristas "pueden volver a hacernos sufrir", pero ha asegurado que, "haga lo que haga ETA, daré la palabra al pueblo en esta legislatura". Estas declaraciones figuran en una entrevista que publica el Diario Vasco.

Según Ibarretxe, tras el atentado de Barajas la "situación es muy delicada" en los partidos vascos y, especialmente, en Batasuna. Dice que ETA y la izquierda abertzale sabe que aquella bomba, "además de matar a dos personas inocentes, constituyó un enorme error que puso patas arriba el proceso de paz".

Agrega que "no podemos estar esperando lo que haga ETA", y anuncia que trabajará para cumplir la palabra que dio a la sociedad vasca cuando dijo que "el proceso iba a acabar en una consulta democrática", y augura que podría realizarse en esta legislatura.

 

Diario Ibérico, 15 de abril de 2007

El PNV, dividido entre las dudas de Imaz y la memoria histórica de ETA

El PNV, dividido entre las dudas de Imaz y la memoria histórica de ETA El Aberri Eguna es, para el nacionalismo vasco, el momento de una inevitable reunión de familia, con sus ritos, su foto, el cuñado insoportable, los niños que no paran, el abuelo que se duerme, la suegra que no calla. Y los viejos litigios pendientes, y las herencias por repartir, y los bienes familiares que todos codician. Menudo día el de ayer, para todos los miembros de la familia que fundó Sabino Arana.

Las cosas son bastante complicadas entre las distintas ramas de la familia, el PNV de discutida primogenitura, los rebeldes de EA, los eternos y sangrientos adolescentes de ETA y Batasuna, la joint venture de Nafarroa Bai, los parientes pobres de Aralar y Batzarre. Todos vienen del mismo sitio y dicen querer la misma independencia, es cierto, y todos se reúnen en las grandes ocasiones y festejos compartiendo la misma pomposa retórica decimonónica. Pero a la hora de la verdad ¿están a gusto juntos? ¿Quieren lo mismo? ¿Son un bloque monolítico o serían felices encontrando una excusa para divorciarse?

 

El PNV, centro del juego político

 

En el País Vasco no hay política si no se hace pasando por el Partido Nacionalista Vasco, auténtico movimiento transversal, interclasista y multicolor que une, reúne y pacifica fuerzas muy diversas. Esto no supone dar por buena la identificación entre lo vasco y lo nacionalista –la falacia más grande que vieron los tiempos- sino reconocer que el PNV ha movilizado a toda una parte de la sociedad, dando una respuesta mucho más que política, mientras que los partidos no-nacionalistas se han limitado en el mejor de los casos a recoger votos. Seguramente el PP pensó que no podía hacer otra cosa, y sin duda el PSOE no quiso hacer otra cosa.

 

Dicen ahora los analistas que la buena conexión entre el líder del PNV, Josu Jon Imaz, y el presidente del Gobierno José Luis Rodríguez Zapatero estaría creando una "pinza" contra el presidente regional Juan José Ibarretxe, cada vez más inclinado al sector de Joseba Egibar en el PNV; sector supuestamente más "duro" y verbalmente más independentista. Pero no es tan sencillo, porque en medio está ETA.

 

ETA: hagamos memoria de su verdadero rostro

 

En el resto de España podemos fingir que no lo sabemos, pero ETA es lo que siempre ha sido, y su aparición en la prensa de ayer, domingo de Pascua, no hizo más que confirmarlo. ETA lidera un movimiento revolucionario, que tiene como objetivo, sí, la independencia, pero también y sin solución de continuidad una transformación radical de la sociedad. Son hijos de los movimientos marxistas tercermundistas de la segunda mitad del siglo XIX, y aplican sin complejos el terror como medio, como lo hicieron sus maestros Lenin, Stalin, Mao, Che Guevara y Ben Bella.

 

ETA no es un grupo de escolares, sino una bomba de relojería para cualquiera que se siente a su lado. ETA es la misma que en marzo de 1973 secuestró a los trabajadores españoles Humberto Fonz Escobedo, Jorge Juan García Carneiro y Fernando Quiroga Veina. Su crimen: haber ido al cine en el sur de Francia y haber sido confundidos por los etarras –algunos supuestamente reinsertados- con policías españoles. Su democrático destino: ser torturados hasta la muerte en un escondite de la banda, serles arrancados los ojos con un destornillador y ser enterrados en una fosa común que nadie, pese a amnistías y procesos varios, ha tenido el valor de revelar a los familiares.

 

Eso era y es ETA. ¿Ustedes creen de verdad que Josu Jon Imaz quiere quedarse a solas en una habitación a oscuras con esa gente? Tal vez Imaz –y el PNV de base- no se acerque tanto a Zapatero como líder del PSOE que puede conceder la independencia sino como gobernante español que –con toda la fuerza del Estado- aún se interpone entre ETA y sus futuras presas nacionalistas.

 

Pascual Tamburri

El Semanal Digital, 9 de abril de 2007

Entrevista a ETA en GARA: "Si desaparecen los ataques, estamos dispuestos a asumir compromisos firmes con un escenario sin violencia"

Entrevista a ETA en GARA: "Si desaparecen los ataques, estamos dispuestos a asumir compromisos firmes con un escenario sin violencia"

 

En las últimas semanas se ha hablado mucho de las intenciones de ETA. El comunicado del 10 de enero era el objeto de valoración y debate más reciente hasta el día de hoy. En esta entrevista realizada por GARA, ETA detalla sus reflexiones, objetivos y compromisos. Está realizada en euskara, pero por su valor periodístico se ofrece también la traducción íntegra al castellano en este cuadernillo especial.

Josu JUARISTI

Se habla mucho de la oportunidad que existe para superar el conflicto en Euskal Herria. Pero, ¿cuál es la fotografía que hace ETA del país?


Es conocido que nuestro objetivo es una Euskal Herria libre y socialista y que luchamos para lograrlo. Hoy, podemos decir que vemos más cerca que hace unos años un Estado independiente, aunque aún habrá que trabajar y luchar mucho. Por otra parte, vemos un pueblo que construirá en libertad su futuro, que recorre su camino hacia la independencia. Sin embargo, quienes dividieron Euskal Herria, y sus sucesores, han llevado a cabo un enorme trabajo para destruir la identidad de nuestro pueblo. Los valores del capitalismo están muy vivos en el devenir diario. Y, en nuestra opinión, los actuales gestores de esa Euskal Herria dividida son los principales responsables de esa situación.

 

¿Cuáles son los principales problemas que detectan?

 

Las principales necesidades de nuestro pueblo son las que los gestores de las actuales instituciones y los caciques que gobiernan en Euskal Herria no quieren resolver.

 

¿Cómo no se dan cuenta de los serios problemas estructurales que hay en Euskal Herria? Por ejemplo, el de la oficialidad del euskara; estando su futuro en manos de personajes como Sanz o de Lasserre, nuestra lengua está condenada a morir. Basta con repasar las encuestas sociolingüísticas en los siete territorios para hacerse cargo del oscuro futuro del euskara. Y, ante esa situación, en el mejor de los casos se limitan a poner falsos instrumentos para tranquilizar o desactivar a la sociedad. Ese no es el camino.

 

¿Y los trabajadores vascos? Su situación es inaceptable. Condiciones de trabajo, precariedad absoluta... Por ejemplo, en Euskal Herria los accidentes y muertes de trabajadores se han convertido en el pan de cada día. En ese sentido, los poderes públicos y los empresarios vascos tienen una responsabilidad que no pueden ocultar. Mientras la patronal condena a muerte a los trabajadores, los caciques políticos del PNV sólo piensan en cómo ocultar sus bienes a los ciudadanos. Situando en la centralidad política sus largas listas de casas de verano, invierno y vacaciones. Mientras tanto, hacen oídos sordos a las reivindicaciones y llamamientos de todos los sindicatos, ¿y así hasta cuándo? ¡Euskadi Ta Askatasuna pregunta qué harán para acabar con esa opresión!

 

Por otra parte, está la grave situación de Lapurdi, Zuberoa y Baxe Nafarroa. Ipar Euskal Herria no cuenta con una estructura institucional propia. Así, en beneficio de París, el proyecto 2x2, el Tren de Alta Velocidad u otros proyectos gigantescos similares son el futuro que nos dibujan. Pero el problema básico no es que esos proyectos no sean convenientes a nuestro entender para Euskal Herria, no, no es ésa la principal cuestión, el problema es ver cómo lo están haciendo. Sin ninguna vergüenza, están imponiendo a nuestro pueblo proyectos que condicionan el futuro de Euskal Herria. Esos que se llenan la boca con palabras como democracia o participación ocultan a la sociedad qué quieren hacer y por qué quieren hacerlo.

 

Las actuales instituciones actúan dando la espalda a los problemas de los ciudadanos. Los ciudadanos sólo pueden recibir información de esos proyectos gracias a las plataformas populares, porque los ideólogos de esos proyectos también los ocultan. Tal y como hicieron con la Central de Boroa y el pantano de Itoiz. También toda esa destrucción se realiza contra la voluntad de los ciudadanos.

 

Son situaciones originadas por la opresión, negación y partición de Euskal Herria. Hoy, nuestro pueblo no cuenta aún con los instrumentos de poder y soberanía necesarios para construir y organizar su futuro. En cambio, quienes gestionan las actuales instituciones, trabajan a diario para convertir en definitiva la situación de negación y partición de Euskal Herria. Sólo queremos decirles una cosa. ¡Que abandonen esa política de imposición y pongan en manos de los ciudadanos todos los mecanismos democráticos, para que entre todos construyamos el futuro de nuestro pueblo!

 

En torno al proceso, sobre el bloqueo y llamamiento a la sociedad vasca

Se habla mucho sobre el proceso... pero, ¿cuál es la razón que les lleva a sostener o a poner en marcha un proceso ahora? ¿Por qué dice ETA que se dan las condiciones para llevar a cabo un proceso?

 

Han transcurrido dos años desde que tuvieron lugar varios acontecimientos en el Estado español. A partir de ahí se fijó un nuevo inicio.

 

Para empezar, los ataques armados del 11-M en Madrid acabaron con ocho años de gobierno de Aznar y el PSOE llegó al poder. Eso provoca un cierto cambio y, siguiendo con la lectura que hacíamos entonces, al analizar cómo afectaría ese cambio al conflicto que padece Euskal Herria, preveíamos que iría en función de la voluntad de los nuevos líderes del PSOE. Este fue uno de los factores.

 

Por otra parte, las declaraciones del PSOE y el «talante» de Zapatero reflejaban voluntad para cambiar. Así, ETA entiende que hay intención de poner en marcha un segundo proceso de reforma en el Estado español. Podíamos interpretar que esa reforma traerá la resolución definitiva del conflicto entre Euskal Herria y el Estado español.

 

Y, por supuesto, porque había un compromiso por ambas partes de que se daría una distensión, como requiere cualquier proceso de resolución. No entraremos en detalles, pero nos referimos a eso cuando decimos que el Estado español no ha cumplido sus compromisos de alto el fuego.

 

Pero hemos escuchado muchas cosas en torno a las conversaciones entre ETA y el Estado español. ¿Qué opinan de todas esas filtraciones?

 

Nosotros hemos reiterado nuestra firme voluntad. Hemos valorado y manifestado permanentemente que la solución del conflicto llegará por medio del diálogo y la negociación.

 

¿En qué situación está el proceso en opinión de ETA?

 

¡En marcha! Pero, ¿qué entendemos por proceso? En primer lugar nos gustaría responder a esta cuestión. En Euskal Herria hay quien tiende a desvirtuar algunos términos, especialmente los políticos que no tienen voluntad de cambiar las cosas. Proceso igual sólo a paz, proceso igual a la desaparición de ETA... muchos han tratado de hacernos escuchar o creer eso. Pero se equivocan.

 

Tal y como manifestamos en marzo de 2006 (y reiteramos posteriormente), para nosotros el proceso consiste en construir un marco democrático para Euskal Herria y en dar la palabra y la decisión sobre su futuro a los ciudadanos vascos. Es decir, lo que cada agente ofrecemos y aportamos para ello. Nosotros tenemos claro que hemos puesto, y que estamos dispuestos a poner, toda nuestra voluntad y una serie de iniciativas, ¿están dispuestos el Gobierno español y los principales agentes políticos de Euskal Herria para recorrer ese camino?

 

Hoy no tenemos motivos para ser optimistas, pero reafirmamos esos objetivos. Y confirmamos la firme voluntad de ETA de dar pasos que alimenten y blinden ese proceso. Los compromisos de ETA son firmes, pero que nadie se engañe, nuestro compromiso es con un proceso que dé una salida democrática verdadera al conflicto.

 

¿Significa eso que en este momento está bloqueado?

 

Sí, el proceso continúa en una situación de bloqueo, ¡porque el Gobierno español no ha escuchado lo que le dice el pueblo! Porque el Gobierno español no ha actuado con madurez ante el gesto de ETA.

 

La situación de bloqueo se agrava si se niegan a profundizar en la negociación y a dar pasos. Es muy simple, ¿verdad? En ese sentido, el Gobierno español tendrá que decidir si cierra la puerta a un proceso de resolución del conflicto o si apuesta por dar una salida política a un largo conflicto.

 

Se está extendiendo una convicción: ahora sí, si hay proceso tendrá que ser sobre unas bases más firmes y una nueva dinámica, porque con la actitud demostrada hasta ahora por el Gobierno español y por agentes como el PSOE y el PNV no se puede construir un proceso serio. Hay que cambiar esas actitudes.

 

Es momento de actuar con responsabilidad política. No es tiempo de incurrir en ingenuidades. Lo estamos diciendo una y otra vez. La sociedad vasca sabe perfectamente que las llaves para resolver el conflicto son la territorialidad y el derecho a decidir. El debate político está situado en esos parámetros, así que hay que abordarlo.

 

Insistir ahora en las peticiones de condena o en debates sobre el derecho a defenderse de este pueblo es eludir el verdadero debate. No tiene otra intención.

 

¿Y qué es lo que ETA pide a lo agentes sociales para que se desbloquee esta situación?

 

Queremos dirigir nuestro primer llamamiento a todos los ciudadanos, para que se levanten ante los ataques que sufre nuestro pueblo y para que insten a los partidos políticos a que actúen con la responsabilidad que les corresponde. A fin de cuentas, el principal activo para la resolución del conflicto son los ciudadanos vascos, y a los partidos les toca encauzar la voluntad popular y trabajar para que el derecho de decidir de los ciudadanos vascos quede garantizado.

 

Queremos dirigir nuestro segundo emplazamiento a los medios de comunicación. Para que no echen más leña al fuego del conflicto, para que dejen de dar cobertura a salidas policiales y apoyen una verdadera solución democrática y negociada.

 

Y, por último, queremos expresar nuestra admiración a todas las personas que trabajan a diario a favor de un cambio de modelo para este pueblo: a todos los ciudadanos, asociaciones de barrio, universidades, escuelas, centros de trabajo y mo- vimientos populares.

 

Sobre el atentado de BARAJAS y el concepto de alto el fuego permanente

Afirman que el proceso, en general, avanza. ¿Es entonces el proceso de negociación lo que está bloqueado? ¿Por qué decidieron llevar a cabo el atentado de Barajas?

 

Barajas fue una acción armada de respuesta a los ataques permanentes del Gobierno español. ETA manifestó en agosto que si seguían los ataques contra Euskal Herria respondería, y así lo hicimos el 30 de diciembre. Por medio de esa acción, ETA dio una respuesta directa a la actitud mantenida por el Gobierno español durante ocho meses. Hasta aquel momento, y aún hoy, el Gobierno español no ha respetado sus compromisos de alto el fuego y tampoco ha mostrado una intención clara de cumplir esos compromisos.

 

Con la acción de Barajas ETA intenta reconducir el proceso, y envía un mensaje claro al Gobierno español, para que reflexione: que es necesario respetar los compromisos para que pueda desarrollarse un proceso de resolución del conflicto, que debe desactivar la maquinaria represiva que mantiene contra Euskal Herria, y que debe dar pasos firmes a favor de un proceso que respete los derechos de Euskal Herria.

 

En este sentido, con esa acción ETA no ha roto nada, nuestra intención ha sido la de influir para que el proceso avance con bases más sólidas.

 

Muchos han dicho que ETA, con esa acción, ha roto un código no escrito, porque la llevó a cabo sin avisar que iba a romper el alto el fuego. Que, de cara al futuro, el concepto mismo de alto el fuego ha perdido valor, porque ha perdido credibilidad...

 

No en nuestra opinión. No hemos perdido un ápice de credibilidad. Todo el mundo sabe que lo que da credibilidad en un proceso de negociación es respetar y cumplir los acuerdos alcanzados en la mesa de negociación. Lo que da credibilidad es dar pasos que sean coherentes con un proceso de resolución del conflicto, dar pasos firmes que alimenten el proceso. La principal garantía del proceso es cumplir los compromisos alcanzados en la mesa de negociación y dar pasos acordes a ello.

 

Con el transcurso de los meses, la credibilidad del Gobierno español se ha ido desmoronando. El PSOE ha ido perdiendo la poca credibilidad que podía tener ante la ciudadanía vasca. Con su práctica política ha ido perdiendo la legitimidad que podía tener de cara a desarrollar un proceso de resolución ante Euskal Herria.

 

ETA puede confirmar que ha cumplido todos sus compromisos durante estos meses. El Gobierno español no puede decir lo mismo. En ese sentido, nosotros entendemos cualquier alto el fuego desde un punto de vista bilateral. No hay alto el fuego unilateral. No se puede construir un proceso de paz sólo con los pasos y la voluntad de una parte, es imprescindible que los compromisos sean bilaterales.

 

Es más, repetiremos una ecuación que cualquiera puede entender: que no ataquen a Euskal Herria, que no creen medidas criminales contra los Presos Políticos Vascos, como por ejemplo la doctrina Parot. Que no impongan juicios y castigos contra los ciudadanos vascos, como son los casos de Iñaki De Juana, del juicio contra la juventud vasca e infinidad de ejemplos que podríamos poner para describir el estado de excepción que sufre nuestro pueblo. Que desaparezca todo esto y ETA no tendrá necesidad de responder.

 

Desde muchos ámbitos se les ha instado a mantener los compromisos del 24 de marzo. ¿Qué responden a esto?

 

ETA confirma hoy todos los compromisos del 24 de marzo. Es más, si desaparecen los ataques contra Euskal Herria, en ese contexto tenemos la disposición absoluta de tomar compromisos firmes con un escenario de ausencia de violencia, desactivando incluso la opción de respuestas puntuales en una situación de alto el fuego.

 

Sobre el futuro, el margen de Zapatero y la actitud del PSOE y del PNV

En Madrid especialmente (pero también algunas voces en Euskal Herria), dicen que el Gobierno de Zapatero se ha quedado sin margen. Y aluden a la enorme ofensiva del PP. ¿Qué opina ETA sobre esta cuestión?

 

El Gobierno de Zapatero, si quiere, tiene todo el margen del mundo. Aun más, margen y capacidad. La cuestión, sin embargo, es si tiene voluntad y decisión política para dar una salida democrática al conflicto. Que no desvíen el debate.

 

Pero hasta ahora han dibujado el camino contrario, y eso ha restado margen no al Gobierno español, sino al desarrollo del proceso. Si no se dan pasos valientes para alimentar el proceso, si el proceso no se llena de contenido político, se le cierran espacios, y ésa es la situación que se ha creado, porque el Gobierno español lo ha llevado ahí. Han colocado como límite la Constitución española.

 

En 1978 se impuso una situación concreta a este pueblo. La izquierda abertzale adoptó la opción de luchar contra ese marco político impuesto, y por medio de la lucha hemos logrado traer a nuestro pueblo hasta este día y este momento aun en medio de una situación de opresión. Hemos llegado aquí por medio de la resistencia. Ahora todos aceptan que hay que dar una salida política y negociada al conflicto, y que esa salida política debe traer un cambio del marco político impuesto. La necesidad de construir un marco nuevo y democrático es una idea ya asumida.

 

Es más, aunque se mantienen las resistencias de los inmovilistas a reconocer los derechos de Euskal Herria, el debate entre los partidos políticos está situado en ese terreno. Eso es positivo, porque hemos logrado abrir ese escenario, el escenario del cambio político, y el debate sobre el marco jurídico-político que necesita Euskal Herria.

 

Habiendo llegado a esa situación, los sectores populares no van a aceptar ningún proceso que mantenga los mismos límites de la Constitución rechazada en 1978. Eso supondría perpetrar un fraude a 30 años de lucha y cerrar las puertas al futuro de Euskal Herria. El proceso debe retirar esos límites políticos y plasmar el cambio político. Debe servir para pasar de una situación antidemocrática a otra democrática.

 

Ahora viven un conflicto de Estado. Y tendrán que enfrentarse a ello. Deberán realizar la transición que no han hecho en todos estos años.

 

El PSOE y el resto de partidos que se consideran a sí mismos progresistas tienen una responsabilidad especial en la democratización del Estado español, y no sólo responsabilidad, sino necesidad y obligación. Esa es la principal asignatura pendiente del Estado español. Y eso pasa por dar una salida política, democrática y negociada al conflicto que mantienen con Euskal Herria.

 

Está en manos del Gobierno español.

 

Pero muchos afirman que sí hay opciones... que las condiciones para solucionar el conflicto están dadas.

 

Perfecto, ¿y qué dicen acerca de los ataques permanentes que dirigen contra Euskal Herria y, en general, contra los ciudadanos? ¿Y sobre la salvaje actuación de la Policía Autonómica española en las manifestaciones? ¿Sobre las detenciones, torturas y demás? Nosotros nunca hemos ocultado nada. Hemos expresado claramente, tanto al conjunto de la sociedad vasca como al Gobierno español, dónde están las claves para solucionar el conflicto.

 

¿Puede alguien pensar que podemos dar pasos para resolver el conflicto manteniendo a una opción política en la ilegalidad? No, ¿verdad? Por supuesto que no. ¿Y con la vergonzosa actuación del PNV con ETA en alto el fuego durante un año? ¿Enviando a la Ertzaintza a la caza del ciudadano vasco como si fueran perros rabiosos? Este pueblo ni merece ni necesita una policía así. Será necesario abordar ese debate. Pedimos a los responsables de esa salvaje represión que asuman su propia responsabilidad. Esta no es la aportación que debe hacerse al proceso.

 

Y nos hablan sin mucha vergüenza de la irreversibilidad del proceso. ¡Incluso lo exigen! Para hacerlo irreversible hay que actuar con mucha responsabilidad, es preciso tomar decisiones políticas valientes y profundas.

 

¿Y no se están dando pasos, como la decisión del Gobierno español sobre Iñaki de Juana?

 

Lo que han hecho con Iñaki y, en general, lo que están haciendo con los presos políticos vascos puede resumirse en una palabra: chantaje. Como hemos dicho antes, el Gobierno español ha entendido mal el proceso. Su objetivo ha sido empujar a ETA a una negociación técnica y las cosas le han salido mal. Ha querido utilizar a los presos como moneda de cambio en la negociación con ETA. Así interpretamos las sentencias contra Iñaki, la creación de la doctrina Parot y tantas medidas de excepción.

 

Pero la lucha popular ha conseguido traer a Iñaki a Euskal Herria. Y la lucha de todos logrará cambiar su política hacia el Colectivo de Presos.

 

En cambio, por parte del Gobierno se ha tratado de un gesto que se han visto obligados a hacer ante una situación creada por ellos mismos. Un gesto que ha llegado tarde. E insistimos, un gesto que se han visto obligados a realizar. No debemos olvidar (aunque lo estén ocultando) que han condenado a Iñaki por escribir dos artículos de prensa, ¿y cómo? El ex ministro de Justicia español dijo bien claro que construirían pruebas para que Iñaki fuese condenado. Y sabemos bien que contra los luchadores vascos vale todo. Que se inventan pruebas en las comisarías o en la Audiencia Nacional española. Y así es. Esas medidas se enmarcan en una situación represiva de excepción impuesta al Colectivo. Así que, ¿dónde está el gesto? Ahora llaman gesto a la necesidad de hacer algo provocado por una decisión tomada con anterioridad.

 

¿Y qué opinan del nuevo ministro de Justicia español?

 

Nosotros no entramos a juzgar a una persona. Pero sí a juzgar las actuaciones propias de su responsabilidad. Y lo cierto es que las últimas declaraciones nos han dejado de piedra. El actual ministro parece cortado por el mismo patrón. Ya se verá. Pero insistir en la ilegalización de Batasuna, empecinarse en la persecución político-judicial contra la izquierda abertzale de cara a las elecciones no es un buen síntoma. Su actuación se sitúa en una estrategia de Estado y así interpretaremos todas sus iniciativas.

 

En Anoeta se destacaron dos carriles: uno que correspondía a partidos y agentes; y otro entre el Gobierno español y ETA. ¿ETA ha querido inmiscuirse en el «otro» carril? (algunos, como el PSOE o el PNV, han manifestado que ETA ha obstaculizado el acuerdo político).

 

Por supuesto que no. ETA no quiere entrar en responsabilidades que no le competen. El PSOE y el PNV utilizan como excusa esa acusación. Con la intención, a fin de cuentas, de eludir el debate sobre los contenidos políticos que deben clarificarse en el proceso. Es decir, para no responder a las claves políticas que nos llevarán a la solución. Pero lo propuesto en Anoeta es un esquema negociador que el pueblo ha asumido ya como propio, ese debate está ya superado.

 

Cuando se acusa a ETA de inmiscuirse, deberíamos acudir a la memoria histórica. No debemos olvidar que el actual marco político es resultado de un proceso de transición impuesto a Euskal Herria. ¿Y cómo? Con la implicación del Ejército español, y con la complaciente aceptación y apoyo de quienes formaron el bloque de la reforma.

 

Mantienen ese marco antidemocrático impuesto por la fuerza con el tutelaje de la Guardia Civil y de la legalidad española. La opresión política, la económica, la cultural y la militar de Euskal Herria persisten. ¡Eso es el `tutelaje'!

 

¿Y cómo llevar al PSOE a asumir ese contenido político? En apariencia, el PSOE prefiere hablar sólo de proceso de paz (primero la paz y luego ya veremos, o algo parecido).

 

Hasta ahora, el PSOE y el PNV han eludido ese debate, y para ello han utilizado todos sus medios. Han usado sus instrumentos represivos para debilitar la posición de la izquierda abertzale de cara al acuerdo político, han obstaculizado la negociación política y han estado ofreciendo salidas falsas a la izquierda abertzale.

 

Es esa visión y esa actuación la que ha llevado al proceso a la situación actual de bloqueo, porque están desvirtuando el sentido del proceso escondiendo el contenido político. Ese es el punto de vista que hay que superar, porque hemos visto que esa dinámica no hace sino alimentar el enfrentamiento. Y abordar ese contenido político debe permitir abrir una nueva dinámica, hacer posible un proceso de resolución del conflicto. Por ejemplo, sería significativo preguntarnos dónde están los socialistas vascos.

 

Se han referido al PNV. ¿Cómo valoran las reacciones suscitadas en el seno de este partido por la alusión en el último comunicado al «PNV de Imaz»?

 

Nosotros vemos que el PNV comparte la estrategia del Gobierno español. Imaz o Urkullu a veces han asumido la función de portavoces de los mensajes de La Moncloa, haciendo labor de vanguardia cuando ha sido necesario. Pero también somos conscientes de que dentro del PNV hay actitudes diferentes. Están quedando de manifiesto y eso es bueno para Euskal Herria.

 

Por eso decimos que el PNV de Imaz, también de cara a la negociación política, ha actuado con la misma estrategia de intentar realizar un nuevo fraude a Euskal Herria. Otro tanto en cuanto a la estrategia represiva, el PNV ha puesto a la Policía Autonómica española al servicio de la estrategia marcada por el Gobierno español. El PSOE y el PNV, cada uno según su función, han actuado con idéntica estrategia y posición política a lo largo del proceso. En los despachos de Ferraz y Sabin Etxea escriben una única estrategia, Rubalcaba en un lado e Imaz en el otro.

 

Tras esa unidad hay intereses muy grandes, los intereses económicos del PSOE y del PNV, proyectos económicos gigantescos que unen a ambos. Basta con ver cómo llegan a acuerdos en proyectos como el del TAV, impuesto y destructivo, o cómo se dan apoyo mutuamente en los presupuestos de Vascongadas y del Estado español. Entre medio hay mucha corrupción, lo conocemos bien. Detrás están sus coincidencias en torno al modelo de Estado español.

 

Es ciertamente vergonzosa, por otra parte, la polémica abierta en el seno del PNV en la disputa por las Juntas Generales. Pero la cuestión no radica ahí. ¿Quién no se ha preguntado cómo es posible tener tanto dinero y bienes? ¿De dónde? ¿Cómo? Muchas preguntas y pocas respuestas. Huele a podrido en el PNV. Han recogido los frutos de muchos años de gestión, sobre todo para llenarse los bolsillos. Siguen realizando una política repleta de corrupción, dando la espalda a las necesidades de Euskal Herria y a los intereses de los ciudadanos, sin desarrollar ninguna política po- pular.

 

Sobre el acuerdo político y la propuesta de la izquierda abertzale

¿Pero tendrá algo que decir ETA sobre el acuerdo político que se quiere alcanzar?

 

No, si ese diálogo político se da en condiciones democráticas. No, si no se ponen límites a ninguna opción política. No, si se dan las condiciones para que todos los ciudadanos podamos desarrollar en igualdad de condiciones la defensa y lucha de nuestro proyecto político. Pero hoy no ocurre así.

 

Lo que nosotros vemos es que para participar en esos diálogos políticos se ponen límites a Batasuna, que se niega a la izquierda abertzale el poder participar en igualdad de oportunidades en las negociaciones políticas. La mantienen en situación de ilegalización, a lo largo del proceso han sido permanentes los ataques contra su actividad, acabamos de ver el espionaje político contra su equipo negociador. ¿Qué condiciones son ésas para llevar a cabo una negociación política?

 

Es el PSOE quien sustenta esa situación y el PNV quien la acepta. El PSOE y el PNV ponen condiciones al diálogo por una parte (pidiendo condenas y otras cosas), y complementan esas peticiones con los ataques de la ilegalización.

 

Decimos claramente que el marco jurídico-político futuro de Euskal Herria debe ser acordado entre los agentes sociales, políticos, sindicales. Para ello creemos que debe construirse un acuerdo político. Les animamos a que lo hagan. No entendemos por qué, tras tantos meses, aún no han alcanzado ese acuerdo político. Precisamente cuando es ése uno de los factores principales que puede desbloquear el proceso. Y lo decimos con toda claridad: el pro- ceso está bloqueado, sobre todo porque entre los partidos no han alcanzado un acuerdo político, porque el PSOE y el PNV ponen obstáculos a ese acuerdo.

 

¿Cómo valoran la propuesta presentada por la Comisión Negociadora de la Izquierda Abertzale? ¿Puede esa propuesta desatar los actuales nudos? ¿Tiene recorrido, en su opinión?

 

Sí, sería un paso hacia el desbloqueo. La entendemos como una propuesta para la negociación política y para el acuerdo político que debe posibilitar la resolución del conflicto. No es el proyecto que nosotros queremos para Euskal Herria, pero sí una propuesta para superar el conflicto. Desde ese punto de vista, creemos que es positiva: es un mínimo, pero abre el debate sobre el contenido que necesita ese acuerdo político.

 

Consideramos que la propuesta realizada por Batasuna aporta concreción, y pensamos que el resto de agentes debería realizar un esfuerzo similar, para que, a través de la negociación, sea posible ese acuerdo político.

 

Batasuna ha ofrecido una alternativa al conjunto de Euskal Herria, al pueblo. Al Estado francés reclamándole claramente una autonomía, y al Estado español pidiéndole que ponga los medios para superar la partición entre Nafarroa y Vascongadas y construir un marco único. Este es, en nuestra opinión, un elemento importante para superar el conflicto. Por eso vemos con buenos ojos la propuesta.

 

Pero Batasuna está denunciando permanentemente que ni el PSOE ni el PNV han respondido a la propuesta ni han marcado su posición...

 

Esa es la realidad. Ya hemos dicho que el bloqueo persiste porque el PSOE y el PNV mantienen una actitud de rechazo ante la posibilidad de lograr el acuerdo político. Mantener una actitud de rechazo ante el acuerdo político, al final, es responder con la negación al cambio político que necesita Euskal Herria y a la necesidad de crear un marco democrático. Y un proceso de resolución del conflicto no puede construirse desde la negación.

 

Sobre la actitud del estado francés y la propuesta de autonomía

En relación al proceso, ¿qué es exactamente lo que se le pide al Gobierno francés?

 

Euskal Herria, sin ningún reconocimiento político, sin instrumentos y poder institucional y permanentemente atacado, está condenada hoy a una muerte lenta. Ante esa situación, entendemos que la reivindicación de un marco autonómico para Euskal Herria, para garantizar su supervivencia en las bases que nos convierten en pueblo, es la reivindicación de un marco básico, para contar con los instrumentos de gobierno necesarios para poder vivir. Esto es lo que el pueblo pide al Estado francés.

 

Pedimos el reconocimiento y respeto de Euskal Herria. Solicitamos que acaben los violentos ataques contra nuestro pueblo. Pedimos que abandonen la colonización de nuestro pueblo.

 

¿Y cómo conseguiremos todo eso? Aglutinando a los sectores favorables a Euskal Herria alrededor de esa petición, activando la movilización y la lucha. Así lograremos arrastrar al Estado francés a que respete los derechos de Euskal Herria.

 

La propuesta que se ha socializado debe servir para abrir un nuevo ciclo. Esta lectura marca la apertura de una nueva fase en el camino hacia el reconocimiento de los derechos de Euskal Herria. Nosotros lo entendemos como una fase de lucha, una fase de lucha para proclamar las revindicaciones de los ciudadanos vascos ante el Estado francés.

 

Pero esa propuesta de autonomía no es nueva.

 

No, no lo es. Parece que hoy ha surgido la necesidad de poner sobre la mesa esa alternativa. Consideramos que, partiendo de la situación de los siete territorios de Euskal Herria, se presenta una propuesta para el conjunto del país. Eso es, a nuestro entender, lo que la izquierda abertzale acaba de presentar a la sociedad. Y, con toda humildad, decimos que nos hemos alegrado mucho. Porque las ganas y la necesidad de vivir de este pueblo también se demuestra en estas propuestas.

 

Es una reivindicación histórica en Euskal Herria. Lo más importante es hacer ver a la quinta potencia mundial que Euskal Herria debe vivir. Superando antiguas polémicas, se ha presentado a los ciudadanos de tres territorios de Euskal Herria una alternativa que permitirá el desarrollo de Lapurdi, Nafarroa Behera y Zuberoa. Eso es realmente lo importante. Y emplazar al Estado francés y conseguirlo es un trabajo arduo, es preciso luchar y tendremos que conseguirlo entre todos.

 

Pero, ¿por qué ahora? Hace bastantes años también IK presentó una propuesta a favor de la autonomía. Sin embargo, entonces no hubo acuerdo entre los abertzales y esa reivindicación no tuvo éxito.

 

Como ya hemos dicho, esa propuesta nos parece adecuada. En estos años se ha avanzado mucho, pero la negación que sufren los siete territorios vascos, Euskal Herria a fin de cuentas, sigue siendo una realidad. Bajo dos estados, y dos realidades. Pero aun siendo esto así, la izquierda abertzale ha sabido formular una única propuesta para toda Euskal Herria, que parte de dos realidades, que ofrece respuestas concretas, pero que tiene un solo objetivo en el tiempo y en los logros. Eso es lo que ha cambiado en estos años, en nuestra opinión.

 

No tenemos la menor duda de que todos los sectores abertzales y de izquierda de Ipar Euskal Herria impulsarán hoy esa reivindicación. Porque estamos seguros de que es un cambio de estatus que beneficiará a todo el país.

 

¿Ven posible que el Estado francés cambie su actitud hacia Euskal Herria?

 

Sin ninguna duda. Cada vez que los gobernantes franceses dicen que el «conflicto vasco» no existe en nuestro territorio manifiestan su desprecio hacia Euskal Herria. Y eso duele. Pero esos sinsentidos ya no engañan a la sociedad vasca, y tampoco al pueblo francés.

 

Pero vamos más allá. La sociedad vasca ya ha superado ese debate. Al Estado francés se le plantea una alternativa. Y eso es imparable. La determinación de la necesidad de un espacio de decisión y gestión o de marco autonómico que aglutine a los tres territorios es clara. ¡Euskal Herria avanza, avanzamos todos!

 

Creemos firmemente que, con la lucha de todos, sentirán la necesidad del cambio. Tenemos claro que el Estado francés no podrá seguir negando durante mucho tiempo la existencia de un conflicto, que tendrá que cambiar también su cerrazón hacia el reconocimiento de Euskal Herria, porque la reclamación de un marco político propio es cada vez más compartida en la sociedad vasca. Los gobernantes franceses no podrán eludir esa reivindicación.

 

La ley de partidos y la presentación de abertzale sozialisten batasuna

La Ley de Partidos, la cuestión de la ilegalización, sigue sin ser resuelta.

 

¿Ilegalización? No nos sentimos ilegales, aunque una legalidad extranjera que no aceptamos nos quiera hacer creer eso. No puede negarse, en todo caso, que la ilegalización reforzada por el poder español ha dificultado y endurecido la vida de muchas personas, al tiempo que refleja aún más claramente el rostro de la situación antidemocrática que vivimos.

 

Por otra parte, la ilegalización de amplios sectores muestra también el fracaso de los estados. Han intentado muchas veces asimilar y diluir en su legalidad el ansia de libertad de Euskal Herria. Los vascos no tenemos que buscar sitio en la legalidad española. A ellos les toca decidir cómo quieren tener a la sociedad vasca; si en un marco que camina hacia la recuperación total de todos sus derechos o en lucha para subsistir, es decir, en un enfrentamiento totalmente violento con las realidades española y francesa.

 

Así que la cuestión tiene una salida obvia. Hagamos camino desde la realidad actual, tendrán que dar pasos para democratizar la situación. Uno de esos pasos sería derogar la Ley de Partidos.

La principal noticia de estos últimos días ha sido la presentación de Abertzale Sozialisten Batasuna. ¿Cómo interpretan ese paso y la situación creada por el mismo?

 

Por encima de los obstáculos que surgen en el camino, la izquierda abertzale muestra que es capaz de dar pasos concretos y que actúa con la valentía, fuerza y responsabilidad acordes a lo que exige esta situación.

 

La izquierda abertzale ha presentado en estos últimos meses una propuesta política para un acuerdo político que debe llevarnos a la superación del conflicto. Ahora, dando nuevos pasos, ha presentado un nuevo partido político. Ante esos pasos de la izquierda abertzale,, el Gobierno español responde con el rechazo y la negación, el PSOE y el PNV responden poniendo nuevas condiciones. Estos últimos días hemos visto cómo los portavoces del PSOE, o gente como Urkullu, dirigen nuevas peticiones a la izquierda abertzale. ¿Qué pasos darán ellos?

 

Al mismo tiempo, la presentación de ese partido refleja la fortaleza, vivacidad y frescura del proyecto político que defiende la izquierda abertzale.

 

¿Y si finalmente es ilegalizado y se impide a la izquierda abertzale participar en los comicios?

 

Si sucediera así, significaría que, una vez más, estamos ante una situación antidemocrática y que el Gobierno español hace oídos sordos a la firme reclamación que le hacen todos los agentes, excepto la derecha fascista, de derogar la Ley de Partidos.

 

Si el Gobierno español lleva a término el ataque contra el paso de la izquierda abertzale, si manifiesta de ese modo su falta de voluntad para resolver el conflicto, ETA lo tomaría muy en cuenta.

 

Euskadi Ta Askatasuna no puede imaginarse unas elecciones sin la izquierda abertzale. Celebrar unas elecciones no democráticas supondría apostar por alargar el conflicto. Esperamos que no se dé ese escenario. Porque, en una palabra, eso expresaría el fracaso del proceso, sería una decisión del Gobierno español contra el proceso.

 

¿Qué legitimidad tendrían esas elecciones? ¿Y cuál sería la responsabilidad del resto de partidos políticos? Porque es fácil hablar en contra de la Ley de Partidos pero aprovecharse de esa situación. Creemos que están haciendo justamente eso. Ese es el juego del PNV. Por no entrar al fondo del conflicto y por lograr unos pocos votos, está pidiendo que Batasuna no esté en las elecciones, de la mano de Azkuna y de sus acólito. Pero, ¿por qué? Simplemente, para poder seguir tranquilamente con su gestión-corrupción.

 

Reflexiones y polémicas suscitadas en torno a la lucha armada

En el Gudari Eguna de 2006 manifestaron lo siguiente: «Renovamos nuestro compromiso a luchar, con las armas en la mano, hasta lograr la independencia de Euskal Herria y el socialismo». La polémica suscitada por esas palabras fue enorme.

 

Si, en Euskal Herria la polémica salta con facilidad, cuando las cosas se dicen tal y como son.

 

Para empezar, quisimos ofrecer nuestro homenaje más sentido a todos los gudaris, y quisimos decir bien alto que lo- graremos un pueblo libre siguiendo su modélico ejemplo. Pero también quisimos proclamar otra cosa importante. Que la lucha es cosa de todos los días. Pretendimos decir que, se haga en el pasado o en el presente, la lucha es futuro. Porque estamos construyendo el futuro con la lucha.

 

Y eso es lo que manifestamos, que ETA seguirá luchando hasta conseguir sus objetivos fundacionales. No queremos abrir ningún debate. Hoy, y en las condiciones que vive nuestro pueblo, pensamos que siguen vigentes las razones para utilizar la lucha armada y mientras sea así seguiremos en ello. Una cosa es ofrecer un cese de las acciones, ya que entendemos esto también como un instrumento de nuestra lucha, porque entendemos que el enemigo o la otra parte también entra en una situación de «alto el fuego» o de distensión. Pero otra cosa bien distinta es reflexionar que practicar la lucha armada no es necesario. Esa situación la vemos lejana en las actuales condiciones. Eso podrá llegar cuando veamos que en Euskal Herria hay suficientes condiciones democráticas y suficientes garantías para mantener esa situación.

 

Entonces ETA se lo manifestaría abiertamente a Euskal Herria. Lamentablemente, es obvio que en Euskal Herria no vivimos esa situación, ya que la partición, la persecución cultural y la represión que padece nuestro pueblo es enorme.

 

Ultimamente se ha mencionado que en la izquierda abertzale han surgido contradicciones en torno a la lucha armada. ¿Cómo incide esa situación en la reflexión de ETA?

 

Esa situación no es nueva, en la izquierda abertzale sí hay personas que no están de acuerdo con la utilización del instrumento de la lucha armada, y eso, además de ser respetable, es enriquecedor. Porque no es, de ningún modo, la legitimidad de la lucha armada la que crea contradicciones. Tampoco se pone en duda que, para lograr nuestros objetivos, la lucha armada sea un instrumento político. Por ello, si hay adhesión con la línea general y consenso con los objetivos políticos, no vemos problema en que la izquierda abertzale trate internamente esos temas, es decir, en valorar y reflexionar sobre las acciones políticas llevadas a cabo por medio de la lucha armada, en hablar sobre las consecuencias que genera ese instrumento político.

 

¿Y qué responden a quienes dicen que ETA debe desaparecer o a quienes afirman que la lucha armada no tiene hoy sentido?

 

Si miramos a la historia reciente de este pueblo y a sus ansias de vivir, vemos que tras la petición de que ETA desaparezca se esconde un gran sinsentido. En Euskal Herria ha habido otras organizaciones que han practicado la lucha armada, e incluso si ETA desapareciera no desaparecerían las razones para lucha armada mientras persista la situación de opresión contra nuestro pueblo, y siempre habrá ciudadanos organizados dispuestos a tomar las armas, para garantizar la supervivencia de Euskal Herria, porque entienden que no hay otra opción para tener un país libre.

 

 

Gara, 8 de abril de 2007

8 de abril de 2007

 

LA TERCERA VIA DEL NACIONALISMO DEMOCRATICO VASCO

LA TERCERA VIA DEL NACIONALISMO DEMOCRATICO VASCO En el complejo y complicado laberinto vasco, a nadie escapa que el nacionalismo democrático se halla dividido en dos corrientes: La autodenominada corriente soberanista y la autodenominada corriente pragmática. A través de este escrito se pretende expresar únicamente la afirmación de una convicción, la existencia de una tercera vía, y la de una visión, la del lugar a donde conduce ese camino, la salida En el laberinto vasco unos y otros actúan de la siguiente manera:

Los soberanistas buscan la luz de la independencia que dicen defender pero su planteamiento es tan primario y su fe es tan inmaduro que entienden que todo lo que necesitan es mirar al cielo y caminar. Estos no son conscientes de que la línea recta no es siempre posible en el mundo real a diferencia de lo que ocurre en el mundo de las ideas, y así las cosas, mirando al cielo, a la vuelta de cualquier esquina, se dan de bruces con una de tantas paredes del laberinto No quieren aprender que en el nacionalismo real todos son muros que se tiene que franquear con hábiles quiebros donde para caminar se hace necesario mirar constantemente al frente y al suelo y nunca al cielo. Eso sí, éstos en su fracaso encuentran siempre la perfecta excusa para sentirse eternamente víctimas de dichos muros y maldecidos por el destino. Nunca tendrán que apelar a la autocrítica y nunca jamás se reprocharán nada.

Por el contrario los pragmáticos tienen una mayor conciencia de la complejidad de la realidad. Ellos miran al suelo y no al cielo. La luz reflejada por el suelo constituye una referencia mucho más débil, pero en cambio constituye una referencia mucho más segura. Mirando al suelo es como se encuentra uno con los muros que tiene que sortear, por lo que es posible anticipar el quiebro que evite el accidente. Así es como avanzan. El problema es que caminan y caminan y hacen kilómetros, pero siguen sin salir del laberinto haciendo círculos que les obligan a pasar muchas veces por el mismo sitio resultando que su avance es en realidad ficticio e ilusorio. Al final una enorme sensación de cansancio, hastío y frustración se apodera de ellos, su ánimo decae, y acaban por dispersarse cada uno a su suerte.

Existe por el contrario una tercera vía donde son conscientes que la salida la marca la luz de la independencia pero que sabe que a dicha salida se llega a través del suelo tras caminar acertadamente durante muchos metros y tras realizar múltiples de quiebros ante los citados muros. Estos creen en la estrategia. Se unen y se coordinan. Unos aúpan a otros desde abajo hacia arriba para que algunos de ellos llegue a lo alto de dichos muros conscientes que desde allí es posible divisar la planta del laberinto y tomar una visión de conjunto sobre la cual es posible hallar la salida. Dibujan la planta del laberinto y trazan el plan de salida. Luego bajan y siguiendo dicho plan caminan. Nadie desprecia a nadie, porque no es despreciable la incredulidad de quien no ha estado arriba para verlo, y porque a su vez, quien ha visto tiene que ser conciente que lo ha hecho gracias a quien desde abajo le ha apoyado para que suba. Estos juntos todos al cabo del tiempo encontrarán la salida al laberinto.

Introducción: Concepción nacionalista y dinámica en el nacionalismo democrático vasco.-

Desde los inicios dos son los vectores que han impulsado el nacionalismo vasco, el vector de la territorialidad y el vector de la soberanía. El objetivo es la superación del simple espacio cultural que constituía y constituye Euskal Herria mediante consecución de una Euskal Herria territorialmente unificada y políticamente independiente. La evolución de los hechos ha llevado a la existencia de diversas posturas que se enfrentan hoy. Repasaremos lo que cada uno de ellas ofrece:

Los soberanistas practican un nacionalismo reivindicativo de conquistas que jamás obtienen y además son esencialistas y excluyentes, no sólo respecto a los que no se consideran nacionalistas vascos, sino que lo son también respecto a quienes se consideran nacionalistas vascos, ya que sólo son nacionalistas los que comparten su forma de entender el soberanismo. Los soberanistas practican un soberanismo intangible, pues no quieren entrar a definir concretamente ni el objeto ni los sujetos sobre el que reside la soberanía. Deprecian el territorio. Para ellos territorio es mero paisaje. Con ello ocultan su perdida de fe en Euskal Herria, su estrecha visión de lo vasco que sólo abarca a Bizkaia y Gipuzkoa. Aspiran a ser los vascongados emancipados costeros lo cual por si denota su minoría de edad y su superficialidad vasca. Los que se dicen soberanistas aspiran a un estado que será el que luego haga la nación. Y como ellos no consiguen ese estado, todo lo que consiguen es posponer cada más la construcción de la nación vasca que con ellos está en peligro. Viven de dogmas de los que luego no se pueden servir. Son mesianistas. Practican la adoración al líder carismático y el seguidismo intelectual a sus lemas. Nunca piensa por si mismos. Prescinden de la historia. Carecen de ideología. No tienen estrategia ni creen en ella. Y cuanto tienen es un concepto futbolero de la política de simple amor a unos colores. Los soberanistas dicen que son independentistas, pero su verdadero problema es que realmente no quieren la independencia sólo quieren seguir siendo independentistas. Su soberanismo es un soberanismo inmovilista por maximalista que no acepta el límite de las posibilidades de cada momento.

Los pragmáticos basan su nacionalismo en la gestión de las instituciones nacionales vascas y para ellos es nacionalista todo aquel que respeta el carácter nacional de dichas instituciones y aboga por un mayor autogobierno de las mismas mediante la obtención progresiva de competencias. Es un nacionalismo gestor y conservador. La corriente meramente pragmática centra su quehacer en el marco político institucional público administrativo. Acepta con resignación la circunscripción del nacionalismo vasco a la Comunidad Autónoma Vasca y lo que sea será. Practican un autonomismo abdicante. Es cortoplacista. Sus estrategias, muchas veces, van dirigidas exclusivamente al mantenimiento de poder. No quieran hablar de más democracia interna. La poltronafilia de algunos alcanza a veces niveles que raya la perversión política. Esta corriente ejerce un pragmatismo circular cuya proyección no va más allá de un simple factualismo por lo que siempre anda a vueltas con lo que hay.

Unos y otros se habrá de hacer la siguiente pregunta ¿Qué es lo que han conseguido desde ambas corrientes las últimas dos décadas?

Si dos son los vectores que han impulsado el nacionalismo vasco, el vector de la territorialidad y el vector de la soberanía, hay que ser conscientes del siguiente problema: La fuerza de dichos vectores si se aplican ambas a la vez se repelen. La reacción que se produce es física no química. Por ello, alternándolas en el tiempo nos encontramos con que el orden de factores sí altera el producto. A mayor pretensión de soberanía menor territorio, a más territorio menor soberanía.

La tercera vía es la de los territorialistas. La del nacionalismo de estrategia, posibilista y utilitarista. Pero es también la del nacionalismo de hondura. La de los que creen y sienten profundamente en Euskal Herria. Primero hay que centrarse en el territorio con posposición de las pretensiones de soberanía. Hay que saber dar con la estrategia correcta de su articulación que permita una progresiva cohesión territorial que conduzca a la consecución unificación de los territorios vascos como mejor forma de asegurar la preservación de lo vasco. Posteriormente, una vez asentado el territorio es cuando se podrá dar cauce a las pretensiones soberanistas, entre otras cosas porque la simple territorialidad reportará más adeptos entre los escépticos a creer en proyectos que no se ven. Sólo desde una territorialidad pacífica y crítica será posible alcanzar algún día a largo plazo la soberanía. Se ha de rehuir de toda enemistad con los estados de los que se forma parte, pues es vano y estúpido. Estamos obligados a ser inteligentes. Tenemos que integrar lo mejor de los estados en los que está dividido Euskal Herria, España y Francia, que son dos grandes países a pesar de sus defectos, y hacer con lo nuestro una mezcla propia y original que nos distinga y nos potencie aún más. El antiespañolismo o el desdén de todo lo francés no son el camino de nada. Tampoco es el camino su ignorancia o prescindibilidad. La garbizalekeria, sólo nos ha hecho más pobres y más débiles. Si nuestra máxima preocupación tiene que ser la extensión del conocimiento y el empleo del Euskera, no está de más que nuestra preocupación se amplíe a que el conocimiento del español se extienda al norte de Euskal Herria y de que el conocimiento del Francés vuelva a extenderse en el sur de Euskal Herria, esta vez no como una lengua extrajera, sino como la tercera lengua nacional vasca. Los más beneficiados seremos los propios vascos que nos conoceremos mucho más los unos a otros. Nuestro carácter transestatal es el salvoconducto de nuestra identidad nacional y la vacuna frente a la pretensión de asimilación regional.. Tenemos que ganarnos la confianza de nuestros respectivos estados y de sus gentes. Lo contrario es un suicidio a corto plazo, la muerte sin vuelta de hoja..

La tercera vía descansa su identidad nacionalista en la afirmación de lo vasco en toda su diversidad, es una identidad positiva, no es una identidad por negación de nada. La fuerza del nacionalismo dependerá de su capacidad de sumar entre los vascos de una y otra índole y no en restar. Nadie tiene que renegar de su parte de sentimiento francés o español si sobre todo lo que se siente es vasco, y como vasco lo que quiere es la preservación de esta cultura por lo cual apuesta decididamente por una nación vasca dueña de su destino. Nacionalismo vasco es aquel movimiento político quien está por la labor de impulsar la construcción de la nación vasca. El verdadero reto del nacionalismo vasco no pasa por vencer a los no nacionalistas vascos de hoy, sino en convencerlos para que se sumen a compartir los valores de lo vasco y el proyecto político que sirva para su mejor preservación.

El modelo territorial en que se debe inspirar los vascos no es de la hermandad de las siete provincias sino el de un matriarcado en donde la madre patria de todo es Navarra, y son sus hijas las que le fueron arrancadas de su seno y la abandonaron, las que ahora deben de volver a la misma y reintegrarse progresivamente de nuevo en su casa. La superación de Euskal Herria como simple espacio cultural será posible sólo desde la reconstitución de la territorialidad y soberanía Navarra. Navarra ha sido la máxima expresión política alcanzada nunca por los vascos. Bajo Navarra con Lizarraga en la época de Juana de Albret la hija de Margarita de Navarra, es cuando más se llegó a desarrollar e innovar el euskera, es la época en que como país y estado-nación más se ha sabido estar culturalmente a la vanguardia de toda Europa. Navarra es la clave de todo y para todo, la piedra angular entre los dos herrialdes, el eje que todo lo puede mover. Los que se mueven por aquí a diferencia de los soberanistas vascongados son mayores de edad, no tratan de emanciparse, sino que tratan de que se les devuelva la capacidad de obrar que se les arrebató. No podemos acudir y dar charlas en las que hablamos del Cromagnon, de los orígenes remotos del euskera y pasar a hablar directamente de las Guerras Carlistas olvidando todos los siglos de implicación y vida de los Euskaldunes en el Reyno de Navarra, todo por el error de Sabino de no nacer navarro en lugar de vizcaíno.

La tercera vía es la del nacionalismo tangible y constructivo. Se ha de comenzar por dar un impulso a la consecución de la independencia material como paso previo al desarrollo cualquier ambición de independencia formal o jurídica. Se ha de pintar el lienzo antes de andar discutiendo sobre el marco. El nacionalismo no puede limitarse a la gestión nacional de sus instituciones. La tercera vía centra la construcción nacional de Euskal Herria en la necesidad de valerse de todo el sector privado vasco para fortalecer la presencia de lo vasco en todas las tierras vascas a través de lo que constituye el entramado económico financiero industrial y distributivo vasco. Quienes se sitúan en la tercera vía son concientes que la consecución de la nación consciente de que la misma no dependen tanto del marco institucional como de la suma de voluntades privadas. Ni la gestación de la las Ikastolas ni su masiva implantación necesito de la Consejería de Educación. Otro tanto del grupo Mondragón que no se debe a la consejería de industria. Lo mismo puede decirse de la nueva cocina vasca, donde tan bien han funcionado las mezclaz, que tampoco ha necesitado de ninguna Consejería de Alimentación y Consumo. Son ellos los exponentes de nuestra mejor ideosincrasia y la mayor arma para la conservación de la conciencia del ser vasco.

Si al País Vasco Francés, Iparralde, no ha le ha sido reconocido aún su estatus de departamento, y aún y todo, si alguien que viniera de Francia cruzara el Adour y viera que lo que la otro lado de ese soberbio río era un Carrefour ahora es un EROSKI, que la Gasolinera en donde ahora reposta la tienda es de GUREGAS y no de Total-Elf, que las cabinas telefónicas son de EUSKALTEL que el cajero automático no pone Credit Lyonais sino EUSKALKUTXA; si viera el transporte ferroviario interurbano que le lleva hasta el aeropuerto de Biarritz es de EUSKOTREN y que en todos los polígonos industriales por los que pasa están llenos de plantas con las siglas MCC. ¿Pensaría éste francés que el país vasco francés es un espacio de ámbito folklórico? ¿Qué pensaría un vasco francés si esto hiciéramos por ellos sus hermanos los vascos del sur? Pensarían sencillamente que le deben mucho más al hecho de ser vascos que al hecho de ser franceses. El Gobierno Vasco ejerce ilegítimamente de representante de lo vasco de toda tierra vasca y sin embargo no ha actuado legítimamente mediante sociedades como garante de lo vasco en toda tierra vasca.

¿Qué pensarían los vascos fraceses si en las citadas empresas se valorará como mérito el saber euskera? Pensaría que el euskera ya no es una cuestión folklórica sino una cuestión práctica y bien que cuidaría que los hijos lo estudiasen. La cuestión es que no hemos hecho nada para que esto se vea al cruzar el Adour. Por no tener no tenemos ni una caja vasca unificada, una EUSKALKUTXA, y es ahora casualmente que se plantea dicha unificación cuando el nacionalismo no gobierna ya en la Diputación de Alava.

La pregunta que tenemos que hacernos es la siguiente ¿Cuántas oportunidades y tiempo hemos perdido?

La tercera vía apuesta por un pragmatismo lineal con todas las curvas necesarias, pero un pragmatismo lineal tendente a la consecución de la cohesión territorial vasca y de su independencia material que luego en todo caso será la que conduzca a la soberanía plena formal y jurídica. Se trata de un pragmatismo lineal transversal que busca en esta empresa que es la construcción nacional vasca la implicación no sólo de las instituciones sino de los agentes privados, no sólo de los dirigentes del partido sino sobre todo de las bases del partido. Un partido como el PNV, cuenta con nada menos que 32.000 afiliados debiéramos de ver en ellos 32.000 empresarios cooperativistas de esta empresa que es la construcción nacional vasca. A cada uno de estos afiliados se le debería permitir desarrollar todo su potencial y no ser reducidos por el partido a meras comparsas a las que se les requiere para que acudan a las elecciones a vigilar la elección de los candidatos del partido que ya por ello se erigen en casta que nunca da por agotado su ciclo aunque nos tengan agotados de ser siempre los mismos caras que piensan que 20 años en política no son nada. La verticalidad está bien en una organización, pero no debe ser unidireccional de arriba abajo como es ahora, tiene que ser posible la verticalidad de entendida de abajo a arriba a la hora de opinar y plantear propuestas, alternativas y elaborar ponencias. No puede ser que desaparecida la sana costumbre de la tortilla de patata se nos alimento con platos precocinados en las altas instancias que llegan a la militancia ya caducados. Pero al margen de la verticalidad sobre todo se ha de trabajar en horizontalidad confeccionando una red de militantes activos en diferentes campos que puede dar unos enormes frutos. Se trata de rescatar un espíritu y unas formas de trabajo olvidadas que, lejos de lo que se piensa, siguen siendo hoy muy necesarios con los cambios que se van a suceder

Si toda la historia del nacionalismo se justifica por la búsqueda de la nacionalidad vasca. Al día de hoy, el nacionalismo vasco tiene que ser consciente de la necesidad de combinar la búsqueda de la nacionalidad con la búsqueda de la internacionalidad de Euskal Herria, Si se está de acuerdo con que el centro político de Euskal Herria es Navarra, Pamplona ha de ser su capital política indiscutible, el baluarte del legado histórico de los vascones, los vascos de ayer, y el lugar en donde debería tener su sede la totalidad de institutos y sociedades de estudios entorno a la cultura vasca. Si Bizkaia ha sido y es la vanguardia de Euskal Herria en los últimos dos siglos por su desarrollo industrial y cultural, y por ser la cuna del nacionalismo vasco organizado y moderno, Bilbao y su Ría será la capital que se constituya en la futura Euskal Hiria, una realidad tangible y no una entelequia. Una gran urbe de más de 1 millón de habitantes, (hoy el Bilbao Metropolitano tiene 872.000) en donde la margen izquierda y la margen derecha se abrazarán en una Ría liberada que será unida por multitud de puentes que dejarán atrás dichos símbolos de separación de una pasado que se quiere superar. Esta ciudad pasará a ser con su expansión y proyección una ciudad tan vasca como del resto del mundo, sumándose a ese constelación de ciudades del mundo libre en la que cualquiera puede sentirse ciudadano con sólo vivir en ellas. Bilbao y su Ría, será sin duda la capital referencia de un ámbito muy superior al de su pueblo, y me refiero al ámbito marítimo al que hemos sabido dar nombre, el Golfo de Bizkaia, pues podrá moverse el centro de Euskal Herria, nunca nadie podrá mover la Ría.

Es absolutamente imprescindible para la proyección vasca en el exterior, que nos dotemos de una gran urbe abierta al mundo, una metrópoli vasca que supere el millón de habitantes, y que a esa urbe, el Bilbao metropolitano, la situemos como la capital de referencia del Golfo de Bizkaia, un ámbito muy superior al de Euskal Herria pero en cuyo centro tanto histórico como geográfico estamos indiscutiblemente los vascos. No es de recibo que los mismos que propugnan una Euskal Hiria con todo el territorio vasco como ciudad-región, -algo que hoy no se da ni de asomo- resulta que sean los mismos que se oponen a que una ciudad como el Bilbao Metropolitano se constituya como tal en un solo Municipio, cuando su crecimiento como ciudad ha desbordado con creces todos los límites de sus respectivo términos municipales que permanecen inalterables por una malogrado entendimiento de la autonomía municipal que se niega a aceptar que para una ciudad funcione como tal es necesario que lo que es ciudad esté comprendida dentro de su termino municipal. Cuando el ámbito de la ciudad supera al del término municipal, el municipio se torna disfuncional, y lejos de solucionar el problema hemos procedido en democracia a propiciar desanexiones como los de Erandio. La Ría es un corral muy pequeño para tanto Alcalde convertido en gallo receloso y habrá que reconvertirlos en amorosos perikitos (peri ta kitto) para limitarlos a hacer PERIs (lo que antes de la nueva Ley se llamaban Planes Especiales de Reforma Interior). Los entes locales menores que se preocupen del desarrollo y gestión del suelo urbano. La competencia respecto a la clasificación del suelo y el desarrollo del urbanizable que corresponda exclusivamente al gobierno del nuevo municipio. A la ciudad los que es de la ciudad. Y al territorio los que es del territorio. Un PTP (Plan Territorial Parcial) no es la solución, es sólo un apaño, éstos pasan de las amebas, que muchas veces sólo sirven para producir diarrea mental urbanística, a creerse con derecho a diseñar una plaza. Y ni calvos ni con dos pelucas. La cuestión además debe de plantearse desde otra perspectiva, ¿Qué es más democrático un PTP para un Bilbao Metropolitano aprobado por oscuros Departamentos de Ordenación de Territorio o un PGOU (Plan General de Ordenación Urbana) aprobado por un pleno cuyos concejales han sido directamente elegidos por los ciudadanos de la Ría? Bilbao Ría 2000 no es una estación de llegada es solo la primera estación de salida. Debemos de complementar esto con la creación de un sistema vasco de nuevas ciudades a bautizar jurídicamente,.que son fruto de la conurbación de las persistentes.

Dicho todo esto, tenemos que tener claro a estas alturas que no podemos seguir siendo los parias del occidente europeo. El pueblo más antiguo de Europa y seguramente el último en incorporarse algún día como estado a una Unión Europea que sólo entiende y se entiende con estados. (La experiencia así lo dice, digan lo que nos hayan dicho) La nación que inicia el proceso autonómico actual y por la cual, junto a Cataluña, la España constitucional diseña el estado de la autonomías, es la nación que ha visto como su estatuto sigue aún sin cumplirse en aspectos esenciales del mismo, cuando el resto de las autonomías artificiales e instrumentales creadas para disolvernos como un azucarillo en el café con leche para todos, no sólo colman sus respectivos estatutos, sino que los modifican, incorporando referencias a elementos nacionales, y a su carácter histórico. La nación que ve como otras con menor raigambre y entidad de elementos objetivos se incorporan a decenas dentro de la esfera internacional europea en las últimas décadas, es la nación que tiene que seguir soportando que traten de anacronismo nuestra legítima pretensión autodeterminista, y tenga que ser moderno la imposición de una ilegítima inquebrantable unidad de la patria contra pueblo. Lo cierto es que estados como Bélgica quebrarán. Y la Unión Europea tendrá que responder. Podemos estar seguros de que en la futura Europa de la libertades el tiempo es un viento que sopla a nuestro favor, todo es cuestión de saber aprovechar ese viento y elegir la vela adecuado y la dirección correcta, aunque no todos los abertzales naveguemos en las misma embarcación, pues una playa de ensueño nos aguarda en donde hay lugar para todos.

El estado nación tiene plena vigencia. Son los estados nacionales los únicos que están contribuyendo a la formación de estos entes supraestatales como la Unión Europea. Se da el fenómeno curioso de ver como son los nuevos estados nacionales los primeros en querer incorporarse a un organismo supraestatal como la Unión Europea. ¿Serán dichos organismos supraestatales estados sin nación los que vayan a superar la vieja idea del estado nación? No. Esos organismos supraestales como la Unión Europea se conforman sobre la base de una civilización para poder defenderse ante estados nacionales como China, Estado Unidos, India o el de un futurible Mundo Arabe Unido. El proceso secular que sigue a ello es un fenómeno de progresiva nacionalización de dicha civilización.

Lo que resulta original en la Unión Europea es que dicha adscripción por una vez es absolutamente libre, y para que el conjunto sea absolutamente libre todos sus miembros tiene que tener asegurada la libre adhesión de las comunidades naturales que integran sus respectivos territorios de tal forma que se permita a las mismas constituirse en un estado dentro de la unión europea, pues la fortaleza de la unión europea reside en la paz interna de sus respectivos estados. Una Europa de ciudadanos libres exige que la libertad, reconocida a sus ciudadanos en cuanto personas, alcance no sólo al ámbito individual de estás sino que incluya también su ámbito social en donde la persona se desenvuelve y se integra estructuradamente en el colectivos o colectivos a los que adscribe sus sentimientos de pertenencia por ser su núcleos de convivencia que le permite su desarrollo integro como persona.

En este contexto particular, nacional e internacional, uno tiene la visión de que el Nacionalismo Democrático Vasco propiciará los siguientes tres pasos a corto o medio plazo:

1º.- Búsqueda de identidad del nacionalismo democrático vasco: El nacionalismo democrático dentro de su ámbito particular interno tiene que recuperar su fuerza e identidad y su centralidad a los efectos de poder seguir liderando la nuestra sociedad. Resulta imprescindible no ya la colaboración, sino la unión entre los sectores más afines del PNV y de EA. En la medida en el que muchos militantes del PNV somos ya conscientes de la rémora que suponen las Diputaciones Forales en muchos aspectos, y que en ciertas elecciones la democracia interna del PNV tiene a veces la bruma de una nube, los de EA bien que pueden reconocer que su empresa no ha constituido ninguna panacea. No hay razón desde luego para que sigamos separados. En el PNV desde luego os necesitamos dentro con todo lo que nos viene. Este reencuentro no puede darse desde luego mediante una entrada por la puerta de atrás, ni mucho menos por un acuerdo entre ejecutivas para garantizar sólo unos puestos. Este reencuentro para que sea un rencuentro con alma tiene que escenificarse a lo grande y entre una militancia que en ese día se funda en un abrazo y que deje atrás las divisiones de un pasado que se quiere superar. Yo estoy ansiando ese día, muchos militantes también, pero sobre todo son los votantes quienes nos los están pidiendo hace mucho tiempo. Esto tiene que hacerse antes de las vacaciones de verano, y tiene que tener un escenario: El Velódromo de Anoeta en Donostia

2º.- Búsqueda de la nacionalidad del nacionalismo democrático vasco: El nacionalismo democrático en su construcción nacional tiene que reorientar su modelo nacional. Tiene que abandonar el modelo de la hermandad de las 7 provincias que eran 6, por el del matriarcado de la madre patria Navarra. Tiene que reconocer ante todo la significación cultural histórica y soberana de Navarra como patria secular de los euskaldunes y pedir disculpas a Navarra por haber no haber sabido apreciar todo esto en adecuada dimensión en todo un siglo de nacionalismo vasco. Su empresa tiene que pasar de la búsqueda de una patria que aspira a constituirse ex novo sobre un creacionismo aranista, a otra que aspira a reconstituirse mediante la restitución del su territorio y soberanía que ostentó durante siglos y que la coloca en una situación de partida mucho más ventajosa frente a todo. En esto no puede estar sólo en nacionalismo democrático vasco tradicional, sino que debe de estar también en nacionalismo vasco de izquierdas cuando se haga advenedizo a las reglas democráticas. Esto no tiene fecha, pero tiene prisa y tiene un escenario: El Teatro Gayarre, en Pamplona.

3º.- Búsqueda de la internacionalidad del nacionalismo democrático vasco: Tenemos que impulsar la creación de un espacio internacional dentro de nuestras fronteras que irradie esa internacionalidad más allá de nuestra fronteras y que nos sitúe a la cabeza del Golfo de Bizkaia. Tenemos que salir de nuestro etnicismo y darle a lo vasco una dimensión urbana internacional que supere a la incursión ya realizada en el ámbito de la ciudad provinciana situando lo vasco en un contexto abierto a cualquiera de cualquier parte. Bilbao hace décadas que consagró el derecho de todo bilbaíno a nacer donde le daba la gana. Se trata ahora de proyectarlo. Las instituciones tienen que crear el Municipio del Bilbao metropolitano. Eso supone conglomerar los distintos municipios en uno. Aquí como es obvio no pueden implicarse sólo los partidos nacionalistas vascos a través de sus Ayuntamientos por más que los gobernaran todos, todos los partidos tienen que avalar el proceso de reconocimiento jurídico de la ciudad, y otros estamentos institucionales y sociales también. Esto tampoco tiene fecha. Uno en cualquier caso se imagina a la criatura naciendo de amplio preacuerdo expresivo de la voluntad de dar este paso escenificado a través de un gran acto cívico en el Teatro Arriaga, en Bilbao.

De todo esto se pretende hablar en diez partes en donde se abordarán con rigor diversos temas pero sobre todo con imaginación y frescura. Los abordados hoy en esta primera son los siguientes:

Nacionalismo democrático vasco frente a la necesidad de paz y normalización política.-

Para la corriente soberanista errática la violencia es la prueba de la falta de normalización y ha vinculado la solución a todo de manera conjunta pues son dos caras de la misma moneda. La violencia si bien es un obstáculo y un problema que se ha de condenar, dicha condena puede ser más o menos tibia según las circunstancias de las conversaciones, y ante un escenario de no violencia se ha de ir preparando una acción conjunta con la izquierda abertzale pues lo único que les distingue de ello son los medios y no los fines.

Por el contrario la línea pragmática no piensa así para nada. Del mundo de la autollamada izquierda Abertzale no sólo lo separan los medios sino también los fines, afirmación que comparte enteramente desde la tercera vía. Sin embargo la línea pragmática entiende que aún a pesar de que la normalización política y violencia son cuestiones distintas que merecen tratamiento diferenciado, dicho tratamiento diferenciado ha de simultanearse, pues todo queda condicionado al fin de las armas, ya que la violencia es el elemento que más incide en la falta de normalización. La violencia debe ser condenable en cualquier circunstancia, pero con la violencia hay que ser prácticos, al final por la violencia algo caerá y hay que estar preparado para recoger. Y es en este pragmatismo en el que coinciden el resto de los partidos del arco parlamentario pues todos obtienen sus respectivos réditos electorales con este tema.

Desde la tercera vía se plantea lo siguiente:

- Existe paz cuando no hay violencia y no suenan las armas. El proceso de paz que sirve para poner fin a la violencia. La violencia es un hecho circunstancial, la violencia de ETA que se inicia en 1.968.

- Existe normalización político cuando una sociedad existe un consenso en una serie de aspecto estructurantes de la misma como son los identitarios que garantizan el sentimiento de pertenencia suficiente para garantizar su cohesión social. El proceso de normalización política sirve para acabar con la situación de anormalidad político que vive la sociedad vasca y ello es un hecho secularmente consustancial a la misma.

- El proceso de paz ha sido y seguirá siendo condicional y el proceso de normalización política debe ser incondicional.

- El proceso de paz tiene un escenario con una mesa técnica que cuenta dos actores principales: Quien quiera que esté en el Gobierno Central y ETA. El proceso de normalización política tiene por escenario una mesa de partidos con unos actores principales: En un principio el Partido Socialista y el PNV.

- El proceso de paz y el de normalización tiene también tiempos distintos. Los plazos de la normalización son necesariamente largos los del proceso de paz deben de ser necesariamente cortos o medios.

- El Proceso de Paz y El Proceso de Normalización no son para nada dos caras de la misma moneda. Son dos monedas diferentes que se corresponden con divisas distintas. La paz se expresa en pesetas y la normalización se expresa en Euros porque en ello no va sólo las vidas de quienes sufren han sufrido y puede sufrir la violencia, en ello va la vida del País Vasco y de todos sus paisanos, y aunque un proceso se exprese en Pesetas y otro en Euros el resultado de ambos, es decir, ni a la paz ni a la normalización política se le pueden poner precio.

Es obvio a tenor de la sistematicidad en la que la sociedad vasca ha sufrido la violencia no es explicable la normalización política sin la paz, pero la normalización política es una situación de un calado mucho más profundo que el de la paz, y la prueba que la normalización política y violencia son cuestiones totalmente distintas reside en el hecho de que puede haber una rendición de armas y que la sociedad vasca siga dividida en las mismas cuestiones que forma parte del problema vasco y que llena la prensa de artículos de opinión en un sentido y en otro. Existen otras sociedades en la misma Europa occidental donde existe violencia que proviene de grupos antisistema y son sociedades básicamente normalizadas. Por ello se considera que es un error que el tratamiento diferenciado del fin de la violencia y del inicio de la normalización política se haya de condicionar al fin de la violencia, cuando ello es tanto como permitir que quien maneja las armas se erija en tutor del proceso de normalización, cuando los protagonistas del proceso de normalización lo tienen que encabezar los dos grandes partidos de este país.

En esta tercera vía se piensa que de la violencia no se debe esperar nada y que lo que se tenía que haber hecho es aprovechar desde un oportunidad ética la necesidad de acometer la lucha contra la violencia para predicar por el mundo que la causa de ETA no es la causa del pueblo vasco, pues la suya no ha sido tanto una causa nacional como una causa revolucionaria. Por tanto, era necesaria una postura proactiva que tuviera por objeto solicitar que no se diera cobijo a esta gente pensando que eran como los gudaris de 1936. Es decir, se debería de haber aprovechado esta oportunidad ética para marcar las diferencias no sólo ya de los medios sino de los fines dando así un eco a la verdadera lucha del pueblo vasco que de otra manera no se tendría. Otro tanto se tenía que haber hecho con las víctimas, no son suficientes actitudes reactivas de condena, eran necesarias actitudes y campañas proactivas para incitar a la gente a que arropara a la víctimas del terrorismo día a día, de tal forma que no tuvieran que padecer como han padecido, no sólo ya el dolor por la perdida de sus seres queridos, sino el dolor por la perdida de su estatus social al quedar marcadas como personas de las que se rehuye. De esta manera impediríamos que una imagen labrada por los vascos como pueblo trabajador y emprendedor y noble, un pueblo de gentes de orden y de palabra, se viniera abajo por los desmanes de una minoría que ha proyectado una imagen bien distinta del país que costará mucho esfuerzo borrar.

Una democracia moderna alcanza su normalización cuando ha sido capaz de alcanzar un consenso respecto a cual es su identidad nacional, cuando se tiene claro cual es su territorio, y cuando la alternancia política a la hora de gobernar es vista como algo natural y no como una forma de reconquista, y cuando dicha alternancia se articula mediante un sistema bipartidista perfecto o imperfecto en la que los partidos tienen una apertura tal, que concurren con naturalidad entre sí las diferentes sensibilidades encabezadas por distintas candidaturas. Nada de esto existe en la sociedad vasca, por lo que la posibilidad de alcanzar la normalización política se antoja algo que, además de resultar difícil, va a dilatarse mucho en el tiempo.

La sociedad vasca es una sociedad plural con muchas diferentes sensibilidades, y la sociedad vasca es una sociedad compleja:

A.- Existe una fragmentación territorial muy compleja de articular, en donde existe y ha existido un País Vasco Francés, otro País Vasco Castellano y otro País Vasco Navarro, pues no toda Navarra es hoy por hoy vasca, y sin embargo es la Navarra de ayer es la única que ha sido capaz de aglutinar en su historia a todo los territorios vascos diseminados hoy en diferentes estados bajo un solo estado independiente, el Reyno de Navarra. Y de Navarra lo que nos a alejado ha sido sobre todo, ETA y su mundo, y pero también, la prepotencia de algún partido nacionalista de las vascongadas que además de cometer ciertos desmanes internos, en lugar de acudir con la cabeza gacha al viejo Reyno mancillado, acudió con una insolente pancarta de Nafarroa Euskadi da. Pocas veces una simple orden de factores habrá alterado tanto un producto. ¡Qué distinto hubiera sido de haber ido allí con una pancarta de Euskadi da Nafarroa!

B.- Existe una fragmentación política absolutamente desbordante. Cada matiz ideológico, cuando no personalista se ve multiplicado por los diferentes matices respecto del factor nacional. Esta situación ha producido un número absolutamente desproporcionado de partidos políticos. Es la prueba más palpable de la anormalidad política. El número de partidos es tal que se hace necesaria la búsqueda constante de coaliciones con lo que los partidos no pueden ni tan siquiera comprometerse a ejecutar ningún programa frente a la ciudadanía, ya que ningún partido puede gobernar por sí sólo, y es esa necesidad de pacto la que genera después un gran desengaño en el electorado que ve como su voto se diluye.

C.- La cuestión nacional y el secuestro de energías a la que contribuye la estrategia armada impide el desarrollo de otros muchos diversos proyectos políticos que una sociedad moderna exige.

La sociedad vasca por tanto, no es una sociedad normalizada, porque no tiene ni definido su territorio con independencia de su fragmentación y porque existen pertenencias encontradas e identidades que chocan entre sí, si bien conviene subrayar que este choque en modo alguno alcanza cuotas graves que impidan la convivencia teniendo que subrayar que es la convivencia el mayor valor y el mayor logro conseguido por los ciudadanos vascos de a pie por ellos y para ellos, muy a pesar de los políticos. La violencia debe de cesar. Todos queremos que se logren los avances a través de las mesa técnica que al respecto abran el gobierno con la Banda Armada. Ahora si la violencia vuelve está habrá de ser combatida con los instrumentos del estado de derecho con el convencimiento de todas las fuerzas democráticas de que será vencida. Sin embargo esa escalada de la violencia no debe de afectar al proceso de normalización que no pude esperar más se ha de proseguir en la búsqueda de consensos.

La normalización política tiene que contar con las siguientes fases:

1º.- En una primera fase la normalización política vasca al menos debe tener su inicio en el reconocimiento de la pluralidad de la sociedad vasca y la complejidad de la articulación de Euskal Herria es decir del pueblo y país vasco y de la necesidad de hacer del mismo un país para todos.

2º.- Una segunda fase se iniciaría con la profundización en dos frentes.

a).- Hacia una mayor agrupación de los diferentes partidos. En esto se profundiza hoy.

b).- Hacia una progresiva agrupación de todo lo vasco que permita de facto el reconocimiento indiscutible de la existencia de una nación vasca de forma que se impida su disolución. Esto exigirá una doble lealtad por quien reconoce y por quien es reconocido. Pacto generacional por lo que el reconocedor, a cambio de no fomentar la disolución de su reconocido y garantizar la lectura bidireccional y recíproca de las posibilidades constitucionales de agrupación, exigirá a éste que no proceda a plantear ninguna quiebra del modelo unitario constitucional del reconocedor en el plazo de una generación. Pues una generación puede obligarse a no escindirse, pero nunca puede comprometer la voluntad de la siguiente. (De esto se tratará en otra ocasión)

3º.- Una tercera fase llevará a que esta situación de hecho sea reconocida como una situación de Derecho garantizando jurídicamente dicho reconocimiento como nación y el derecho de la misma a decidir su futuro estatus político. Este inicio tendrá dos fases una intranacional cuando dicho reconocimiento se alcance por la gran mayoría de la fuerzas que integran el país rompiendo con la dinámica de los dos frentes, y otra fase extranacional cuando dicho reconocimiento se logre por las fuerzas que gobierna el/los estados al que Euskal Herria está adscrita.

4º.- El final de la normalización política llegará tras muchos y muchos años el día en que en la nación vasca en un territorio ya perfectamente definido y con un estatus jurídico decidido con plena libertad, se embarque en un futuro en el que los partidos centren sus programas es aspectos de gestión y la alternancia en el poder sea contemplado como algo natural y saludable pues ya no estará revestido de espíritu de reconquista.

Entre tanto, no podemos permitirnos el desgraciado lujo de enfrascarnos en los de siempre. Embrutecidos por el duro clima político sordos por tanto rayado discurso de tanto pope del monotema hemos sabido desarrollar la ceguera del que no quiere ver. Tenemos que ser conscientes que, cuando el mundo alrededor se está moviendo y en pocos años se está haciendo más historia que nunca, el que la vida política gire en torno a una misma historia que parece no moverse es algo que produce ya un hastío que resulta insoportable para la ciudadanía de este país. No podemos pasar por alto fenómenos con la globalización que tanto nos va a obligar a internacionalizarnos. No podemos pasar por alto la inmigración que tanto nos puede llegar a afectarnos sino nos preparamos para asimilarla desde una actitud potenciadora de la interculturalidad que permitan su reconocimiento y su integración y si les facilite el aprendizaje del Euskera, pues de lo contrario cuando estos adquieran su nacionalidad su voto irá a otra parte.

Tanto embotamiento está produciéndonos un escorbuto anímico en nuestro espíritu. No hemos sabido crear ninguna estética vasca actualizada, ni ha surgido en los últimos tiempos ningún grupo o movimiento artístico de vanguardia. Es increíble que una comunidad con la pulsión y dinamismo como la vasca no exista en todo el territorio ninguna ecoaldea basada en los principios de la permacultura, cuando hoy día existen incluso ejemplos de ecoaldeas urbanas. No ninguna comunidad de trueque. Sorprende ver que, desde los tiempos en que muchos localidades vasca se autoproclamaban antinucleares y colocaban un cartel de zona no nuclear con el símbolo radiactivo, tanta rebeldía e insurrección como ha existido desde entonces, sólo ha servido para muchos jóvenes hayan acabado en la cárcel por colaboración con banda armada para nada, y por el contrario, dicha rebeldía no haya servido para que alguna localidad se declare cannabica-pasota y haya colocado un cartel con el símbolo de la hoja de marihuana a la entrada del mismo poniendo incluso a disposición de sus habitantes algún trozo de monte comunal para el cultivo público. Nunca nada se haya hecho para haber constituido un poblado neohippie. O una aldea lésbica. En nuestro querida Euskal Herria todavía no existe ningún Ayuntamiento que se ha declarado anticonvencional antitextil y naturista y que practique la sana costumbre de celebrar los plenos en pelota picada. Y lo que es más grave aún, todavía en nuestra querida Euskal Herria, ningún Ayuntamiento se haya declarado antiespeculativo, y todo apunta a que van a ser las hipotecas a 40 o 50 años las que van a garantizar la paz social del futuro.

Resulta significativo que lo mejor que se he hecho desde instancias vascas en las últimas décadas a través de sus medios de comunicación consiste en un programa de Radio Euskadi que dirige Roge Blasco, toda una institución de este país, que sirve e incita a la evasión para el logro de una búsqueda que tiene el definitorio título de Levando Anclas que trata de viajes y de viajeros, muchos de ellos vascos que han tomado la alternativa.

Tenemos que salir de nuestras trincheras partidistas y recuperar y crear espacios comunes para quines de una manera o de otra sentimos Euskal Herria como algo a lo que pertenecemos y que pertenece a su vez a nosotros. Sin estos lugares comunes en aspectos culturales territoriales y políticos estaremos perdidos, y de cómo diseñemos estos lugares dependerá nuestro futuro.

Nacionalismo vasco y fragmentación política.

Resulta abrumador el exceso de partidos políticos que existen para un espacio tan pequeño. La fragmentación impide a los partidos llevar a cabo sus programas y les obliga a pactar atendiendo muchas veces a necesidades endógenas todo lo cual los aleja de los ciudadanos que les han confiado su voto y que con ello se sienten defraudados.

Se da un fenómeno paradójico: Junto a la existencia de una pluralidad excesiva de partidos políticos se da una falta de pluralidad dentro de la vida interna de cada partido. Y curiosamente los partidos políticos que más se amparan en la pluralidad para defender el papel de su minúscula representación son los que luego más se afanan por negar la pluralidad en su vida interna.

Ante esta situación también existen posturas encontradas.-

La que línea soberanista, en su errático soberanismo es consciente del problema que ocasiona el exceso de partidos y quiera aprovechar las estrecheces por las que va a a pasar el mundo de la autollamada Izquierda Abertzale para hacerse con su votos, están convencidos que su filón está ahí, y toda sus veleidades se explican entre otros motivos por eso. Su propósito es el de alcanzar el máximo número de votantes posibles a cualquier precio a favor de una pretensión nacional en la que el frentismo se da por ineludible. Se trata de compactar el frente nacionalista y para ello no importa en hacer dejadez del todo el bagaje ideológico que ha caracterizado desde siempre al nacionalismo democrático. El resultado es que mucha gente de centro les ha dejado de votar y va a ser muy difícil recuperar a éstos Y aunque bien es cierto que han podido obtener algún voto de quines han podido votar a la izquierda abertzale, el voto de éstos es conyuntural ellos. Ellos tiene claro cual es su adscripción ideológica y tarde o temprano cuando la violencia se acabe o se acabe imponiendo la condena de la misma, todos ellos volverán a reagruparse.

Cuando llegue ese momento, sino se cambio rápidamente el rumbo, el resultado arrojará una perdida doble, la perdida de voto no propio que ha sido prestado por un simple cuestión conyuntural y la perdida de uno propio que ha ido a parar a otros partidos y que va a ser difícil que vuelva pues se ha sentido traicionado al no mostrar la fidelidad suficiente a una serie de principios substanciales. Y si ello fuera poco se puede encontrar con un frente antinacionalista más compacto que es aquello que un nacionalista ha de evitar a toda costa.

La línea soberanista errática es una corriente perpetuadora de la dinámica de frentes por lo que resulta una línea perpetuadota de la falta de normalización política. Es obvio que en este contexto no es posible que se de la alternancia en estas condiciones. Si por el contrario esa alternancia se da y estamos en una dinámica de frentes, esto hecho va a suponer que quines entren van a tirar abajo todo lo realizado por el nacionalismo en favor de nuestra identidad con lo cual dicha línea produce una dinámica altamente peligrosa para el mismo nacionalismo que constituye una terrible amenaza, pues ni normaliza ni asegura la perduración de los logros obtenidos.

Está la línea pragmática que aboga por el esperar y ver, sabe que su sitio está en el centro lo que constituye de por si un acierto y una posición de gran ventaja y mientras esto lo mantenga siempre podrá bandearse. Pero nada más se hace por reformular el sistema de partidos.

Existe una tercera vía que compartiendo la necesidad imperioso de resituarse en el centro, entiende que además no basta con saber esta y es necesario saber actuar, no ya sólo para obtener beneficios en clave de partido sino para garantizar una estabilidad política en término de país. Se hace necesario redefinir y participar activamente en la definición de los partidos necesarios. Los partidos políticos deben quedar reducidos a medio plazo a cuatro, una izquierda abertzale, un centro derecha nacionalista vasco, un centro izquierda vasquista, una derecha nacionalista española. El largo plazo pasa por el crecimiento los partidos de centro en detrimento de los extremos y porque la comunicación de vasos en el aspecto nacional vasco alcance un equilibrio. Por todo ello, la tercera vía en el corto plazo cuida de sus aliados pero se preocupa mucho de cuidar de sus adversarios y les garantiza su espacio político como mejor formula para asegurar el suyo. El objetivo ineludible del nacionalismo democrático vasco no reside tanto en gobernar como en el hecho de que la asunción de la nación vasca sea la clave por la que otros partidos alcancen el gobierno.

Es legítimo en cualquier partido con vocación de gobierno aspire a copar el máximo de sensibilidades, pero es también recomendable que dicho partido práctica también un autocontrol que le sirva para asegurarse una identidad. A su vez resulta políticamente responsable que se permita un espacio a los otros partidos de forma que pueda dar respuesta a otras sensibilidades y articularse como alternativa. El mundo de la izquierda abertzale ha estado y está impregnado de elementos totalitarios tales como comunistas de corte leninista y de gentes antisistema que deben de ser combatidos y que en modo alguno pueden situarse en ningún ámbito del poder porque lo destruirían todo. Pero es justo también justo reconocer que el mundo de la izquierda abertzale está integrado a su vez por una pléyade de gentes que participa de unos planteamientos alternativos e incluso de una estética propia que los distingue del resto y ante el cual que el nacionalismo democrático vasco tradicional no tiene cabida. Justo es respetar este espacio político alternativo que no puede servir para gobernar el País pero si muchos Ayuntamientos en donde sea posible vivir con un estilo de vida diferente. El reto que tiene encima la izquierda abertzale no reside sólo en lo que tiene que hacer hacia fuera: Deslegitimar la violencia y reorientar su objetivos. El reto que tiene la izquierda abertzale es hacia adentro: La recuperar, hacer revivir y reorganizar a toda esa riqueza y diversidad de movimientos alternativos que llegó a aglutinar y que los ha ahogado por supeditarlo todo a una estrategia orientado a un fin que no se ah conseguido. Como no esto la Izquierda Abertzale, le quedará historia sólo para dos telediarios.

Este espacio que al que sí puede llegar la izquierda abertzale debe de ser valorado como algo necesario es una sociedad como la nuestra que genera tanta frustración y vacío pues dichos planteamientos sirven muchas veces para canalizarlos y ellos es un acicate frente anquilosamientos y perdidas de sensibilidad. Otro tanto puede decirse de los partidos que se nutren exclusivamente del temor al nacionalismo vasco. Podemos ver en ellos los elementos a combatir, pero podemos ver en ello también nuestra incapacidad de haber sido lo suficientemente atractivos lo que nos puede servir igualmente de acicate para reconducir nuestra política.

El nacionalismo democrático vasco en esta encrucijada laberíntica debe de unirse recuperar su fuerza y su identidad. Se hace imprescindible no sólo remarcar nuestros planteamientos nacionales sino que se han de rescatar actualizadamente nuestros planteamientos ideológicos. No podemos echar por tierra el valor que supone el hecho de haber sido en su día los cofundadores de la democraciacristiana europea a la que tanto se le debe. No podemos dejar atrás nuestra imagen de partido de orden y ley, en una sociedad que tanto sufre por la crisis de la autoridad y del sentido del respeto y por una creciente inseguridad ciudadana, a la que debemos de dar respuestas. Debemos de recomponer nuestra capacidad de adhesión directa con la que ganamos votos y sobre todo nuestra debemos capacidad de adhesión indirecta que nos reporta reconocimiento a todos los niveles, nacionales, estatales e internacionales y nos confiere capacidad de influencia .Se ha recuperar nuestro lugar privilegiado tan envidiado.

Una lectura actualizada de esta corriente es la que le lleva a una a abrazar un liberalismo social comprometido con las libertades de todo tipo, las económicas, las individuales desde las clásicas como las de credo pasando hasta las más recientes como las sexuales, pero que conjugue seguridad con libertad, libertad con solidaridad social y sostenibilidad del desarrollo que se impulsa. Se ha de respetar el premio al esfuerzo personal y empresarial que nunca debe de desmotivarse. Nadie va a discutir a estas alturas la existencia de un capitalismo antisocial a lo largo de la historia, pero nadie puede negar igualmente la existencia a lo largo de nuestra historia de un capitalismo prosocial, cuya acumulación de riqueza ha redundado en beneficio de la sociedad en donde dicha riqueza se generaba y en donde caso del País Vasco mucho de ese capital se halla además muy socializado. Igual que el capital hizo posible la articulación de Bizkaia y Gipuzkoa a través de la concesión de la A-8, será de este capital el que llegará la solución a muchos de nuestros más acuciantes problemas. A título de ejemplo que será objeto de desarrollo en otra ocasión, a través del capital proveniente de Cajas o Fondos de Pensiones por concesión administrativa se podrán producir en masa miles y miles de VPOs en alquiler que garantizarán el acceso a una vivienda digna a una inmensidad de personas que hoy no la tienen. Las rentas que se obtengan del alquiler de esas VPOs posibilitarán a los Fondos de Pensiones que como entidades que han participado en su promoción o adquisición de esas VPOs el que éstos puedan asegurar y complementar en el futuro el sistema de pensiones, supliendo en una y otra función las carencias que produce la disfuncional Administración. Se trata únicamente de que esta vez todo el capital sea nuestro para que todo redunde en nuestro beneficio.

Por ello el hecho de militar en el nacionalismo democrática debe conllevar la adquisición de un triple compromiso:

1º.- Compromiso con el ideal nacionalista vasco que nos permita algún día ser nacionales vascos.

2º.- Compromiso con el bagaje ideológico de un partido con de más de 100 años.

3º.- Compromiso con la organización del partido pero sobre todo el compromiso con el afecto a sus gentes.

Lo afiliados tenemos la obligación de conocernos y reconocernos y ayudarnos fuera y dentro del partido. En ello nos va mucho, en ello va nuestro sentimiento de pertenencia que requiere de una constante autoafirmación y de ello depende nuestra fuerza moral. El ámbito en donde se puede generar todo esto es la asamblea. Hay que darle una significación al hecho de ser militante. Y dicha significación debe de abarcar desde la misma afiliación,.A su vez debemos de comprometernos con la necesidad de modernizar la organización del partido, de reactivar la participación y ahondar en la democracia interna y por una apuesta decidida, mediante el ejemplo personal, por el desarrollo de una carrera profesional antes de desarrollar una carrera política en el partido. Estos es lo que garantiza la independencia y lo que evita como políticos al uso se actúe por criterios de supervivencia: “El que coge el billete de ida, tiene que haber comprado antes el billete de vuelta”. Lo peor que el puede pasar al partido es que el mismo caiga en una decadencia moral que arrastre al espíritu Es una perversión de la vida del partido que sea una constante partida entre quines se posicionan en una bando u en otro para el reparto de unos puestos que nada.

Por otro lado, no hay que tener miedo a las discrepancias. Lo que realmente fortalece a un partido no es el compartir un pensamiento único como compartir la idea de que dicho partido del que se forma parte es una institución con más de 100 años que va a seguir estando ahí al margen de que se sucedan las personas que lo integren, y que cuantas ideas se suscitan en su seno lo agrandan y lo enriquecen. Las posturas enfrentadas en el partido en cuestiones nacionales, en modo alguno tienen que repercutir en ámbitos locales. Pero lo que en modo alguno no es posible que dicha separación repercuta es en la afinidad de la afiliación, nunca, nunca podemos olvidar que es mucho más lo que nos une que los que nos separa, y que quines estén arriba se podrán jugar sus tesis y su pan, pero que nosotros en modo alguno podemos jugarnos el espíritu que nos ha llevado a querer formar parte de este partido.

Es una convicción que en el mantenimiento de los citados tres compromisos, y en la profundización de la conciencia de los que somos y hemos sido y conviene que seamos como vascos y como nacionalistas democráticos a todos los niveles encontraremos la visión de conjunto que necesitamos y con ello la salida a nuestro laberinto.

Euskal Herria no es una entelequia es simplemente el complejo paisanaje de este diverso paisaje de valles pueblos y ciudades llenos de historia y cultura nuestra, y es una convicción que si lo hacemos bien, a la tercera puede que llegue nuestra vencida. El día en podamos ser nacionales vascos podremos dejar de ser nacionalistas vascos para ser patriotas de una nación vasca constituida. Si somos capaces de unirnos quienes constituimos el núcleo del nacionalismo democrático vasco, ese día también habrá un PNV y será conocido entonces como el Partido Nacional de la Vasconia. Todo esto de nosotros depende.

Iñigo lizari Illarramendi

Abogado, Militante del PNV en el batzoki de Antigua , Donostia.

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Goiz Argi, marzo de 2007

Batasuna exige ahora a Zapatero que cumpla los acuerdos «firmados» con ETA

Batasuna exige ahora a Zapatero que cumpla los acuerdos «firmados» con ETA

Apenas unas horas después del sainete vivido en la Audiencia Nacional, con Arnaldo Otegi libre después de que la Fiscalía retirara su acusación tras su burla al Tribunal, Batasuna daba otra vuelta de tuerca en su estrategia de presión y chantaje al Gobierno y le recordaba, a modo de exigencia, los «compromisos» que «firmaron» representantes del Gobierno de Zapatero con ETA. Estos acuerdos, como ha venido informando ABC, dieron lugar al «alto el fuego permanente» que ETA declaró el 22 de marzo de 2006.

Al cumplirse un año de la declaración de una tregua que nunca se llevó a cabo, Batasuna, ayer a través de Pernando Barrena, recordó al Gobierno esos «compromisos firmados» que no termina de cumplir, confirmando así algo que el Gobierno niega: que el alto el fuego es fruto de un pacto previo con los terroristas que incluye como materia de negociación asuntos vitales para el Estado en mesas ajenas a las instituciones.

Como ha venido informando ABC en los últimos meses, esos acuerdos se fraguaron en varias reuniones que pilotaban, por parte del Gobierno, Jesús Eguiguren, presidente del PSE, y el terrorista prófugo José Antonio Urrutikoetxea Bengoetxea, «Josu Ternera». Al menos mantuvieron cuatro reuniones, dos en Ginebra (Suiza) y dos en Oslo (Noruega), en los meses previos al alto el fuego de marzo de 2006.

Un papel en una caja fuerte

De esas reuniones, que Zapatero auspiciaba políticamente y de las que estaba puntualmente informado, salió un compromiso que debía ser aplicado tras la tregua. Ese acuerdo se halla firmado en una caja fuerte de la Fundación Henri Dunant, en Ginebra, que ejerce de anfitriona y mediadora en los contactos que aún se producen. Batasuna ya ha amenazado en una ocasión con hacer públicos esos acuerdos como medida de presión extrema al Gobierno.

Los «compromisos» recogen las demandas históricas de ETA: incluir la autodeterminación (ahora llamada «derecho a decidir») en un nuevo marco político (Estatuto) negociado en una «mesa de partidos» ajena a las instituciones del Estado; la excarcelación de los presos en un horizonte de ocho años, y la creación de un órgano común con Navarra, la vieja aspiración del nacionalismo vasco desde los años treinta. Esta fagocitación de Navarra se camuflaría con la constitución de una eurorregión que también englobaría al País Vasco francés. Por último, el acuerdo con ETA prevé la impunidad judicial para los cabecillas batasunos, gestores de este «proceso». De ahí caben entenderse determinadas actitudes de la Fiscalía y sus radicales cambios de criterio en pocos meses. De hecho, Barrena citó entre los «incumplimientos» las actuaciones judiciales contra la «izquierda abertzale».

El cabecilla proetarra dijo que el atentado de la T-4, en el que dos personas fueron asesinadas, fue la «respuesta» a «nueve meses de incumplimientos» del Gobierno y que ya entonces Batasuna emplazó tanto a ETA como al Ejecutivo de Zapatero a «mantener los compromisos». «Sabemos quiénes fueron los agentes que firmaron ese compromiso, que acordaron esas cláusulas que hicieron posible posteriormente ese alto el fuego y quisiéramos hacer un llamamiento a que esos compromisos se cumplan» para hacer «viable» el «proceso de resolución», dijo Barrena.

En las elecciones

El dirigente de la coalición ilegalizada afirmó no tener «ninguna duda» de que Batasuna «va a estar en las elecciones de mayo» y consideró que el que no fuera así «diría muchísimo sobre las intenciones reales del Gobierno en cuanto a la viabilidad del proceso de resolución».

Barrena señaló asimismo que el Gobierno ha pretendido venderles como un «gesto» la retirada de la acusación fiscal contra Otegi, como, en su opinión, hizo en el caso de De Juana. Según la coalición ilegal, el PSOE «ataca» primero a la «izquierda abertzale» y luego «abandona el ataque, mostrándolo como un gesto».

Barrena fue taxativo al exigir al Gobierno qué «compromisos tienen que verse escrupulosamente respetados en los términos en los que se acordaron». Al ser preguntado sobre si tiene conocimiento de que esos compromisos fueron literalmente «firmados», el dirigente proetarra respondió que se refiere a los «compromisos que fueron hechos públicos» a través de los medios de comunicación. En cualquier caso, Barrena se remitió al momento político actual para pedir «a todos los agentes políticos que tienen que ver con el devenir de este conflicto político a que adopten las medidas y las decisiones necesarias» para hacer «viable el proceso» y confirmar el «diálogo político».

«Tercera negociación»

Marije Fullaondo, que acompañaba a Barrera en la rueda de prensa y que es pieza clave del «complejo ETA-Batasuna» en Navarra, confesó que la «izquierda abertzale» está en estos momentos «inmersa en el tercer intento de negociación» para lograr la puesta en marcha de la mesa de partidos. Es decir, Batasuna reveló también ayer que la negociación con el Gobierno está abierta pese al atentado en la T-4 y las declaraciones solemnes del presidente del Gobierno, sus ministros y el PSOE.

En ese sentido, Pernando Barrena aseguró que todavía hay una «oportunidad histórica abierta» y que la «pelota está en el tejado de todos los agentes políticos», por lo que pidió que se dejen «debates estériles» sobre la violencia y se inicie diálogo para un acuerdo político.

 

M. LUISA G. FRANCO. BILBAO.

ABC, 23 de marzo de 2007

Televisión en euskara de la mano de Hamaika y Tokiko

Televisión en euskara de la mano de Hamaika y Tokiko La totalidad de las quince demarcaciones en que se dividen oficialmente Araba, Bizkaia y Gipuzkoa cuentan ya con proyectos de televisión local en euskara, en la antesala del concurso de concesión de licencias que arrancará el viernes. A tal efecto, Hamaika Telebista Hedatzeko Taldea suscribió ayer cinco convenios con televisiones de Goierri, Urola Kosta, Debagoiena, Tolosaldea y Lea Artibai-Busturialdea. En las otras diez comarcas se han suscrito acuerdos similares.

Hamaika y las cinco televisiones locales que conforman Tokiko firmaron ayer cinco convenios de cara a presentarse de manera conjunta en el concurso por el que el Ejecutivo de Lakua concederá licencias para el desarrollo de televisiones locales. De este modo se garantiza la oferta de proyectos de televisión local en euskara en todas las demarcaciones de Araba, Bizkaia y Gipuzkoa. Estos acuerdos, con sus especificidades, tienen en común que garantizan la participación de Hamaika Telebista Hedatzeko Taldea -grupo conformado por Euskal Komunikabideak Hedatzeko Elkartea (EKHE); Corporación Multimedia del Norte (CMN); Euskarazko Komunikazio Taldea (EKT); Euskaltel; Bainet; y Elkar- en cada una de las cinco empresas que los han suscrito, lo que implica su presencia en Debagoiena, Tolosaldea, Urola Kosta, Goierri y Lea Artibai-Busturialdea.

 

Junto a ello, Hamaika y diferentes asociaciones relacionadas con el euskara han promovido empresas que, a su vez, presentan proyectos para la obtención de licencias en Bilbo, Barakaldo, Getxo y Mungia (Bilbo Handia Ikusentzunezkoak), Durangaldea (Urkiola Ikusentzunezkoak), Donostialdea (Donostialdea Ikusentzunezkoak), Oarso-Bidasoa (Oarsoaldea Bidasoa Ikusentzunezkoak), Gasteiz y Aiara (Araba Ikusentzunezkoak) y Debabarrena (Arno Ikusentzunezkoak).

 

Tal y como señaló ayer Iñaki Uria, gerente de Hamaika, lo que se ha logrado en el ámbito del euskara para el futuro de las televisiones locales no deja de ser «un proyecto único» para todas ellas. «Entre las cinco televisiones que han suscrito el acuerdo, junto con las otras diez que se presentarán en otras tantas demarcaciones, se organizará la red de televisiones locales en euskara, que producirá de manera conjunta una programación mancomunada y gestionará la publicidad», añadió.

 

Iñaki Altzaga, presidente de Hamaika, destacó el esfuerzo realizado para alcanzar el objetivo de presentar proyectos en todas y cada una de las demarcaciones, en paralelo a la consecución de «un proyecto fuerte» en el contexto del inicio del proceso de la adjudicación de licencias. Altzaga no dudo en avanzar que, si se cumplen los requisitos expuestos en el concurso, la totalidad de los quince proyectos en los que Hamaika tiene presencia deben obtener licencia.

 

Altzaga situó entre tres y siete meses el tiempo que transcurrirá, a partir del 23 de abril, hasta que se hagan públicas las concesiones, y en año y medio el plazo aproximado estipulado para que las citadas televisiones se pongan en marcha.

 

Inaxio Arregi, responsable de Goiena y presidente de Tokiko -la asociación que agrupa a las cinco televisiones locales que suscribieron ayer los convenios- manifestó su «satisfacción» por rubricar «este acuerdo comunicativo con Hamaika» que, según dijo, permitirá «la continuidad de nuestro trabajo y nos reforzará, sobre todo, a nivel de contenidos y publicidad».

 

En este sentido, valoró que el convenio con Hamaika refuerza los proyectos de Tokiko y vaticinó la obtención de licencias para televisiones en euskara en todas las comarcas.

 

cinco convenios

Hamaika Telebista Hedatzeko Taldea y las televisiones que conforman Tokiko firmaron ayer cinco convenios previos a la presentación de proyectos para la obtención de licencias de televisión local.

 

quince licencias

Iñaki Altzaga, presidente de Hamaika, explicó que, si se cumplen los requisitos del concurso para la concesión, los quince proyectos televisivos en los que participa este grupo obtendrán licencias.

 

Kepa PETRALANDA

Gara, 20 de marzo de 2007

El PP movilizó sólo un 0,1% más que el 18/98

El PP movilizó sólo un 0,1% más que el 18/98

Mariano Rajoy seguía ayer «enormemente contento» porque la manifestación del sábado es «una de las cosas más bonitas» que ha visto en su vida. Una marcha que, según aseguró, «unió a la mayoría». Hasta ahí los sentimientos y las apreciaciones subjetivas. Pero cuando alguien convoca una manifestación es, entre otras cosas, para medirse, y en este terreno lo que mandan son las matemáticas.

 

Contar una manifestación no es imposible -aunque a veces lo parezca cuando los medios de comunicación hacen dejación de sus obligaciones-, sólo hace falta tener voluntad de hacerlo. De las cifras que se han dado de la marcha del PP del sábado en Madrid, sólo la de «El País» -337.500- aparece suficientemente justificada y, por lo visto en las fotografías, incluso podría decirse que está algo inflada. En todo caso, demos esa cifra como la más ajustada y comprobaremos que el PP movilizó al 0,75% de la población a la que iba dirigida su convocatoria. Ese mismo día, y prácticamente a la misma hora, otra manifestación recorría las calles de Bilbo. GARA, utilizando su sistema habitual de recuento, cifraba en 17.700 los asistentes a la misma. Es decir, esa marcha había contando con el apoyo del 0,64% de la población a la que iba dirigida. Con muchos menos medios y sin apenas cobertura mediática de propaganda, la plataforma 18/98+ tuvo, en su ámbito, casi el mismo poder de convocatoria que la «gran manifestación» del PP por la que algunos están pidiendo ya un adelanto electoral.

 

Las cosas en su sitio: La convocatoria «a todos los españoles» del PP del sábado en Madrid equivale a una manifestación de 20.600 personas en Euskal Herria. Quizá habría que recodar que el pasado 1 de abril 81.000 personas exigieron en Bilbo «una solución democrática». Es decir, prácticamente cuatro veces más que la concentración rojigualda de Rajoy.

 

Es más, ésta no ha sido la mayor manifestación de la derecha en Madrid. Fue mayor la del 12 de noviembre de 2005 contra la LOE. Y la marcha contra la guerra de Irak sumó 660.000 personas según la cifra que dio el Gobierno del PP.

 

Y siempre cabe otro recuento. El que hizo Mayor Oreja el 11 de abril de 1999 cuando unas 80.000 personas exigieron la palabra y la decisión para Euskal Herria y respondió que «cientos de miles estaban en casa» pidiendo «sólo paz».

 

Iñaki IRIONDO

Gara, 13 de marzo de 2007